(Moros y cristianas en Alicante a Ramón Palmera, 2010)
Mucha culpa de que el arte español emergente carezca de valor o de bajo valor lo tienen las casa de subastas. Solamente quieren chollos, es decir, en los cuadros un afirmas como un Sorolla, un Zurbarán o un Madrazo, encontrado en un armario del abuelo/a. No importa lo que sea, lo que importa es la firma. Si fuera un reloj antiguo no importa la firma sino el objeto. En arte no, en el arte de la pintura o escultura es la firma. Por eso existen tantas falsificaciones.
Como las casas de subastas, tienen que ir a lo seguro, no arriesgan, y por lo tanto, las firmas emergentes como la mía, no las quieren, y no arriesgan, y por lo tanto no favorecen el arte de la pintura por el tema, tendencia o estilo únicamente les importa una firma de un pintor famoso que esté en los libros de textos. Los coleccionistas compran lo que les aconsejan es subastas en lo catálogos. Si es célebre como una acuarela de Hilter también, as quieren.
Lo que pasa en España con el arte es lamentable, porque además ni el Estado, ni galerías arriesgan en nadie nuevo. Van a lo seguro con pintores muertos. He preguntado valoraciones en varas casas de subasta, la respuesta es siempre negativa. No miran los currículum, les suena, un Velázquez o un Goya, ya ni un Zuloaga, saben quién es. Los pintores vivos lo tienen muy difícil, porque se hallan en pelna producción, ellos quieren que el pintor este muerto, porque así no pinta más.
Que sucede que son pocas y tienen mucho donde elegir. Solamente les interesan los chollos de la gente arruinada. Luego tenemos otros problemas los Impuesto de Sucesión al 21 % y la Ley de Mecenazgo.
Otra cosa es que hay poco dinero para arte, para invertir al largo plazo.
En definitiva el arte es un engaño, lo mires por donde lo mires.
Ramón Palmeral
Pintor y escritor.