España es el país de toda la Unión Europea en el que más sube la presión fiscal desde 2019
La suma de impuestos y cotizaciones se dispara un 2,9% de PIB en el periodo 2019-2022. La clave: la subida del IRPF
España es el país de la Unión Europea en el que más sube la presión fiscal desde 2019. Ninguna de las otras 26 naciones que integran la UE ha experimentado un repunte tan fuerte de este indicador económico, que incluye la presión tributaria y de cotizaciones sociales. En 2019, el dato español estaba en el 35,4% del Producto Interior Bruto (PIB), y en 2022 la cifra era de 38,3%, casi tres puntos más. Por el camino, una pandemia, una crisis económica sin precedentes y la firme decisión del Gobierno de seguir subiendo impuestos.
El incremento es muy superior, por ejemplo, a los 1,3 puntos que creció la presión en Portugal o los 0,9 puntos de Francia. Y contrasta mucho más con la reducción de 5,3 puntos registrada en Dinamarca, el punto menos que presenta Irlanda o los 0,2 puntos que aumentó la presión en el conjunto de la UE. Estas cifras que publica Eurostat, y que ayer recogió la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en el documento La presión fiscal en España y en la UE, muestran además que ese incremento en el dato español se ha centrado, en gran medida, en las familias. En la clase media.
Los ingresos en imposición sobre la renta han aumento un 1,9% del PIB, «en los que la imposición personal/familiar explica algo más del sesenta por ciento del total [1,25% PIB]», explica el informe firmado por Miguel Ángel García Díaz, investigador asociado de Fedea y ex viceconsejero de Empleo, Formación y Trabajo de la Junta de Andalucía entre 2019 y 2022. E incide: «La renta personal es el epígrafe que ha asumido el mayor porcentaje de aumento de la presión fiscal [41,4% del total], en su mayor parte debido a la no actualización de la tarifa y las deducciones personales del IRPF».
Esto es, que la reiterada negativa del Gobierno a adaptar el impuesto de la renta a la inflación es el motivo último del fuerte incremento, y que este rechazo a deflactar la tarifa ha afectado de manera muy directa a los hogares durante el complejo proceso de pandemia, crisis y recuperación. El Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero siempre ha obviado esta realidad, que ha sido apuntada por muchos economistas y que ahora subrayan los datos de Eurostat y el documento de Fedea. Desde Hacienda replican que una deflactación beneficiaría a todo el conjunto de los contribuyentes, ricos, clase media y clase trabajadora, y que prefieren medidas más selectivas como la rebaja del IVA en la luz y alimentos, por ejemplo.