Cuadros de Ramón Palmeral (2008), la ciudad de Nueva York. Es el pintor de los tomates
(Las personas somos invisibles en la grande urbes)
Poema original
NUEVA YORK ME MATA Y ME DA VIDA ILUSORIA
Nunca me dejaron ir Nueva York
y la vi alta y hostil en fotografías.
en cine y en García Lorca, poeta.
Símbolo evasivo del capitalismo
con rascacielos de risa y burla:
vértigo de las palabras metafóricas,
maravilla, gradiosa y bella en la alturas,
en los atardeceres sobre la bahía del Hudson
al atravesar el punte de Brooklyn en bicicleta
con Antonio Muñoz Molina en brazos.
Nunca me dejaron ir a Nueva York
criatura de vertical y desvergonzada y cruel
donde la limusinas son taxis
con conductor indios, italianos o afromaericanos.
Nueva Yor me mata antes de ir, me repugna su soledad
me acaricia la tarde con sus colores magenta y oro
como los amarillos taxis que conduce un poeta
del trafico, un poeta que memoriza miles de nombres:
-calles, avenidas, plazas, jardines y prostúbulos góticos-.
Me encontré con Molina y tomamos el metro,
un barco, una helicóptero y vi maravillas,
y ricos y pobres todos juntos Times Square.
Nueva York es muy dura
con para desheredados ni con lo que no saben inglés
Nueva York me mata y me da vida ilusoria.
El coco del coronavirus se ceba
de dolor y de angustia con los débiles.
Algún día iré a Nueva York a exponer mis cuadros.
Ramón Palmera, 18-09-2020
Año del coronavirus