Puigdemont está fugado de la Justicia española, y un presidente de gobierno como Pedro Sánchez no puede reunirse con él, aunque sea en Suiza (fuera a de españa). Si lo hace está cometiendo una prevaricación, porque actualmente están vigentes la requisitorias judiciales de busca y captura, y además la Ley de Amnistía no está en vigor a falta ser refrendado por el Senado. Puigdemont no es autoridad, solamente parlamentario europeo. Y no puede ser representante ni de un partido español ni presidente de una república inexistente.