Pedro Sánchez, al afirmar que Víctor Aldama "no tiene credibilidad" debido a su situación legal de salir de la cárcel para declaras en la Audiencia Nacional, no manejó de manera adecuada una cuestión tan delicada como las acusaciones de corrupción. En lugar de adoptar una postura defensiva que, de manera implícita, puede interpretarse como una actitud de protección hacia posibles sospechosos, el enfoque correcto desde su posición como presidente habría sido ordenad una investigación o información interna, demostrar su compromiso con la transparencia y la justicia.
Lo ideal hubiera sido responder con una actitud abierta y proactiva, diciendo algo como: "De acuerdo, vamos a investigar a fondo estas acusaciones. Nuestro gobierno está comprometido con la lucha contra la corrupción, venga de donde venga, y no toleraremos conductas indebidas en ninguna instancia." Este tipo de declaración no solo refuerza la confianza en las instituciones, sino que muestra una disposición a priorizar la búsqueda de la verdad por encima de intereses políticos o personales. En cambio, se pone de parte de los supuestos corruptos y los defiende. Esto es inaudito. Un error grave.
Las declaraciones defensivas que buscan desacreditar directamente a quien plantea una acusación pueden ser percibidas como intentos de desviar la atención del tema central. Además, este enfoque puede acabar dañando la credibilidad del propio presidente, ya que genera suspicacias sobre posibles vínculos con los señalados como corruptos. Hace de abogado defensor de los corruptos y eses no es su papel en esta serie.
Por tanto, asumir una postura constructiva y de total cooperación con las investigaciones no solo fortalece la imagen pública de un líder, sino que también respalda los principios democráticos y la confianza ciudadana en las instituciones.
No es esta la postura que debe tomar un Jefe o Presidente del Gobierno ante denuncias de corrupción, porque significa que lo sabía o estaba implicado. Incluso, ante denuncias anónimas debe ordenar una investigación de esclarecimiento de la verdad.
Huy que alabar la valentía del delator, protegerlo y premiarlo.
Ramón Palmeral