Me refiero a Alicante capital, es una lengua que no se usa en el trabajo, ni en la administración, ni Justicia ni ayuntamientos, ni en iglesias, ni en restauantes. Ni la usa Carlos Mazon, ni Luis Barcala, para el bien entendimiento todos los alicantinos, la mayoría venimos de Albacete, Castilla, Andalucia, Madrid y Murcia. La Generalitat Valenciana se empeña en examinar a médicos y funcionarios de esta lengua muerta en el grado C1, como requisito de valencianismo académico (el vulgar lo no entienden ni ellos), que supone una forma de castigo para ellos, una forma de blindar los exámenes para el resto de españoles. Pretenten a imitación de Cataluña tene una lengua propia identitaris nacionalista. Que sepan que kas lenguas no se pueden imponer a la fuerza, ellas son ente vivos, y por lo tanto pueden desaparecer como le pasó al latín. En un mundo globalizado ni el valenciano, ni catalán, ni vasco, ni gallego, sirven para comunicarse.
No obstante a pesar de lo comentado sin acritud, yo respeto el valeniano, el alicantinismo y la cultura de nuestros antepasados y su lengua vernácula de siglos, desde del Tratato de Almizra de 124 que alicante quedó dividida entra castellanos y aragoneses, que es de donde viene esta legua atoctons
Ramón Palmeral