(Sánchez como el Algarrobico)
El hotel fantasma de El Algarrobico en el paraje natural de Gabo de Gata es una afrenta al equilibrio y la belleza de un entorno natural protegido. Construido como un monstruo de cemento a 15 metros de la costa. A pesar de la aparente legalidad respaldada por documentos, su existencia representa un grave atentado contra la protección ambiental. La presencia humana, regida por leyes, amenaza con destruir este ecosistema frágil. Mientras tanto, pueblos como Las Negras, Rodalquilar, La Isleta, Escuyos, las Presillas, San José, pueblo de Cabo de Gata y Ruescas se desarrollan gradualmente, a veces de manera invisible, mientras las instalaciones industriales como las de Michelin avanzan sobre los parques y el drago (un árbol). Incluso playas como Mónsul y Genoveses han sido de paso y uso restringirse debido a la invasión motorizada del ser humano.
La naturaleza volcánica de esta región exige una protección inflexible. Aunque El Algarrobico construido desde 2003, se mantenga por artificios legales, es imperativo preservar este entorno. Sin embargo, enfrentamientos entre el ejecutivo y el poder judicial, como los que observamos con Pedro Sánchez y el caso de Algarrobico, demuestran una negligencia que tarde o temprano tendrá consecuencias. La promotora vio en este lugar del parque un marco incomparable, y se dijo esto es mío, aquí empezamos a construir nuestro Benidorm particular. Egoísmo como el de Sánchez. Aquí vamos a ganar mucho dinero. Y los huéspedes se lo van a pasar "pipa", y vamos a dar trabajo y ganar mucho dinero, en el todo vale de esta España turística de sol y playa.
No es aceptable que un presidente manipule a su antojo el sistema judicial. Artículos como el de Luis María Anson en La Razón, "La imputación del Supremo a Puigdemont" con citas de Cicerón sobre la subordinación de las armas a las togas, ponen de relieve la gravedad de la situación. Yo titularía este articulo: "La impunidad provisional de Puigdemont". La propuesta de Sánchez de traer a Puigdemont a Cataluña envuelto en papel de Albar para evitar su enjuiciamiento es un ejemplo más de esta actitud cuestionable e inconstitucional. Esta aberración paisajística de El Algarrobico es una intromisión intolerable en un entorno natural en peligro, mientras las autoridades como la Junta de Andalucía prefieren ignorar la situación.
Que sepa Puigdemont y sus abogados que este tema de la Ley de Amnistía va para largo, para varios lustros. Ya que como el mandato de Pedro Sánchez no será eterno, en cuento caiga como cayeron Ramses, Julio César, Alejandro Magno, Abderraman y otros líderes, llegará un día que Puigdemonio será detenido y encarcelado, como El Algarrobico será derribado. Las leyes del equilibrio y natural es como la goma elástica siempre vuelven a su sitio.
Ramón Palmeral
ENLACE: Recuerdos de un viaje por Cabo de Gata-Nijar y San José, en junio de 2006