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sábado, 26 de abril de 2025

Lujo y poder en el funeral ceremonial del Papa Francisco. Llamado "Papa del Pueblo", sin el pueblo

  

                  (Ataúd del Papa Francisco es una caja de zinc revestido de madera de ciprés)


La reciente muerte del Papa Francisco fallecido a  los 88 años y, los eventos funerarios ceremoniales que hemos seguido en el Vaticano  han puesto de nuevo en evidencia algunas profundas contradicciones dentro de la Iglesia Católica y su relación con el pueblo llano trabajador. La asistencia de más de 150 representantes de países de todo el mundo, junto con la presencia masiva de cardenales, obispos y miembros de la curia romana, muestra un despliegue de poder, lujo y riqueza difícil de ignorar, todo lo hemos visto por la televisión.

Sin ánimo de hacer proselitismo ni de atacar gratuitamente, resulta inevitable señalar el contraste entre esta ostentación y la situación desesperada que viven millones de personas en el mundo. Muchos católicos pudieron costear el viaje a Roma, mostrando un nivel económico considerable, mientras el proletariado, los trabajadores y las capas más humildes de las sociedades continúan luchando día a día contra el hambre, miseria y lucha por sobrevivir. ¿Quiénes han podido en España viajar al "funeral pontificial" a Roma (como si fueran una final la Champion), los de siempre: los jóvenes católicos de los colegios de privados como Jesuitas, Maristas, Franciscanos, Bosco, Escolapios, Divina Pastora etc etc. Representante de la órdenes católica de todo el mundo

La Curia Romana, la Iglesia Católica en su estructura más institucionalizada, el Banco Vaticano y todo el entramado financiero que la rodea parecen estar más asociados al dinero que a los valores de pobreza y humildad que predicó Jesucristo. Hay una percepción creciente de hipocresía y derroche aceptada pasivamente por muchos, lo que genera una profunda desconexión entre la institución y sus bases más necesitadas.

Este fenómeno no es nuevo. Basta recordar el proceso de desamortización en la España del siglo XIX. Aquella expropiación de bienes eclesiásticos, que en teoría debía redistribuir la riqueza de la Iglesia hacia los obreros, en cambio, terminó beneficiando a los grandes propietarios, aristócratas y a quienes ya poseían recursos para comprar tierras y monasterios, en lugar de  aliviar la pobreza. Las propiedades de la Iglesia, lejos de convertirse en instrumentos de justicia social, pasaron de manos clericales a manos privadas adineradas, profundizando aún más la desigualdad social y los pronunciamientos.

Hoy, siglos después, seguimos viendo cómo el poder económico y la religión Católica y Romana, institucionalizada se entrelazan, muchas veces alejándose de los valores de solidaridad y ayuda al prójimo que deberían estar en el centro de su misión. Incorporar a la mujer en el sacerdocio.

La final todos acabamos igual: desnudos y sin bienes en un ataúd o incinerados, que es el momento en que todos somos iguales en los cementerios o capillas. El ataúd de madera de ciprés (simboliza la humildad) sobre la capa de zinc del ataúd del Papa Francisco, sepultado hoy (26 de abril de 2025) en la Basílica de Santa María la Mayor, hay varios elementos.

Ramón Palmeral

Pintor y escritor

Alicante, 26 de abril de 2025