La superficialidad alcanza unos límites tremendos
Decía Carrascal: “Mi mujer es lo más importante para mí y ahora tengo que estar con ella porque está en silla de ruedas”
La reciente pérdida de José María Carrascal Rodríguez (El Vellón-Madrid-8-12-1930, Madrid-3-11-2023) ha conmovido a la esfera del periodismo. En 1958, mientras residía en Berlín, ejercía como corresponsal en Alemania para los periódicos Pueblo y El Diario de Barcelona. Durante su estancia en la capital alemana, cubrió en exclusividad la construcción del Muro de Berlín levantado en 1961. En el transcurso de sus actividades, impartía clases de español, y entre sus alumnas destacaba Ellen, una destacada azafata alemana, cuya belleza capturó su atención. Con el paso del tiempo, este encuentro desembocó en un matrimonio civil en 1960, seguido de una segunda ceremonia nupcial religiosa en presencia de la Moreneta del Monasterio de Monserrat de Barcelona. La elección de este lugar obedeció a la singularidad de contar con oficios en lengua germana. A lo largo de su vida en común, esta pareja se caracterizó por su estrecha unión, sin embargo, no llegaron a tener descendencia.
En Alemania permaneció hasta 1966 en que el matrimonio se trasladó a Nueva York donde fue corresponsal de Pueblo durante diez años. Continuó en Nueva York como corresponsal del diario ABC, de RTVE y de la cadena de radio Antena 3. Vivieron durante 25 años en Estados Unidos antes de regresar a España, una decisión que no gustaba demasiado a Ellen. Nos hallamos ante una enigmática mujer de la que solamente sabemos su nombre, a la que bien le podemos aplicar la manida frase de: ante a un gran hombre siempre hay una gran mujer –sin ánimo de ofender a las donas. Como era un matrimonio muy discreto, apenas existen fotografías donde se les viera junto, porque eran muy discretos, residían en la Ciudad de los Periodistas, al norte de Madrid.
Solían viajar a Estados Unidos, varias veces al año. José María confesaba que debía mucho a su esposa, pues lo ayudaba a menudo, dándole su opinión, aceptando los compromisos profesionales de todo periodista que quiera cumplir como el hacía en su condición de corresponsal, siempre atento a cualquier imprevisible suceso, o a la diaria actualidad. A ella le dedicó su libro Cartas españolas a mi mujer, Espasa Calpe 1998. Son 33 cartas, donde Carrascal cuenta a su esposa alemana, que se queja de que no entiende España, la historia y el desarrollo social del país. Cada una de las cartas está dedicada a un período clave de nuestra historia y el conjunto muestra la complejidad de un país en apariencia muy simple, el drama ininterrumpido de una vieja nación que no acaba de encontrarse a sí misma, las contradicciones de un alma que va sin intermedio del más negro pesimismo al más desbordado optimismo.
De Ellen apenas sabemos nada, últimamente, Ellen permanecía en silla de ruedas, él, estaba pendiente de ella y cuidándola, pues habían pasado 63 años de matrimonio, sin hijos. El gran escritor y periodista de Antena 3 (diez años de informativos), llevó siempre una vida tranquila y casera. Mantenía permanentemente el mismo físico, muy delgado, a su ya avanzada edad. Decía que su dieta era la que mejor le convenía, manteniéndola con todo rigor: sólo cenaba una manzana.
Popular en gran parte del país, especialmente durante la década de los 90. gracias a ser el primer presentador de informativos de Antena 3, formato en el que introdujo las grandes frases de despedida e incluso los editoriales, el primer periodista español en entrevistar a Ronald Reagan, además del reportero que narró la llegada del hombre a la Luna, siempre supo mantener apartada del foco mediático su trepidante vida personal y amorosa. Hecho que hemos logrado descubrir con el paso del tiempo.
Fue nuestro admirado Carrascal un gran trabajador y amaba su oficio de escritor (veinte libros) y de periodista vocacional de raza. En 1972 ganó el Premio Nadal y el de Barcelona por su novela Groovv. En junio de 1986 recibió el premio Mariano de Cavia de Periodismo, correspondiente a la edición de 1985, por su artículo titulado "Cambio, pero menos", aparecido en ABC el 4 de septiembre de 1985. Y en 2021 recibió el Premio Luca de Tena. En diciembre de 2002 le fue concedida la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
El hombre de las mil corbatas de vivos colores, con su distintivo estilo para sobresalir entre sus colegas, nos dejó el viernes 3 de noviembre a la edad de 92 años, le faltaba un mes para cumplir noventa y tres años. No obstante, como bien reza el himno de las Fuerzas Armadas, compuesto por el padre Cesáreo Gabaráin, “la muerte no es el final”. Siempre con quedará su estilo elegante y sus enseñanzas.
Ramón Palmeral
Alicante,5 de noviembre 2023