Podemos no apoyará a Sánchez si decide entrar en el conflicto de Ucrania
El Gobierno exige cerrar filas y los morados asumen que no tienen competencias. Díaz mantiene silencio
Aires de frente bélico en Moncloa. No es la primera vez que PSOE y Unidas Podemos difieren en política exterior. Los choques han sido varios y todavía son recordados por sus protagonistas, como la exigencia de los morados de la libre determinación para el pueblo saharaui en pleno conflicto con Marruecos o las diferencias para hacer frente a las crisis migratorias en 2021. Ahora la coalición pasa a un siguiente capítulo con tintes bélicos tras la decisión de la parte mayoritaria del Gobierno de apoyar a la OTAN en el conflicto de Ucrania. Ello provoca un nuevo revés, en un momento en el que se multiplican los roces en la coalición –el último por las negociaciones con los socios para aprobar la reforma laboral–. La situación actual apunta a posiciones difíciles de reconciliar entre PSOE y Unidas Podemos. Y es que la cuota morada en Moncloa intentó en un primer momento mantener un perfil bajo para mostrar respeto ante un ámbito competencial que carecen como es la decisión de apoyar a la OTAN. Dejó en manos de sus portavoces el rechazo al envío de cazas al mar Negro.
Ante esta posición, fue el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el encargado de marcar la posición oficial del Ejecutivo. «Todos los europeos estamos unidos en el diálogo y la disuasión», aseguró en un primer momento, para después advertir a los morados de que –tras sus quejas– «es el Presidente del Gobierno el que marca la dirección exterior de España». Una declaración que el Ejecutivo ya ha tenido que señalar en varias ocasiones a lo largo de los dos años de vida de la coalición y que sirve como petición de cierre de filas de los morados ante la decisión de adelantar el despliegue de cazas en Bulgaria, además de acelerar el despliegue con las Fuerzas Navales Permanentes de la Alianza de tres buques.
Tras estas declaraciones, los morados han cambiado de estrategia. A los comunicados de Podemos e Izquierda Unida pidiendo la distensión e incluso la disolución de la OTAN, se han sumado tres de los cinco ministros, que han roto su silencio y han mostrado la postura que defenderán en el Consejo de Ministros que es contraria al despliegue de unidades militares para disuadir a Rusia de invadir Ucrania. La ministra de Igualdad, Irene Montero adelantó este extremo apostando por la «diplomacia» en el país del este y avisando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que debe «evitar maniobras militares» en la zona y «apostar por la paz, la desescalada, el diálogo y la diplomacia». Abanderando el «no a la guerra» que se utilizó contra el presidente popular José María Aznar en 2003 por la guerra de Irak, la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra. «Nuestro país ha dicho alto y claro siempre: No a la Guerra. Con ese espíritu y con ese compromiso debemos trabajar e intensificar las vías diplomáticas para desescalar cualquier conflicto».
Podemos rechazará así la postura de su socio socialista si finalmente decide participar en un conflicto armado. Esta será la expresión que se mostrará en la discusión en el seno del Gobierno, cuando se produzca. Y es que la posición de Podemos en este asunto es meridianamente clara; no apoyar en ningún caso la guerra como herramienta para solucionar un conflicto y apostar por la vía de la diplomacia. Si bien fuentes del partido descartan que este conflicto pueda conllevar a la ruptura de la coalición. De hecho se han producido los primeros contactos en el Gobierno en todos los niveles y se continuarán en el tiempo. Los morados se ven «leales» con el Ejecutivo en la comunicación a su rechazo a entrar en el conflicto armado al no personalizar sus críticas en ningún ministro, pero sí expresando su «honda preocupación» ante el «incremento de la tensión bélica». Una cascada de declaraciones que se suceden sin contar, con la reacción de la vicepresidenta y líder de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, que ha preferido guardar silencio, de momento. Su postura en el Consejo de Ministros será vital para Unidas Podemos, sin embargo, la dirigente gallega opta por la discreción. En el cuartel general morado asumen que no cuentan con las competencias de Estado en este asunto por lo que ven limitada su capacidad de actuación. Por ello optan por colocar los mensajes de «no a la guerra». Este no será, además, el único episodio que tensará la coalición. En junio España albergará la cumbre de la OTAN en Madrid. Será el primer gran evento internacional al que asistirán los dos partidos divididos.
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España acelera aún más su despliegue militar en el Mar Negro
La fragata «Blas de Lezo» parte finalmente hoy. Unos 440 efectivos, tres buques y seis cazas llegarán en las próximas semanas
El Ministerio de Defensa sigue acelerando aún más el despliegue de efectivos y medios en el Mar Negro. Desde el martes, el Departamento que dirige Margarita Robles ha ido anunciando cada día una fecha más cercana de cara al envío de tropas a esta zona de la mano de la OTAN. La última fue el jueves, cuando dijo que la fragata «Blas de Lezo» de la Armada partiría de Ferrol (La Coruña) en «tres o cuatro días» para unirse a la Agrupación Naval Permanente nº2 de la Alianza (SNMG-2). Pero esa salida se ha adelantado aún más y este moderno buque de guerra ya navega en demanda de Rota (Cádiz), donde hará una escala antes de continuar hacia el Mar Negro, tal y como lo confirmaba ayer el comandante de la 31ª Escuadrilla de Superficie, capitán de navío Gonzalo Leira.
Pero este «acelerón» en el envío de medios a esta zona caliente cercana a la frontera de Rusia viene de antes, pues todos estos despliegues (salvo el de los cazas en Bulgaria) estaban previstos para mediados del próximo mes de febrero como parte de la aportación periódica española a las Fuerzas permanentes de la Alianza.
El primero, el del Buque de Acción Marítima «Meteoro», que ya partió el lunes desde Las Palmas con sus cerca de 65 efectivos para liderar la Agrupación de Medidas Contraminas nº2 (SNMCMG-2) durante los próximos seis meses, con el capitán de navío Javier Núñez de Prado al frente.
“Enorme grado de disponibilidad”
En la misma situación se encuentra la «Blas de Lezo», que también tenía planificada su salida a partir de la segunda semana de febrero, pero al solicitar la OTAN a los aliados completar el cupo de estos grupos navales, su dotación se ha visto obligada a acelerar los preparativos ante su salida. Pese a ello, tal y como destacó su comandante, este cambio de fechas no supone un problema y únicamente «han intensificado un poco más su preparatoria», pues no solo venían de una «intensa preparación» durante el pasado semestre, sino que el buque mantiene «un enorme grado de disponibilidad».
De esta forma, la fragata, con unos 200 efectivos a bordo, tiene previsto hacer una primera escala en Rota para, a partir del miércoles, enfilar el Mediterráneo occidental, donde se unirá al resto de buques de su Grupo Naval, el cual está liderado por la fragata italiana «Carlo Margottini» y en él que también está el buque turco «Göksu».
La última aportación naval de España a estas fuerzas navales multinacionales de la OTAN es la del cazaminas «Sella», con base en Cartagena (Murcia) y que, al igual que el resto, ha adelantado su despliegue varias semanas. En concreto, tal y como confirman desde la Armada, este buque tiene previsto partir de Murcia la próxima semana para unirse a la Agrupación que lidera el «Meteoro», la de Medidas Contraminas nº2. A bordo irán unos 45 efectivos.
Cazas para Bulgaria
Pero dentro de esta aportación de España a las misiones permanentes de la OTAN también está el despliegue de cazas Eurofighter en Bulgaria para reforzar la Policía Aérea de la Alianza en esta zona. España ya participó el pasado año con un destacamento aéreo, el «Paznic», en Rumanía, y la intención era repetir este año, pero el cupo de naciones ya estaba cubierto y se retrasó hasta 2023 para hacerlo ya cada año. Sin embargo, el aumento de la tensión en la zona ha llevado a la OTAN a solicitar más presencia de aviones de combate, a lo que España ha respondido con un nuevo despliegue previsto para finales del próximo mes y que, a falta de perfilar detalles como la ubicación, incluirá, como es habitual, unos seis cazas Eurofighter y unos 130 efectivos.
Todo esto, cerca de la frontera rusa en el Mar Negro, pero también hay presencia en otra de las fronteras de Rusia, en la del Báltico, donde España tiene desde 2017 un contingente de 350 efectivos y carros de combate como parte de la Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN. Y en primavera, los cazas españoles volverán a desplegarse en esta zona para vigilar el espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania.