El edadismo fue un término acuñado por el gerontólogo Robert Butler en los años sesenta, para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación con la edad. Esta discriminación, actualmente, es más exagerada que respecto al sexo o raza. Se sustituye a personal veterano por chavales recién salidos de la Universidad, que aceptan condiciones económicas lamentables. De hecho, recientemente, el Supremo ha anulado un despido de un ingeniero de 58 años de Huawei (el lema de su presidente era: "hay que cambiar lo viejo por lo nuevo" muy americano) por ser discriminatorio por razón de edad, obligando a readmitir al trabajador, y abonándole una indemnización adicional por daño moral. Parece que la moda, sobre todo en empresas tecnológicas, es presumir de tener plantillas de veinteañeros que juegan al ping-pong en la oficina. ¿Buscan a gente joven porque trabajan más, a cambio de menos dinero?

 

El 33% de parados, en España, tiene más de 50 años. En el 2013, eran el 18%. Si hablamos de parados de larga duración, el 50%, tanto en España como en la UE. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), los trabajadores mayores de 50 años tienen grandes dificultades para mantener el empleo, o encontrar uno nuevo, caso de perderlo, ya que se desestima el CV sistemáticamente, sin dar oportunidad. ¿Entendéis porque en el Reino Unido está completamente prohibido poner la edad en el currículum? Salvo que haya habido alguna reforma legislativa últimamente (modo irónico), el trabajo es un derecho constitucional, no vinculado con la edad. Es decir, que, con independencia de tu formación o experiencia, conseguir trabajo cuando eres un cincuentón, como el que suscribe, es una misión más imposible que las de mi amigo Tomás, el hombre que no envejece jamás. Vosotros le conocéis como Tom Cruise.

 

Tenemos el tremendo problema que aquí se valora el entusiasmo que tengas (que se presupone, al igual que la valentía del soldado), pero no la experiencia. Amigo empresario, permíteme decirte que, según mi modesta opinión, cometes un error, ya que acabarás poniendo en peligro tu productividad y competitividad, si tu mano de obra es demasiado joven. Además ,muchos parecen desconocer que la contratación, a partir de una determinada edad, está bonificada. Sin embargo, los responsables de selección de personal atienden a otros criterios, y se opta por un sistema que te jubila de forma anticipada e inhumana. Aplaudo la iniciativa del catalán Kim Díaz, que buscó camareros mayores de 50 años para su nuevo restaurante italiano en Barcelona. La única "profesión" donde se prima ser mayor es, sin duda, ser Papa. La edad media de los cardenales es de 77 años.

 

Y, con las mujeres, se es especialmente cruel: "a esa menopaúsica se le ha pasado el arroz" ¿Desde cuándo la menopausia, o las canas, son invalidantes?. Estar "entrada en años" significa años bien vividos, con responsabilidad, experiencia, conocimiento, actitud.....y aptitud. Si tienen menos de cuarenta, las desechan porque pueden ser madres, y a partir de los cincuenta, porque buscan gente con "ideas más frescas.”

¿Qué está ocurriendo? Que el número de opositores mayores de 50 años se ha disparado en estos últimos dos años, según leo a la profesora y comunicadora Inmaculada Gómez Martín. Debo admitir que es realmente lamentable que una persona de mi edad decida meterse a funcionario público, no por vocación, sino porque necesita ganar dinero para vivir, ya que le es imposible encontrar empleo en el sector privado. Y es que el trabajo nos dignifica, no únicamente por un tema económico, sino porque equilibra nuestra autoestima. No estamos hablando de cargar sacos en el muelle, u otros trabajos físicos, me refiero a estar sentadito en una oficina. ¿Acaso piensan que estamos para que nos den papilla y nos pongan un pañal?

 

Amigo jovenzuelo, seguro que tienes unas ganas tremendas de comerte el mundo, y has sacado unas notas brillantes en tu carrera universitaria (mejores que las mías, seguro) pero, qué quieres que te diga..... te faltan horas de vuelo. Es lógico que los de menos edad accedan al mercado laboral, porque es ley de vida, pero los de generaciones anteriores debemos enseñarles y guiarles.

 

Es curioso que, en otros países, se venera a los ancianos, y aquí se nos ha vendido que los sesentones no sirven, y que encima cuestan dinero a la Seguridad Social (que ya pagaron con creces, por cierto). En el antiguo Israel, cuando entraba un anciano a un recinto, era obligatorio agachar la cabeza en gesto de reverencia. En Japón, según he leído, ves a gente muy pero que muy mayor, trabajando a su ritmo. Y es que hay culturas donde, si no te sientes útil, eres una persona muerta en vida. Aprendamos de ellos.