(Fuente de la Puerta del Mar. Al fondo el Hotel Meliá)
Ramón García Loca se hallaba sumido en la confusión de las calles de Alicante por el barrio viejo. Entró en un sospechoso bar de trabajadores, que le miraron. Había arribado a esta urbe desde un crucero atracado en el puerto con la intención de disfrutar de unas plácidas vacaciones, mas tras recorrer los destinos turísticos de rigor, se había sumido en un laberinto de desorientación. Sus pasos, desprovistos de dirección, lo llevaban por las calles céntricas del barrio de Santa Cruz, en busca de algún indicio que pudiera marcar el sendero correcto hasta una ermita. La ciudad se manifestaba ante sus ojos con un rostro ajeno a las imágenes de los folletos promocionales, aunque su esencia mediterránea y ambiente reposado no dejaban de fascinarle: las cúpula de cerámica azul de la concatedral de san Nocolas de Bari.
De repente, en la distancia, vislumbró la icónica silueta del Castillo de Santa Bárbara, que había identificado previamente en el mapa de la guía turística. Renaciendo en él una esperanza revitalizada, encaminó sus pasos hacia esa fortaleza milenaria en un intento por encontrar su ubicación actual. A medida que avanzaba, su mirada se perdía en los detalles de la ciudad circundante, desde las coquetas plazas hasta los majestuosos edificios históricos que adornaban la travesía.
Una vez en las inmediaciones del castillo, finalmente pudo confirmar su punto en el mapa mental. Recabó las orientaciones de un amable residente local, delineando así la ruta más breve de regreso a su alojamiento. A pesar de haberse perdido inicialmente, la experiencia inesperada le había brindado la oportunidad de descubrir una faceta inexplorada de Alicante. Ahora, con el anochecer acechando, planeaba aprovechar la ocasión para explorar más a fondo la ciudad, sin temor a perderse de nuevo en sus encantos. Caminó hasta la zona del Ayuntamiento de Alicante con fachada barroca, y soportales de construcción moderna. Luego camina por el adarve hasta la calle Cervantes, ve la fuente de la Puerta del Mar, El puerto de abre con sus brazos hospitalarios. la Explanad de España con su solería de olas petrificadas. Desde el Paseo Maritico de el Postiguet o postigo pequeño observa la impresionante silueta rocosa de la cara del Moro ¿o es acaso una mora?
Alicante es turismo maravillosa, encantadora y embrujadora. La mejor de las opciones para ver Alicante en el Turibús, que con una guía te enseña la ciudad.
Llegó el bus a la parada de recogida de turista de todos los idiomas y vecindad, y ocupó su asiento de regreso para cenar en el crucero. La parte antigua de la ciudad es digna de recorrer, ver en otra ocasión con más detenimiento Es maravilloso perderse por al calles en absoluta seguridad. El cruce de la compañiía XCC navega de noche y hace escalas en los puertos de día, el próximo destino será Málaga y luego Túnez.
28-09-2023