Acabar en España con el bipartidismo fue un error grave, que tiende hacia la ingobernabilidad actual y futura.
«Tienen a su favor el rechazo que genera el bipartidismo por su abandono de estos territorios», reconocen en el equipo de Organización del PP. Feijóo, por cierto, ya ha echado a rodar a su comité electoral con la designación del coordinador general, Elías Bendodo, como jefe de campaña.
La Ley d’Hondt beneficia además a los representantes de la España rural en unas elecciones generales.
Ya está registrada la Federación de Partidos de la España Vaciada, y en los comités de campaña de Ferraz y de Génova siguen con atención cómo se están desplegando por las distintas comunidades autónomas, con sedes en provincias de Castilla y León, de Castilla-La Mancha, de Aragón o Andalucía, además de La Rioja. «Tienen a su favor el rechazo que genera el bipartidismo por su abandono de estos territorios», reconocen en el equipo de Organización del PP. Feijóo, por cierto, ya ha echado a rodar a su comité electoral con la designación del coordinador general, Elías Bendodo, como jefe de campaña.
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Del éxodo rural a la despoblación total
La España rural ya se vació hace tiempo a través del éxodo
rural, un fenómeno que comenzó tras la revolución industrial, pero que
se dio con mayor fuerza especialmente en la segunda mitad del siglo XX. El abandono de las comuniacione y de la víasde comuniación, ferreas intercomarcales, colegios, sanidad, bancos... La autopistas acabaron con los desvíos a los puebl que los aisló aún más.
El éxodo rural implicaba el abandono de los pueblos en busca de oportunidades en las ciudades. Ese abandono solía suponer también el cambio de trabajo, desde actividades muy centradas en el sector primario (agricultura y ganadería), hacia actividades del sector secundario (industria) o terciario (servicios).
Los pueblos se fueron vaciando progresivamente, con una emigración hacia las ciudades de la provincia o hacia otras ciudades. Esto ocurrió con especial intensidad en las zonas más rurales, que no fueron capaces de retener población. Tampoco esos pueblos han podido volver a poblarse a través de nuevas actividades productivas.
La despoblación va avanzando, a pesar del turismo rural y cultural temporal de los meses de verano.
Hay que dejarse de podemistas, comunistas y nacionalismo que únicamente quieren ocupar sillones y leyes de género.