(Antonio García Peris por su yerno Sorolla)
El fotógrafo valenciano Antonio García Peris hará las funciones de agente artístico de su yerno Joaquín Sorolla 1873-1923), velando por sus intereses profesionales, y por supuesto será el principal productor de imágenes suyas y de sus cuadros.
Conserva los negativos en su gabinete fotográfico para satisfacer la
demanda de copias que recibe incluso del propio pintor, ante la necesidad de promocionar
su obra, como sucederá en 1909 durante su primera estancia en Estados Unidos.
Pero el prestigioso fotógrafo valenciano también cuidará de la imagen que transmiten
los retratos que hace al artista. La pose de cuerpo entero, juvenil y más informal (n.º cat.
46 y 56 a 58), dejará paso a otra más sobria de medio cuerpo, que incentiva la progresiva
madurez reflejada en su rostro de ojos penetrantes (n.º cat. 65). En muchos casos
estas fotografías le preceden o palían su ausencia en la difusión de sus exposiciones
fuera de España. Es de gran interés el reportaje que le hace Franzen en 1906, compuesto
por seis imágenes, en el estudio de la calle Miguel Angel, que le presenta elegantemente
vestido y, sobre el traje, con su bata de trabajo, rodeado de numerosos cuadros,
y en algunas posa junto a Clotilde (n.os cat. 146 a 152).
La pareja estuvo separada dos años, de 1885 a 1887, pero nunca rompieron y Joaquín regresó a Valencia para casarse con Clotilde García del Castillo el 8 de septiembre de 1888 en la Parroquia de San Martín. En su primer año de casados, el matrimonio vivió en Italia, concretamente en la localidad de Asís, para luego trasladarse a Madrid e instalarse en la plaza del Progreso (hoy Tirso de Molina).
Fueron parcialmente publicadas por la prensa ese año y a raíz de su fallecimiento en agosto de 1923. Posará en 1908 elegantemente vestido y con su inefable puro, en el estudio García, que elige el platinotipo para asegurar la máxima calidad de la reproducción (n.os cat. 216 y 217). El gran poder
de comunicación que tienen los reportajes periodísticos contribuye afianzar la fama del
artista. La prensa de Washington y de Nueva York se hace eco del éxito de su exposición
en la Hispanic Society en 1909 dedicándole artículos acompañados de fotografías del
artista (n.os cat. 228 a 230 y 239).
Todos los pintores del impresionismo usaron la fotografía (dagerrotipos 1830), como Degás y su bailarinas, Monet, Manet, Pisarro, Toluose Lautrec... Picasso. La fotos fue una nueva herramientas para pintar figuras en movimiento; sin embargo, estuvo más visto por la critica y los retratistas, les llamaron coloristas de fotografías. Ignacio Zuloga fue unos de los pintores que estaba en contra de la fotografía.
Pienso que es lícito que todo artistas, todo pintor o escultor, pueda utilizar todo los medios técnicos innovadoras para su arte como puede ser el photoshop, u unas técnicas como las fotocopiadoras. La técnica de la informática debe estar al servicio del arte, y del artistas de su tiempo.
SOROLLA Y SU RELACIÓN CON LA FOTOGRAFÍA
Ramón Palmeral
Foto de familia de Antonio García (suegro de Sorolla)
Además de la iluminación de la que tanto Sorolla como García Peris eran expertos, de la composición y de la elegancia burguesa de sus modelos, la calidad de imagen es lo que más llama la atención de los usuarios de Twitter. "Para empezar, hablamos de una familia acostumbrada a posar (lo que no era fácil en este tipo de instantáneas). La imagen está conservada en productos de impresión fotográfica antiguos que a menudo se conservan mucho mejor que los de ahora en color. Personales de la foto nº 80290, Museo Sorolla: Fotos de Antonio García Peris (suegro): Pepita, Conchita Sorolla, Clotilde, Joaquín Sorolla, Coitilde del castillo (suegra), Enrique Matarrodena (marido de Concha, cuñado) Joaquín hijo, Isabel Bastida (tía materna de Sorolla) Marí (hij) Antonio García Peris (suegro y fotógrafo (*) y Elena (hija).
(*) Antonio García Peris fue durante años el fotógrafo favorito de la burguesía de Buñol y trabajó para empresas e instituciones valencianas, obteniendo diversos premios que culminarían con la medalla de oro en la Exposición Nacional de Fotografía de 1905 organizada en el Ministerio de Fomento por los profesionales del gremio. Fue protector de Joaquín Sorrolla cuando este era estudiante de Bellas Artes. García Peris necesitaba un ayudante y lo contrató. Pero hizo mucho más: le acogió en su casa, le dio una pensión mensual, un lugar para trabajar… Fue su amigo y su mentor, le introdujo en los círculos artísticos de la época y más tarde se transformó en su suegro (al casarse el pintor con Clotilde García del Castillo, segunda hija del fotógrafo).Fue el fotógrafo quien dio a conocer Buñol a Joaquín Sorolla, de todos es conocido que se hospedaban en la Posada Venta Pilar. Buñol cuenta con fotografías de uno de los mejores fotógrafos de la época, así como con cuadros realizados por Joaquín Sorolla (Información de Chelo Álvarez en Buñol noticias).
La fotografía en Sorolla
No me extrañó que un gran pintor como Sorolla (amante de la fotografía) no se valiera de fotografía para trabajar en el taller, sobre todo cuando las figuras están en movimiento y para los retratos, donde los personajes importantes no suelen posar mucho tiempo para el posando. En el siglo XVI, para las figuras ecuestres usaban caballos de cartón y maniquíes para los ropajes. Lo sé por experiencia. Quiero sospechar que su suegro Antonio García, debió de ayudarle en cuadro puntuales. Además conocía la foto y fue ayudante de su suegro en Buñol. Es decir, estamos seguros que los impresionistas se valieron de fotografías como un instrumento auxiliar. Como hoy se llega a usar el Photoshop.
La tesis de Roberto Díaz Pena en boca de Tomás Llorens:
Pero el impacto más poderoso, el que afectará más profundamente a los pintores de impronta naturalista será el de la fotografía. Será la fotografía la que les enseñará a todos, desde Degas hasta Sorolla, a ver cosas que el pintor del pasado no está capacitado para ver: como mueven sus patas los caballos cuando corren, cómo nos movemos, brazo y ojos, para hacer un brindis, cómo cambiamos de expresión, cómo se separan la luz y la sombra en nuestro rostro. La fotografía enseñará sobre todo a disolver el vínculo ancestral que en el mundo antiguo unía la imagen con lo sagrado. A profanar la imagen.
Algunos críticos de España llegaron a decir que “estábamos ante un mero ilustrador por el mero hecho de aprovechar las virtudes y posibilidades de la fotografía”. Por le hallazgo de pintar a niños corriendo por las playas de El Cabañal. Las casualidades no existen, existe la razón y el aprovechamiento de nuevas tecnologías, por lo tanto no es un pecado artístico usarlo, como lo hieran Degas y sus bailarinas, Monet, Manet u otros impresionistas de finales de siglo XIX.
Es imposible pintar del natural cuadros como “Niños corriendo en la playa” 1908, “El Encierro” de Sevilla de 1914, o “Ayamonte y la pesca del atún de 1919, de figuras en movimiento, por citar solamente tres cuadro aunque se podían buscar otras obras donde hallamos figuras con sombras y luces de sol, o reflejos en el agua, que están en constante movimiento. Estas observaciones no quitan o desvaloran el gran trabajo de Joaquín Sorolla, ni mucho menos, simplemente que aplicando a lógica no es posible. La técnica de apoyarse en fotografías aparece con los daguerrotipos (procedimiento de un tiempo de revelado) y el cinematógrafo.