Los socios de Sánchez romperán el voto en las conclusiones del debate de la nación
El PP se centrará en la economía y obligará al PSOE a votar su propuesta de bajada de impuestos
Por más que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se esfuerce en resaltar el perfil progresista y social de su Gobierno de coalición sus socios no se lo van a poner nada fácil. La gran prueba la pasará en la votación de las propuestas de resolución, ocasión que los socios aprovecharán para resaltar, precisamente, las diferencias programáticas que les separan de la marca socialista a fin de poner también distancia con el desgaste que le echan encima las encuestas.
Cada grupo puede presentar 15 propuestas de resolución, y las votaciones tienen más valor simbólico que ejecutivo. Pero tanto Podemos como ERC, principalmente, se buscarán la manera de dejar claro que el PSOE se queda siempre por detrás de ellos en materia social, y también en otras cuestiones programáticas para la izquierda, sea Defensa, Monarquía, impuestos a las eléctricas o inmigración. Los republicanos y los morados acuden al Congreso decididos a dar lecciones al partido del Gobierno y al presidente al que sostienen en Moncloa.
Para poner sordina a estas diferencias, que se sustanciarán en la votación de la jornada final del debate, el Gobierno ha dispuesto que coincida con la aprobación de la Ley de Memoria Democrática y del segundo decreto con medidas para responder a los efectos de la inflación. Los números le dan para sacar adelante tanto la ley como las ayudas anti crisis.
El presidente Pedro Sánchez saldrá al ataque, pero también lo harán sus socios, en la misma proporción que la oposición de centro derecha. La economía es el gran tema en discusión y el PP, por su parte, aprovechará las propuestas de resolución para someter a votación las iniciativas que ha planteado al Gobierno y que no han sido atendidas, como, por ejemplo, la bajada de impuestos.
Sánchez lleva la iniciativa como presidente del Gobierno y esto le favorece en el debate, pero como se viene viendo desde hace meses el Parlamento se ha convertido en un sitio hostil para el líder socialista, y el clima electoral de esta recta final de Legislatura, el complicado horizonte económico que se avecina y la caída en popularidad de la coalición no favorecen que haya aproximaciones.
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