Vicente Hipólito Díaz-Pacheco, un hombre hecho a sí mismo… o el sueño alicantino
La Asociación de Periodistas de la provincia de Alicante ha programado para el lunes día veinticinco de julio un evento, en el que se llevará a efecto el “Acto de Nombramiento de Asociado de Honor” de esta entidad al locutor Vicente Hipólito. En dicho acto estarán presentes sus hijos María José, María del Mar y Vicente. Será a partir de las siete de la tarde y el marco elegido para la ocasión será la Sede Universitaria Ciutat d’Alacant, de la calle San Fernando.
Sus hijos serán sus testigos, porque a Vicente la enfermedad le tiene, no postrado, pero sí retenido en casa. La vida, el destino, o la fatalidad no ha sido muy bonancible con la última etapa de su andadura, y la jubilación tan merecida, no está siendo todo lo placentera y activa como a él le hubiera gustado.
Bien está esta iniciativa de la Asociación y de su presidenta, Rosalía Mayor. Por más o menos achaques que tenga uno, los homenajes siempre deberían llegar en vida, los póstumos, o poco importan o son simples reconocimientos.
Cuatro pinceladas sobre el hombre, la persona y el profesional. Los más íntimos le llamábamos Vicente. Profesionalmente o desde fuera, al referirse a él, otros le mencionaban como Hipólito. Vicente o Hipólito, siempre fue Vicente Hipólito, y una de las cosas que siempre me llamó la atención fue el hecho de que renunciara artísticamente a ese segundo apellido compuesto, que ostentaba y que era casi nobiliario, casi de ilustre hidalgo: Díaz-Pacheco. Muchos que le conocieron nunca llegaron a saberlo.
Vicente Hipólito, huérfano de padre llegó a Alicante, albur del destino, de la mano de su madre, mujer viuda que buscaba un futuro para ambos; en la terreta encontró un trabajo como empleada de hogar. Procedían de Extremadura, de la localidad de Valencia de Alcántara, provincia de Cáceres. Y como tantos otros, por aquel entonces hicieron el trasiego de la emigración, buscando mejores oportunidades y bienestar. Por estas circunstancias entró en contacto con el entonces director de Radio Alicante, D. Juan de Dios Aguilar Gómez, profesor de escuela de profesión. Corría el primer tercio de la década de los sesenta, y la petición de la abnegada madre hizo que un todavía adolescente Vicente entrara en la emisora en calidad de botones, ordenanza o chico de los recados, labor también muy al uso en las empresas y negocios de aquel entonces. Eso fue en las instalaciones de la emisora en la desaparecida calle García Morato número 55. Actual de José Gutiérrez Petén.
Como el resto de la plantilla, más tarde nuestro protagonista se trasladaría a los nuevos estudios de la calle Pintor Velázquez, y posteriormente a los flamantes y actuales en la calle Calderón de la Barca. Así en este ir y venir el joven Vicente, después adulto y maduro conoció tres instalaciones y el devenir y paso de hasta ocho directores, comenzando por Juan de Dios Aguilar, y terminando con Benjamín Llorens. Me cuentan que él mismo tuvo oportunidades de ser director y también otras de promoción interna, pero fue un hombre inteligente y siempre tuvo claro que lo suyo era el micrófono y el contacto con la audiencia, y así fue sorteando etapas y etapas y creciendo a la vez que con los años se convertiría en la voz de la ciudad, al tiempo que competía con voces de Radio Nacional de España, o Radio Popular, en una ciudad donde todavía tardarían en llegar emisoras comerciales como Antena 3 de Radio y posteriormente Onda Cero. Vicente Hipólito se asentó y era el hombre del mediodía en su magazín de la Onda Media de Radio Alicante Cadena SER, posteriormente también con ventana a la Frecuencia Modulada.
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