LA AMISTADA DE JOAQUIN SOROLLA CON RAFAEL ALTAMIRA
Ramón Palmeral
En 1886, cuando tenían 20 y 23 años, respectivamente, habían forjado una gran amistad por lo que surgió la idea de hacer un retrato del historiador y jurista alicantino. El cuadro, de 55 x 41 centímetros, fue vendido al Museo del Prado en 1999 por la familia del también creador de la Extensión Universitaria, profesor de la Institución Libre de Enseñanza y candidato al Nobel.
Primer retrato del estudiante de Derecho el alicantino Rafael Altamira. Se conocieron en Valencia. Sorolla pintó el retrato cuando Altamira tenía 20 años y estaba terminando los estudios de Derecho en la Universidad de Valencia. La familia vendió el cuadro al Museo del Prado en 1999. Fuente: «Información», 14 de enero de 2023.
(Rafael Altamira por Sorolla, 1886)
Segundo retrato de Rafael Altamira por Joaquín Sorolla para la Hispanic Society of America (1913), con traje académico: muceta de doctor en Derecho y con la gran cruz de la Orden Civil de Alfonso XII. Sorolla realizó este segundo retrato, tras el inicial de 1886, a raíz de una propuesta que probablemente debió surgir en 1912 en una cena en el domicilio de Sorolla, con motivo de la visita del millonario e hispanófilo estadounidense Archer M. Huntington (fundador de la Hispanic Society). En este retrato, Sorolla pinta a Altamira en su madurez y se halla expuesto en la Galería de Españoles Ilustres de la institución neoyorkina. En 1912, el pintor valenciano ofreció en su casa una cena en honor a Archer M. Huntington, arqueólogo estadounidense fundador de la Hispanic Society de Nueva York en 1904, y fue Altamira uno de los invitados a esa exclusiva velada. Lo más probable es que en el transcurso de esa cena se produjera el encargo al pintor de un nuevo retrato.
Carta de Sorolla a Altamira donde le pregunta si podría empezar a pinta retrato para la Hispanic Society de Nueva York:
Amigo Altamira:
Tenga vd. la bondad
de decirme si mañana por la tarde
podríamos empezar
su retrato para le Hispanic
Society de Nueva York
Un abrazo de Sorolla
El caso es que un año después, en 1913, Sorolla volvió a pintar al jurista alicantino. El resultado es un retrato de madurez que se encuentra desde entonces en la Galería de Españoles Ilustres de esa institución. En este cuadro, el historiador aparece con traje académico, con muceta de doctor en Derecho y con la gran cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.
(El jurista Rafael Altamira por Sorolla en 1913)
La cara de Sorolla de Rafael Altamira, dice:
Querido Altamira.
El próximo lunes empezaremos su retrato, si Vds. (usted) dispone de tiempo.
Deme la hora en que vendría.
Feliz año venidero con un abrazo de Sorolla (Firmado)
1. Enero 3. 1913
(Museo Sorolla)
Se conocieron a mediados de los años 80 del siglo XIX. Rafael Altamira (1866-1951) estudiaba Derecho en Valencia y Joaquin Sorolla (1863-1923) cosechaba sus primeros éxitos con una medalla en la Exposición Regional de Valencia (1883) y la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional (1884).
El caso es que un año después, en 1913, Sorolla volvió a pintar al jurista alicantino. El resultado es un retrato de madurez que se encuentra desde entonces en la Galería de Españoles Ilustres de esa institución. En este cuadro, el historiador aparece con traje académico, con muceta de doctor en Derecho y con la gran cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.
El artista escribió una carta a Altamira el 3 de enero de ese año anunciando el inicio de la obra. «Querido Altamira. El próximo lunes empezaremos su retrato, si usted dispone de tiempo. Deme la hora en que vendrá. Feliz año nuevo. Un abrazo de Sorolla».
Altamira en el Museo del Prado
El pasado mes de diciembre, la pinacoteca nacional sacó esta obra de los almacenes para mostrarla por primera vez, en el marco de la exposición Retratos de Joaquín Sorolla (1863-1923), organizada con motivo del centenario de la muerte del artista. «El cuadro estaba en los almacenes y no se había expuesto hasta ahora que yo sepa», asegura Ignacio Ramos Altamira, biznieto del historiador alicantino.
La obra muestra la cabeza de Altamira bien definida, con el cuello de la camisa y corbata, pero la parte inferior aparece sin cubrir de pintura, aunque firmó la obra. Según la información que acompaña al cuadro en el Prado, «la obra, de carácter íntimo, tiene una sobriedad de color muy habitual en los retratos de la primera época del artista».
En la Rabita de Huelva coincidieron: Altamira, Juan Ramón Jiménez y su discípulo Santiago Martínez, y Sorolla, según la fotografía adjunta: