Por qué no de debe hacer una amigdalectomía
Las amígdalas, ubicadas en la parte posterior de la garganta, desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Su función principal es actuar como una defensa de primera línea ante la entrada de infecciones, particularmente bacterias y virus que ingresan a través de la boca y la nariz. Las amígdalas están formadas por tejido linfoide, el cual produce linfocitos, un tipo de glóbulo blanco encargado de combatir microorganismos patógenos. Por esta razón, son especialmente importantes en la infancia, cuando el sistema inmunológico aún está en desarrollo. Es en esta etapa de la vida cuando los niños están más expuestos a nuevos patógenos, ya que su sistema inmune está aprendiendo a reconocer y combatir las infecciones. Sin embargo, las amígdalas pueden inflamarse debido a su constante exposición a estos agentes externos, lo que se conoce como amigdalitis.
En cuanto a la intervención quirúrgica, durante muchos años la amigdalectomía (extirpación de las amígdalas) fue una práctica común para tratar la amigdalitis recurrente, sobre todo en niños. No obstante, en la actualidad, esta decisión se toma con más cautela debido a las posibles consecuencias a largo plazo que pueden surgir al eliminar esta barrera inmunológica.
Uno de los argumentos en contra de la amigdalectomía en niños es que esta cirugía puede aumentar la susceptibilidad a infecciones respiratorias crónicas. Las amígdalas, al actuar como una primera línea de defensa, evitan que las infecciones avancen hacia las vías respiratorias más profundas, como la faringe, laringe o los pulmones. Tras la extirpación de las amígdalas, los niños pueden quedar más propensos a sufrir faringitis crónica, ya que se elimina un mecanismo natural de protección. La faringitis crónica, una inflamación persistente de la garganta, puede ser una condición debilitante que afecta la calidad de vida del paciente a largo plazo. Además, existen estudios que indican que la eliminación temprana de las amígdalas podría aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, como asma, bronquitis y otras afecciones relacionadas con el tracto respiratorio.
Los efectos secundarios son de por vida como faringitis crónica.
Por lo tanto, es fundamental que la amigdalectomía se realice solo cuando sea estrictamente necesario, después de probar todas la alternativas como antibióticos, antiinflamatorios, y otras terapias considerando tanto los beneficios inmediatos como los posibles efectos secundarios de por vida. Las recomendaciones actuales sugieren que la cirugía debe reservarse para casos graves, como cuando las amígdalas bloquean las vías respiratorias, o cuando la amigdalitis es crónica y resistente a otros tratamientos. Así, se debe priorizar un enfoque conservador, intentando evitar la cirugía en la medida de lo posible, especialmente en niños, para preservar la función inmunológica que las amígdalas desempeñan en esta etapa clave del desarrollo.
Si están infectadas aunque sea con pus esta desapareceran con un tratamiento adecuado.
Ramón Palmeral
(Tengo al lado una enferma de faringitis crónica por una amigdalectomía infantil)