Libro cuaderno de pintura
Libro cuaderno: “Antología de retratos de Ramón Palmeral (2000-2024)". Créditos: Ramón Palmeral. Imprime RGV Print Servigraf. Alicante (España). Octubre 2024.
Como un regalo otoñal, me llega por correo un ejemplar de la Antología de Retratos de Ramón Palmeral, (2000-2024) que me llena de gratitud por provenir de un gran amigo y persona ejemplar y distinguida. Y no digo esto por primera vez, pues ya lo dije en mi comentario en este medio de Hoja del Lunes, al comentar su libro Sesenta y nueve poemas con anexo, sino sobre todo cuando tuve el honor de prologar su libro Ochenta años de la muerte de Miguel Hernández (1942-2022).
Y es que Ramón Fernández Palmeral, “Palmeral”, nacido en Piedrabuena, Ciudad Real, el siete de mayo de 1947 y afincado como estela marinera en su amada Alicante, es, como reza en su curriculum, un “pintor, escritor español de amplia trayectoria en redes sociales” y a lo que yo añadiría, que es un rotundo intelectual en la cultura e imprescindible para la organización y celebración de un acto colectivo en cualquier ámbito de las artes que quiera ser notorio y de calidad, pues su presencia es multitudinariamente acompañada. Yo he sido testigo presencial de ello y hasta objeto de presentaciones e intervenciones suyas de alguna de mis obras.
Palmeral es también un gran recitador o declamador de poesía, y un poeta en todos los ámbitos, y por ello, no podía ser menos, es un especialista en el poeta universal de Orihuela, Miguel Hernández, ciento por ciento, cuya vida, y obra conoce extraordinaria y minuciosamente, lo que ha reflejado en sus libros y sus múltiples artículos y conferencias que sobre él ha escrito y pronunciado.
Palmeral, escritor, poeta y pintor, pertenece a distintas instituciones, como la Asociación de Artistas Alicantinos, la Asociación Cultural Espejo de Alicante de la que es socio de honor, y del Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia. Fundó y coordinó el Grupo Vanguardia 5 de pintores. Es miembro benefactor del Museo del Mar de Santa Pola, socio de honor de la Sociedad Filatélica y Numismática Alicantina y colaborador en el diseño de sellos de Correos. Fundó en Alicante las revistas ilustradas Palmeral (poética-artística) y Perito (literario-artística) y dirige la web digital Nuevo impulso.net, sobre la actualidad del panorama cultural alicantino.
Ramón es autor de más de 50 libros de diversos temas, de ensayos, periodismo, poesía y de historia, antigua, moderna y contemporánea y es un eminente autor de biografías selectas, en especial las de Miguel Hernández, Ramón Sijé y Carlos Fenoll, por citar los más cercanos. En el ámbito pictórico ha realizado varias exposiciones individuales y ha participado en más de 200 exposiciones colectivas de las que en el cuaderno que comentamos se exponen su larga relación, siendo la última la celebrada en el presente año de 2024, en el Salón de la Mujer, Salón de Primavera, en la Asociación de Artistas Alicantinos.
Ramón Palmeral ha ilustrado numerosos libros de los que hace mención en su cita del cuaderno, y entre ellos, del libro de quien escribe estas letras titulado, Versos del Mar y otras Soledades, (ECU, 2014). Y en este caso que comentamos, es un gran y fructífero retratista cuyo trabajo ha publicado en este libro catálogo, cuyo ejemplar tanto he agradecido y que me dedica así:
Para mis amigos Julio y Carmen tan amantes de las artes y de las letras de R. Palmeral. Alicante M. septiembre 2024.
Y lo firma con su rostro dibujado y su mirada serena a modo de rúbrica.
El maestro Azorín, en su libro de ensayos, Pintar como querer (Biblioteca Nueva, 1954), parece que se hubiera anticipado, como en un sortilegio, al pintor Palmeral, cuando nos dice desde su Madrid de 1954:
Pintar como querer; pero no sabemos cómo quiere pintar el pintor. Como quiere o como puede. No sabemos tampoco si pinta por instinto o deliberadamente. Ni si es pintor dominado por la realidad o dominador de lo visible. Continuaremos no sabiendo si lo visible lo es todo para él, o si necesita algo más.
….El pintor está en su estudio, ante su caballete: todavía flota en el ambiente el leve perfume de la dama que acaba de marcharse; tiene el trasunto de esa dama en el lienzo. Va a estar dentro de allí viva; tendrá en sus ojos luz, en sus manos, caricia o crispación. Esas manos dirán más que esos ojos, más que el entrecejo, más que los labios.
¿Y renunciará el pintor a ser él mismo en ese retrato, al transfundirse en eternidad? Ya está pronunciada la gran palabra: eternidad. Eternidad eterna de Velázquez, eternidad misteriosa en Rembrandt. Hay un instante de profundo silencio en el estudio, y el pintor permanece absorto.
¿Estar ajeno el pintor a su cuadro? ¿No estar sino inmerso en aquel lienzo para la eternidad? ¿No se retrató Velázquez a sí mismo y se pintó, pintando, pintando, en su cuadro de Las Meninas? ¿No estaba Velázquez pintándose a sí mismo, cuando pintaba no se sabe a quién?
¿No está aquí y ahora Palmeral en sus retratos, que nos trae en su cuaderno? Ni que decir tiene que lo está en sus autorretratos, con mirada al espectador, como lector acaso de alguno de sus libros, o como vestido de caballero húsar y pintor, con el que engalana a su vez la portada, pero es que además, en el elegante cuaderno impreso en papel couché, el colorido es sensacional, y distinguible para quien sabe valorar el pintar y el engalanar la pintura.
Palmeral, en su libro cuaderno, ha escrito una “Presentación y motivo del folleto” al que yo he preferido llamarle, así, libro cuaderno, porque estamos ante algo más que un simple folleto, y en él nos dice en esa nota introductoria:
La obra de todo pintor se despliega en un recorrido, que transcurre por distintas etapas de su vida, también conocidas como épocas. En mi caso, los retratos han sido una constante a lo largo de mi carrera pictórica, un ejercicio que me conecta y me hace rendir homenaje a los grandes maestros de la pintura. No es mi intención poner punto final a mi incursión en el retrato, sino más bien realizar un balance, una recopilación que se presenta como una especie de antología de más de veinte años de trabajo.
“Homenaje a los grandes maestros de la pintura”, ¿eternidad al modo velazqueño? ¿Lo vio venir Azorín?
Y aquí muestro 22 retratos de dos periodos que abarcan entre 2000 a 2015, y de 2023 a 2024.
Y entre esos dos periodos en que Palmeral distribuye sus retratos: periodo 2000-2015 y periodo 2023-2024, están sus querencias y afectos por las que navega entre colores: princesas, mujeres y pescador, el actor Paco Rabal, Fernando Soria, Miguel Hernández, Don Quijote, Federico García Lorca, Jorge Juan, el caballero Azorín de la Mancha, Carmen Martín Gaite, el caballero Saorin de Jumilla, el caballero del Espejo Retrovisor y el homenaje a la pintora Juana Francés en el centenario de su nacimiento.
Caben destacar las intervenciones capitulares de Miguel Fernández, licenciado en Bellas Artes, que escribe sobre “La evolución de la pintura de Ramón Palmeral a lo largo de los últimos años” donde nos hace un recorrido pictórico vivido de Ramón Palmeral y su pintura, y del escrito de David F. Hidalgo, licenciado en Bellas Artes y artista plástico, fechada en 11-07-2024 titulada “La maestría de Palmeral”, donde nos dice que, “en resumen, Palmeral es un artista cuya obra se destaca por su uso vibrante del color, su originalidad, su constante evolución, su precisión en el dibujo y su apreciación profunda de las formas”.
Y en esta antología de retratos que he referido, me he dejado hasta este último momento el citar el retrato que Palmeral hizo de Ramón Sijé y que subtitula: “Ramón Sijé 38×36, ft. 2005”.
Yo he escrito lo más que he podido, y lo seguiré haciendo como un constante compromiso sobre el “compañero del alma” de Miguel Hernández, José Marín Gutiérrez (Ramón Sijé) al que dedicó su famosa Elegía:
En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo, Ramón Sijé, a quien tanto quería.
Y en esta labor promocional y reivindicativa del ensayista y escritor oriolano, tan pronto desaparecido, y creador y director de la revista El Gallo Crisis. Libertad y Tiranía, Ramón Fernández Palmeral nunca ha dejado de ayudarme y estar conmigo. Ni él, ni su retrato, que no ha dejado de presidir mis intervenciones públicas. Retrato de Ramón Sijé, que obra en mi poder, por atención del propio Ramón Palmeral, desde el día 14 de mayo de 2021, como está escrito en su reverso, lo cual es un orgullo para mí y que no le agradeceré bastante.
Esa elegía en la que Miguel Hernández “quiere ser el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas…” la recité hace un par de años sin auditorio, junto a la higuera de la casa de Miguel Hernández en Orihuela, de cuyo momento envié a Ramón Palmeral una fotografía, que él no solo la reprodujo en una de sus revistas literarias, sino que la acompañó con un poema dedicado, que como final de estas letras, me permito reproducir.
La luna entró en su jaula, a Julio Calvet Era la hora 26 de un día de noviembre de un año que mejor olvidar como un Cervantes por La Mancha o por no decir Oleza la patria infantil de Gabriel Miró. Sobre la Cruz de la Muela la luna en su jaula entró a poner una yema de plata entre olivos cenicientos y cabras hernandianas sumisas a la luz. La luna en su jaula entró, dócil apagado, mientras la higuera de Miguel de oro noche su tronco se vistió como una sirena de agua dulce, como metida en un cántaro de mar como sorteando horas y noches. La luna entró en su jaula cual canario cantor… En tanto su albor de un cielo neutro se apaga se hace cenizas se pone gris chimeneas. Una orla de espinas y voces extrañas giran sobre la cuerda de la vida en una comba de retirada transparencia en el mármol nácar de algún ángel joven no amaestrada de una catedral terminada. Era la hora 26 de un día de noviembre entró el otoño con tos en las entrañas y un catarro de espumas entre el Segura o el Segral que bajó cuando taladraron los cielos. Ramón Palmeral Alicante, 25 de noviembre de 2022
Y volviendo a la pintura de Palmeral, queridos lectores, no pierdan de vista al pintor retratista de quien yo pido desde aquí, a quien corresponda, a que se le organice una exposición de sus retratos, pues ya su relato antológico de los mismos está en este su cuaderno, y para que se pueda degustar la luz, el color y hasta el aroma de los colores de tan claras humanidades y eternidades.
¡Enhorabuena, Ramón Fernández Palmeral, “Palmeral”, y no dejes de seguir pintando de todo y sobre todos!
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Te quedo muy agradecido y abrumado por todo lo que sabe de mí, más que yo mismo (Ramón Palmeral)