El Juez Juan Carlos Peinado es un veterano paladín de la Justicia española al que admiro profundamente. Su señoría ya sabía de antemano que se metía en el cubil de los escorpiones de la Monclos, sin embargo se emetrio acompañado de una ciega: la Justicia, y llevado por las denuncias de Manos Limpias, que según la Ser es un seudo sindicato de la ultraderecha, es decir que según los medios que se autodominan progresistas investigar al presidente del gobierno, el inquilino de la Moncloa y a su mujer Begoña Gómez es prevaricar. Y para acojonar a Peinado, la Moncloa ha soltado a los lebreles, es decir a los dóberman de la Fiscalia, que miran para otro lado en lugar de ejercer la acusación de oficio como es su deber. El Ejecutivo no debe interferir en el Pooder Judicial que es salvaguarda de la legalidad y del pueblo, es decir nosotros. La nueva presidenta del Consejo General del Poder Judicial Isabel Perello, lo dijo alto y claro sobre la independencia de este Poder. Y Bolaños ministro de Justicia chitón y a la orden.
Por otro lado de los legajos del posible tráfico de influencias por el manejo irregular de un montón de cientos de millones dados a amiguetes y recomendados, resulta que la Universidad Complutense prescinde la catedra extraordinaria de la mujer del presidente que ka tenía desde 2020, 6 años desde que el guaperas se hizo presidente a base de conceder la amnistia inconstitucional a Puigdemont y seguidores para abrir las aguas del mar Rojo, de la independencia por 7 miserables votos de Junts, sin ningún escrúpulo ético ni moral.
Es decir que nos hayamos a punto de que mar Rojo se cierre y nos pille a todos en bragas, y a su señoría juz peinado la acusa la Fiscalía de prevaricar por citar al pridente en la Moncloa, y acudir a entrevistarse con Dios.
Pero en qué país vivimos, si a Peinado hay que darle la Medalla al Sufrimiento de la Patria por su arrojo, y la Cruz de San Raimundo de Peñaflor, la de San Hermenegildo y la de San Fernando.
