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"Diferencias Sociales Reflejadas en las Apariencias". Caras y dientes de ricos
En la sociedad actual, es innegable que las diferencias económicas y sociales se hacen evidentes en la apariencia física de las personas. Sobre todo en mujeres. Mientras que aquellos que gozan de riqueza y poder pueden permitirse el lujo de cuidar meticulosamente su aspecto, con visitas regulares a esteticistas y dentistas para mantener sus caras impecables y sus dientes blancos como los de las estrellas de Hollywood, aquellos menos afortunados se enfrentan a una realidad diferente. Es decir que tiene caras de anuncios o de series de televisión turcas. No hay calvos ni feos/as
Los menos afortunados, a menudo, se ven obligados a hacer largas colas en oficinas de empleo en busca de oportunidades laborales, y es triste notar que su apariencia suele mostrar las señales de su lucha contra la adversidad. Faltan dientes, manchas en la piel y otras imperfecciones son comunes. Para ellos, el acceso a una atención médica de calidad y una buena alimentación es un lujo inalcanzable, lo que se refleja en su salud física y en la calidad de su piel, cabello y dientes.
Es triste observar cómo los rostros de los ricos y políticos a menudo son máscaras cuidadosamente construidas de maquillaje y falsedad. Detrás de esas sonrisas forzadas y expresiones imperturbables, a menudo se esconden motivaciones egoístas y una falta de sinceridad. La desigualdad social se hace evidente en cada línea de sus caras.
La realidad es que aquellos con recursos económicos tienen una ventaja innegable en términos de aspecto físico. Tienen la capacidad de invertir en una alimentación saludable y en cuidados médicos, lo que se refleja en su piel radiante, cabello exuberante y sonrisas brillantes. Además, las clases trabajadoras a menudo tienen trabajos que exponen sus cuerpos a las inclemencias del tiempo y carecen del tiempo y los recursos para invertir en su bienestar físico.
Las desigualdades sociales se manifiestan en la forma en que caminamos, nuestras caras, nuestras manos y cada aspecto de nuestra apariencia general. Por lo tanto, es hora de reconsiderar el viejo refrán "la cara es el espejo del alma" y reemplazarlo por "la cara es el espejo del bolsillo". De hecho, investigaciones recientes han demostrado que somos capaces de identificar la posición económica de una persona al observar su rostro, siempre y cuando mantenga una expresión neutral.
A lo largo de la vida, nuestras experiencias de felicidad y sufrimiento dejan huellas en nuestros rostros, aunque estas huellas pueden ser enmascaradas por expresiones faciales conscientes. Nuestros rostros actúan como testigos silenciosos de nuestras vivencias a lo largo del tiempo, como si fueran los fantasmas de las experiencias pasadas, como lo describen los escritores.
Es importante destacar que los ricos a menudo tienden a vestirse y aparentar de manera similar, al igual que las personas de otras clases sociales. Esto solo amplifica las similitudes dentro de un grupo social y resalta las diferencias con otros grupos.
No se puede ignorar que en la vida, tener un atractivo físico tiene un impacto significativo en la capacidad de lograr metas y alcanzar una posición favorable. Es evidente que la industria del entretenimiento, como Hollywood, favorece a aquellos que cumplen con los estándares de belleza predominantes, lo que ha contribuido a impulsar las carreras de actores y actrices.
La mujeres se cuidan más que los hombres. Ellas tienen más complejos físicos (embarazos, menopausia...), y siempre quieren estar guapas. El hombre es más masculino y algunos se dejan barbas.
Indudablemente cuando voy a un despacho de un profesional los veo resplandecientes y sé si la bolsa le va bien, regular o mal, tiene esa tendencia ya visitar a los esteticién y dentistas para que le blanqueen los dientes.
Ramón Palmeral
