El año 1959 del pasado Siglo hizo un calor infernal, a esta circunstancia hay que sumarle que apenas se conocía en Orihuela el aire acondicionado, ningún local disponía de semejante invento. Las mujeres no podían salir a la calle sin embutirse en una faja de tubo. Los veranos oriolanos eran largos y tediosos, para refrescarse sólo existían dos heladerías. No hacía falta más, en esa época era muy poca gente la que podía permitirse el lujo de gastarse el poco dinero que tenía en un “variado”, (nombre que se le daba en nuestro pueblo al popular “corte”). También, “Los Manolés” —familia de artesanos del Rabaloche— con sus carros ambulantes vendiendo sus ricos helados caseros...
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Otro
Por las fechas en las que nos encontramos, he considerado que estaría bien contarle a los lectores algunos detalles de la Feria que se celebraba antaño en Orihuela.
Nadie ignora la dureza del estío en nuestra Ciudad, máxime cuando todavía no existía ni el aire acondicionado ni los frigoríficos de hoy en día. La Feria se esperaba con impaciencia porque ayudaba, en gran medida, con la algarabía que se formaba, a sobrellevar los largos y calurosos días agosteños...
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