Estos cuatro elementos unidos demuestran que la Justicia no existe, lo tenemos evidente en el entrado judicial de un poderoso como Trump, que puede conseguir que los jurados no sean independientes, y los declaren inocente. Cuando el dinero puede pagar a una jauría de abogados y detectives, nadie está a salvo. Un caso similar es el que pasa con España, que en cuanto acusas al gobierno y familias de posible corrupción, el asunto judicial se complica ante una Ley de Enjuciamiento Criminal que es obsoleta.
La justicia es ciega a medias, porque no es divina sino humana.
Si no tienes un euro no puedes levantar la voz y es que ni los periódicos te escuchan. No eres nadie, no eres nada.
Se ven casos que son de libro, pero los abogados lo pueden cambiar todo.
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¿Puede una la Justicia de EE-UU., acabar con la carrera de Trump?
El lunes arranca el primer juicio penal contra el expresidente por pagar el silencio de la exactriz porno Stormy Daniels en 2016
Este lunes, Estados Unidos contemplará un espectáculo sin precedentes: el primer juicio en la historia del país contra un expresidente. El protagonista será Donald Trump, el ex mandatario que además es el candidato del Partido Republicano para medirse frente a Joe Biden en las elecciones de noviembre. Un cóctel político y judicial que, sin duda, invita a ser testigos de un episodio en la vida política estadounidense que podría marcar el pulso de campañas venideras.
Hasta ayer, el expresidente Trump enfrentaba un momento de «lograrlo o morir» en su esfuerzo por retrasar el inicio de ese primer juicio penal, con una infructuosa elección de tácticas de aplazamiento para su presentación la próxima semana en la corte en Nueva York por el caso del «hush money» o dinero negro con el fin de silenciar a la hoy exactriz porno Stormy Daniels antes de las elecciones de 2016.
La última de sus tácticas ha sido argumentar que el caso debería ser juzgado fuera de Manhattan. Sus abogados dicen que el condado profundamente azul de la ciudad de Nueva York no es un lugar adecuado para Trump, sugiriendo, en cambio, Staten Island, donde ganó sus últimas dos elecciones presidenciales, como el lugar del juicio. Un juez de apelaciones se negó a emitir una suspensión de emergencia sobre el asunto el lunes, lo que habría pospuesto indefinidamente el juicio.
El segundo esfuerzo que los abogados de Trump llevaron a cabo siguió a una demanda que este presentó contra el juez de Nueva York Juan Merchán, que supervisa su caso de dinero por callar con respecto a la orden de silencio que impuso sobre el discurso del ex presidente, una maniobra que actúa efectivamente como una apelación de la orden.
En su orden original, Merchán citó el «registro no impugnado» de Trump de atacar a individuos involucrados en sus asuntos legales como motivo para limitar su discurso. La orden prohibió a Trump atacar a testigos, fiscales y personal de la corte, pero no le impidió lanzar insultos al fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, o al propio juez.