(Vacunación Covid-19 un error historico)
Leo en la Razón de hoy domingo 21 de abril 2024
"La AEMPS “considera probable” la relación de causalidad entre la dolencia sufrida y la dosis administrada,
afirmando también que “la miocarditis es un efecto adverso identificado
para las vacunas ARN mensajero”. Al interponer el afectado un procedimiento administrativo contra el Ministerio de Sanidad, este departamento ha rechazado cualquier
responsabilidad de la Administración amparándose en que la vacunación
fue voluntaria y con consentimiento informado". Jeta, Jeta a más Jeta a no más poder. Yo lo sabía.
Mienten como bellacos
Mienten como bellacos. La campaña de vacunación contra el Covid-19 estuvo marcada por una presión social e institucional sin precedentes. La exigencia del certificado de vacunación se volvió omnipresente: era necesario para ingresar a bares, aviones, gimnasios, hospitales, centros de salud e incluso para subir al autobús. En ciudades como Alicante y en la Comunidad Valenciana, se equiparaba al DNI en importancia. Las autoridades no escatimaron esfuerzos, utilizando llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp para recordar a la población la fecha de su vacunación, generando una sensación de presión constante. Esta táctica de presión ha sido comparada con las tácticas del KGB, la antigua agencia de inteligencia soviética. Muchas personas no se la pusieron por verdadero terror, a contagiarse de algo que nadie sabia lo que tenían las vacunas. La Policia Local hizo controle en la vía publica Un acoso total. Miedo tuvimos de sobra, y depresiones.
En medio de este panorama, surgieron acusaciones de lucro indebido por parte de algunos individuos o entidades vinculadas a la distribución de vacunas y mascarillas. La desconfianza creció aún más con respecto a la eficacia de las vacunas producidas en España, que algunos llegaron a comparar con inyecciones de agua. Los efectos secundarios, numerosos y persistentes para muchos, ampliaron la incertidumbre en torno a la seguridad de estas vacunas. Además, se denunció la falta de protocolos rigurosos, ya que no se realizaban análisis de sangre previos a la administración de las dosis, y la vacunación se llevaba a cabo sin importar la edad de los receptores, incluidos los niños.
En retrospectiva, la campaña de vacunación y las medidas de confinamiento implementadas durante la pandemia podrían considerarse como uno de los mayores errores en la historia sanitaria de España, rivalizando incluso con la gestión de la peste bubónica en el siglo XIII.
El gobierno de Pedro Sánchez, nos confinó por varios meses, y mintió como en él es habitual. Cogio la televisión por banda. El Tribunal Constitucional le dio la razón a Vox.
Ramón Palmerañ