Más europeísmo y menos complacencia hacia Putin en la política exterior alemana
La nueva ministra de Exteriores, la verde Baerbock, aboga por una actitud más asertiva con China y Rusia que choca con el continuismo de Scholz
El primer día en que el nuevo Gobierno de coalición fue nombrado oficialmente ya se vislumbraba la lucha interna por el control de la política exterior. El jefe del grupo parlamentario del Partido Socialdemócrata (SPD), Ralf Mützenich, expresaba en una entrevista que la política alemana se dirigirá sobre todo «desde la Cancillería». El que probablemente será elegido nuevo jefe del grupo parlamentario de Los Verdes, Omid Nouripour, se mostraba molesto por dichas declaraciones en Twitter. La nueva ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, acusaba a Mützenich de aplicar «una lógica de cocinero-camarero» que degrada al Ministerio de Exteriores. «Deberíamos generar confianza en base al acuerdo de coalición», aireaba su enfado.
Scholz zanjó la cuestión en una entrevista con «Die Welt» en la que aseguró que quiere continuar la senda de su antecesora, Angela Merkel: «Todo el país se tiene en cuenta en el exterior y es por eso que actuaremos en conjunto como Gobierno y ello comienza por el jefe del Gobierno». Scholz explicaba que el mundo en el que vivimos «no es fácil y será en todo caso multipolar. La tarea del Ejecutivo ha de ser procurar que exista dicho trabajo conjunto».
El presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó a Scholz, y aseguró que espera «que haya una continuidad» en palabras de su portavoz, Dmitri Peskov, que espera «relaciones constructivas entre el presidente y el nuevo canciller alemán». También el presidente de China, Xi Jinping, felicitó a Scholz y aseguró que quiere profundizar la confianza bilateral.
Baerbock ha estado dando varias entrevistas en las que afirmaba que quería llevar a cabo una línea dura en relación a estos dos países, importantes socios económicos de las empresas alemanas. Tal fue el traspiés con el que la política verde entró a Exteriores, que la Embajada china en Berlín declaraba el viernes que «lo que se necesitan son constructores de puentes, no de muros». Baerbock aseguró que una política exterior con valores ha de ser «un juego conjunto de diálogo y dureza» y aseguró que el Gobierno denunciaría violaciones de derechos humanos en China, en especial en la región de Xinjiang y mencionó la posibilidad de establecer un boicot a productos de esta zona o a los Juegos de Invierno.
Por otro lado, la relación con Rusia es para Alemania más importante que para el resto de la UE, en especial por el proyecto de gasoducto Nord Stream 2. Baerbock se ha mostrado en contra de poner la segunda fase de dicho gasoducto en funcionamiento y de paralizar las obras. Algo en lo que no están de acuerdo ninguno de sus dos socios de coalición. Lo cierto es que en los planes creados hasta ahora para conseguir la «transición verde» al tiempo que se sale de la energía nuclear, el gasoducto alemán es una pieza importante que Los Verdes no han explicado en detalle cómo quiere sustituir.
En cuanto a la UE, Scholz viajará el virnes a Bruselas para entrevistarse con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y del Consejo, Charles Michel, así como con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Scholz quiere mostrar su lealtad a dicha organización, explicaban sus asesores. Su primer viaje será a Francia, donde se encontrará con Emmanuel Macron, al que quiere mostrar «cordialidad y amistad».
La nueva ministra de Defensa (SPD), Christine Lambrecht, aseguró que revisará todas las misiones del Ejército alemán en el exterior de forma regular y a establecer planes de salida de las mismas.
Otra novedad supondría la posible acogida como refugiado político al ex analista de la NSA Edward Snowden, algo que no gustaría demasiado al socio estadounidense de Alemania. La nueva ministra de Estado para la Cultura del partido verde, Claudia Roth, aseguraba ayer en entrevista con Duetschlandfunk que habrá que ver si desde Cancillería aprueban una medida como esta, a la que el anterior Gobierno se opuso. Snowden está exiliado y es posible que Scholz se apongo a esta medida.