Las víctimas ante la humillación de Sánchez: “Se ha reído de nosotros. Es un mentiroso”
LA RAZÓN reúne telemáticamente a tres afectados por el terrorismo y critican la humillación y el abandono que sufren del Gobierno
Son numerosas las veces que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha tratado de «dulcificar» el verdadero relato del terror. Mientras busca la foto en la réplica del zulo de Ortega Lara, «apisona» armas como símbolo del fin de ETA o participa en homenajes a las víctimas, mantiene su mano tendida a los herederos de Batasuna; continua, cada «viernes de dolores», con el goteo de traslados de presos y culmina la cesión de las cárceles al País Vasco. Por ello, hoy, la mayoría de las asociaciones de víctimas, las más representativas, no acudirán al acto institucional que, como cada 27-J se celebra en el Congreso para homenajearlas. Estarán fuera, en la puerta de los Leones, protestando por las reiteradas humillaciones y el abandono que sufren.
LA RAZÓN reúne telemáticamente a tres víctimas para dar voz a su indignación y lo que significa ser víctima con los tiempos del Gobierno de Pedro Sánchez.
Desde Calahorra, nos atiende Charo Cadarso. Su padre, el teniente coronel de la Guardia Civil, Luis Cadarso, fue asesinado en Basauri el 14 de abril de 1981. Ese día se dirigía al kiosko de prensa cuando se le acercaron dos hombres y una mujer y le descerrajaron cuatro tiros a bocajarro: dos de ellos le alcanzaron en la cabeza y el corazón. Murió en el acto. Además, su marido también sufrió un secuestro. A ella y a su familia les echaron del País Vasco y un año después del cruel atentado se trasladó a La Rioja.
En Logroño reside Matilde Atarés Ayuso. La imagen de su madre, María Luisa Ayuso, ante el cadáver de su marido simbolizó para muchos uno de los momentos más duros de la historia del terrorismo etarra. A su padre, el general de la Guardia Civil Juan Atarés, le dispararon por la espalda cuando paseaba por Pamplona, cerca de su casa, el 23 de diciembre de 1985.
Y, desde Madrid, nos recibe Javier Tejedor Prieto. A su padre lo asesinaron en la Plaza Cruz Verde, en la capital madrileña, el 6 de febrero de 1992.
Durante la conversación, los tres coinciden en subrayar el abandono y la humillación que sienten con este Gobierno. «Me he sentido desde el principio, realmente engañada», dice Matilde. «Se ha reído de las víctimas. Creo que no estoy insultando sino diciendo la verdad, es un mentiroso», añade.
Los pactos del Ejecutivo de coalición con EH-Bildu marcaron un punto de inflexión: Habían convertido a Arnaldo Otegi en un «hombre de Estado», el interlocutor que ahora, tras los indultos del Gobierno a los presos condenados por el «procés» ha visto una nueva vía para presionar al Ejecutivo y pide la excarcelación de todos los presos de ETA. Charo, Javier, y Matilde temen que este sea el siguiente paso. «Se ríen de nosotros. Todos los viernes hay acercados. Primero es el indulto a los catalanes y luego vendrá el de los vascos», advierte Javier quien teme que la frase de Sánchez cuando, justificó la concesión de la medida de gracia con que en el pasado lo «útil era el castigo» y ahora es «perdonar» puede llegar a aplicarse a las víctimas: «¿Perdonar a quién? ¿A quiénes? ¿Para mantenerse en el poder?»
Además, destaca que, el Gobierno, lo primero que tendría que haber hecho es «perseguir los actos de enaltecimiento del terrorismo: cumplir la ley». Bildu, que hoy estará en el homenaje a las víctimas en el Congreso, subraya «aún no ha condenado los asesinatos».
Charo se siente «totalmente abandonada» y carga contra el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, porque no entiende cómo ha pasado de juzgar a etarras y apoyar a las víctimas a acercar al País Vasco a decenas de terroristas, muchos de ellos con delitos de sangre a sus espaldas. «Sánchez es un mentiroso que ha faltado a su verdad. Es una cosa que llevamos viendo por sistema.
Precisamente, hacia la figura del titular de Interior se dirigen, en gran medida, el grueso de las críticas de las víctimas. «Yo lo conocí como juez en el juicio de mi padre que fue en 2005, pese a que el atentado fue en enero del 81», recuerda Charo. Su proceso judicial ha durado casi tres décadas, un ejemplo más del calvario, en este caso, judicial, que ha tenido que soportar. «El señor Marlaska vino a hablarnos. Él no juzgaba, ya que era Javier Gómez Bermúdez, pero se acercó a hablar con nosotros, con las víctimas. Era algo ejemplar. Pero, una vez que ha entrado en política ya no le reconozco». Además, apunta que el hoy titular de Interior se compró entonces una casa en Ezcaray (La Rioja) a la que, siendo juez, no podía ir «porque estaba amenazado por ETA». «En aquel momento pensé que este juez tenía las cosas claras, pero ahora no le reconozco. Las víctimas no hemos elegido ser víctimas. Los asesinos han elegido ser asesinos. Esos valientes que mataban por la espalda eligieron ser así», continúa Charo.
El olvido que denuncian las víctimas no solo es institucional, también, indican, es económico y psicológico. Charo, Matilde y Javier subrayan la escasez de ayudas para las víctimas, especialmente para los heridos que tras sufrir las atrocidades del terrorismo hace años viven, a día de hoy, con secuelas tanto físicas como mentales. «Si no es por las asociaciones, caeríamos en el olvido porque no tenemos ni ayudas psicológicas ni laborales», explica Javier.
El 3 de mayo de 2018, la organización terrorista ETA anunciaba «el final» de su trayectoria de sangre y dolor. Con un escueto comunicado daba carpetazo a 59 años de trayectoria criminal, con más de 3.000 atentados, 864 asesinados y 7.000 víctimas a sus espaldas. Han pasado solo tres años desde entonces y las víctimas advierten de que están ganando la batalla del relato y la memoria. «Se está perdiendo la memoria porque olvidamos fácilmente», dice Matilde. Prueba de ello, es que seis de cada diez españoles no saben quién fue Miguel Ángel Blanco, los jóvenes desconocen qué es ETA. «En España se está tapando esta parte de la Historia y parece que hay que echarle tierra encima como para que se olvide rápido y parezca cómo que aquí no ha pasado nada», alerta Javier. Las víctimas, seguirán alzando la voz por los que ya no están.