Eso le pasa a los feos que de lanzan sobre más mujeres usando como seducción su poder o cargo tanto empresarial como político. A los guapos les pasa lo contrario, que las mujeres les acosan y no saben como quitárselas de encima, son ellas las que se insinúan y le piden el teléfono. Un cargo público se debe cuidar mucho de ir de acosador. En estos tiempos del sí es sí a los acosadores se le ha acabado el chollo.