¿Por qué votar a Vox es una pérdida de votos?
El apoyo a Vox puede parecer, para algunos, una opción de castigo contra el bipartidismo o el "sanchismo", pero en la práctica, su presencia política ha demostrado ser poco efectiva y hasta perjudicial para el bloque de la derecha. Veamos por qué:
1. No tiene capacidad real de gobernar
Desde su irrupción en el Congreso, Vox nunca ha superado los 11 o 12 diputados. Con este nivel de representación, su influencia es limitada, y gobernar en solitario es prácticamente imposible. No ha conseguido el crecimiento necesario para aspirar al poder real, lo que convierte el voto a Vox en simbólico más que en útil.
2. Un socio poco fiable
En las comunidades autónomas y alcaldías donde ha gobernado en coalición con el Partido Popular, Vox ha demostrado ser un socio inestable. Cuando las cosas no salen como quieren, amenazan con romper acuerdos o dejan tirados a sus propios aliados, debilitando al bloque de la derecha en su conjunto. Esto crea incertidumbre y desgobierno, beneficiando indirectamente a la izquierda.
3. Un liderazgo autoritario y desconectado de la realidad
Santiago Abascal no se somete a primarias dentro de su propio partido, lo que refuerza la idea de que Vox no es un partido democrático internamente. Su actitud refleja una personalidad que se acerca más al caudillismo que a la política de consenso necesaria en democracia. Su discurso, además, se aleja de las preocupaciones reales de los ciudadanos y se centra en un relato de confrontación constante.
4. Relaciones internacionales cuestionables
Las amistades y alineaciones políticas de Vox no favorecen los intereses de España. Abascal ha mostrado su admiración por líderes como Donald Trump o Javier Milei, quienes han tomado decisiones que perjudican a nuestro país, como la posible imposición de aranceles del 25% a productos españoles. Vox se alinea con una ultraderecha internacional que, lejos de beneficiar a España, busca anteponer sus propios intereses sin importar las consecuencias económicas para nuestros ciudadanos.
5. El "sanchismo" tampoco es la solución
El rechazo a Vox no implica necesariamente apoyar al PSOE y a Pedro Sánchez, cuyo gobierno ha estado marcado por la polarización y decisiones que tampoco convencen a muchos ciudadanos. Sin embargo, la solución no está en votar por una fuerza política que, además de no tener opciones reales de gobernar, debilita al bloque conservador con su actitud destructiva.
Conclusión
Votar a Vox no solo es una pérdida de votos por su falta de crecimiento electoral y su incapacidad para gobernar, sino también por su tendencia a generar inestabilidad y su falta de una estrategia política realista. En lugar de fortalecer una alternativa viable al "sanchismo", Vox actúa como un freno para la derecha, con una postura radical que aleja a votantes moderados y dificulta la gobernabilidad.