Sincronicidad y serendipia: mucho más que simples coincidencias
Hilos invisibles
La sincronicidad implica la existencia de varios sucesos de contenido similar, relacionados entre sí y ocurridos sin que se pueda demostrar una relación causa-efecto
Pensamiento dualista: El enigma de la relación entre cuerpo y mente
A lo largo de la historia, el hombre ha tratado de desentrañar en muchas ocasiones el misterio de las coincidencias. Son muchos los científicos y estudiosos que han tratado de encontrar pistas sobre el funcionamiento de la realidad y buscado indicios que expliquen sus causas. El médico, psiquiatra y ensayista suizo Carl Jung utilizó (1973) la palabra sincronicidad para describir la coincidencia significativa de varios sucesos de contenido similar o igual y que estén relacionados entre sí de una forma no causal.
La sincronicidad no es sólo una coincidencia extraordinaria y puntual. Para Jung es principio conector sin mecanismo causa-efecto. Sus influencias en este campo provenían del campo de la mecánica cuántica (Wolgang Pauli), la teoría de la serialidad (Paul Kammerer) y la antigua filosofía china. La sincronicidad indica que el significado compartido entre dos sucesos de baja probabilidad pudo tener algo que ver con el motivo por el que ocurrieron.
Categorías de sincronicidad
Carl Jung explica distintas categorías dentro del concepto de sincronicidad:
- La coincidencia entre una imagen que se produce en tu mente de algo que, simultáneamente, se materializa, sin que haya evidencia de una conexión causal: Estás hablando de una persona de la que hace mucho tiempo que no sabes nada y te llama por teléfono en el mismo instante.
- La coincidencia entre una visión interna y un evento externo: Soñar que una persona se despide de ti y saber a la mañana siguiente que ha fallecido.
- La coincidencia entre un sentimiento, un pensamiento o un sueño y un suceso que aún no ha tenido lugar, por lo que no puede ser verificado en el momento: Por ejemplo, un sueño o un pensamiento premonitorio.
Conectados
Carl Jung afirmaba que existe una conexión íntima entre la persona y su entorno y que es esa atracción la que crea circunstancias coincidentes y valiosas para quienes las experimentan, que a menudo les conceden un significado simbólico. Unos achacan estas coincidencias a la casualidad y otros a la suerte, mientras hay quienes las ligan a distintas creencias. Lo que hace de una coincidencia significativa más que una casualidad es que la conexión sea inusual, o que sean numerosas.
Esos días en los que el mismo objeto aparece una y otra vez de muchas formas diferentes: en un periódico, en un anuncio de televisión, en una valla publicitaria, en una conversación... ¿Azar, casualidad, sincronicidad? Algunos defienden que aquí entra en juego el sesgo de confirmación, la tendencia a interpretar una evidencia como confirmación de las creencias de cada persona. Otros creen que el elemento más importante de la sincronicidad es lo significativo de las coincidencias, aunque también este es un elemento subjetivo.
Serendipia
la fusión de sabiduría y la oportunidad de encontrar algo valioso de forma accidental
La primera persona que utilizó el término serendipia, entendida como la fusión de sabiduría y la oportunidad de encontrar algo valioso de forma accidental, fue el político, arquitecto y escritor británico Horace Walpole (1717-1797). Le inspiró la historia, o quizá leyenda, de los tres príncipes de un reino exótico ubicado en la actual Sri-Lanka llamado Serendip que, ayudados por su sagacidad, tenían el don del descubrimiento fortuito y la capacidad para solucionar dilemas.
Walpole acuñó entonces el término “serendipity”, reconociendo en sí mismo la capacidad de encontrar lo que que necesitaba en el momento justo. Así se lo contó en una carta al diplomático británico residente en Florencia Horace Mann. La serendipia tal y como la entendemos hoy podría ser encontrar de forma inesperada algo que se busca, pero también encontrar algo realmente valioso sin intención de hacerlo o mientras se busca algo distinto.
Buenos ejemplos serían Newton y la famosa manzana o las circunstancias en las que Fleming descubrió la penicilina, uno de los descubrimientos accidentales más famosos de la historia: tras olvidar una placa de cultivo bacteriano y descubrió que el hongo que había crecido, inhibía el crecimiento bacteriano.
.............................La psicología................
Hoy en día, la psicología no es una ciencia unitaria, pues existen diversas perspectivas psicológicas,7 que se corresponden con enfoques, corrientes o escuelas, cada una de las cuales posee sus propios sistemas conceptuales y metodológicos. Entre ellas, puede haber coincidencias o, por el contrario, claras incompatibilidades;8 esta variedad da pie a múltiples acepciones y abordajes.9 Algunas corrientes se definen a sí mismas de modo excluyente, es decir, como la única vía para alcanzar un conocimiento sólido o científico y una intervención eficaz en psicología (por ejemplo, el conductismo watsoniano o el psicoanálisis freudiano), aunque con el tiempo, sus seguidores se han ido tornando cada vez más permeables a las influencias de otras escuelas.10 Por su parte, enfoques como en el humanismo consideran que el método científico no es adecuado para investigar la conducta; otros, como el conductismo, lo emplean para comportamientos observables que pueden ser objetivamente medidos.4 Finalmente, hay corrientes —como la psicología aplicada o las terapias cognitivo-conductuales— que integran diversos elementos de otras escuelas en la medida en que resultan útiles para sus fines, generalmente, la intervención (clínica, educativa, en organizaciones, etc.).10