Los
conductores aprovechan un camino para evitar tener que desplazarse
hasta el entorno del aeropuerto por las obras en el puente de Aguamarga. Ferroviario
El corte de un vial de 400 metros para rehabilitar el paso elevado de Aguamarga obliga a los conductores, desde hace algo más de dos semanas, a dar un largo rodeo de unos doce kilómetros para acceder a Urbanova desde Alicante, además de para ir hacia otras zonas del litoral como Arenales o Santa Pola, entre otras. Al menos, sobre el papel. Ya que son muchos los vehículos que, para evitarse una vuelta por una zona que también está de obras como es el entorno del aeropuerto (N-338), están dando uso a un camino que une la N-340 (cerca del Ecoparque de Alicante) con la N-332 (a la altura de la desaladora de Alicante I), que pasa sobre las vías del tren con barrera de señalización. Así lo llevan observando los pocos vecinos de la zona rural, que han visto que un camino asfaltado y nada transitado se ha convertido en un vial con mucha circulación en los últimos días, sobre todo los fines de semana.
El vial, de poco más de medio kilómetro de longitud, ahorra gasolina y también tiempo. Ya que mientras el desvío oficial obliga a dar un rodeo de unos doce kilómetros solamente para sortear el corte del puente de Aguamarga, el camino reduce la vuelta a poco más de dos kilómetros. Eso sí, por el camino se debe circular a una velocidad reducida por sus dimensiones, sus curvas, sus cambio de rasante y, también, por los vecinos que acostumbran a pasear por la carretera. Nada de todo esto es necesario para transitar en sentido contrario -del entorno de Urbanova hacia el casco urbano de Alicante-, debido a que las obras sobre el puente solo tienen cortado el carril de salida. La actuación, que arrancó a principios de mayo, está previsto que se prolongue durante dos meses, según aseguró recientemente el Ayuntamiento de Alicante, que explicó que los trabajos cuentan con un presupuesto de 409.510 euros.
El proyecto se realiza a petición de ADIF con el objetivo de conservar y mantener el paso superior de la línea del ferrocarril Alicante-El Reguerón. Está motivado, según las mismas fuentes, «por la antigüedad y oxidación de las armaduras dada su proximidad al mar, sobre todo las impostas y protecciones, así como la adopción de medidas de contención de vehículos adaptadas a la normativa vigente». Esta obra se incluye en una actuación que también afectará al paso situado en el barrio de San Gabriel, que tendrá una inversión de 427.511 euros. Estos trabajos «no se podrán ejecutar hasta que ADIF lo autorice y disponga de personal de control de trafico ferroviario piloto, y cuando se realice no presenta afecciones al trafico de vehículos», según fuentes municipales.
Estas obras no serán las únicas que afecten al acceso sur en los próximos meses. O eso se espera. El Ayuntamiento prevé empezar en breve la última fase del carril bici, que permitirá unir la infraestructura entre la Euipo y Urbanova. Este proyecto, que se iba a acometer el pasado año, se financiará con el remanente que se aprobará en el pleno ordinario del próximo jueves.