En septiembre de 1868 se produce un hecho sin precedentes hasta entonces en España: una reina es obligada por su propio pueblo a abandonar su Corona y su propio país. ¿Qué ha ocurrido para llegar a este extremo?
Evidentemente, un hecho de esta trascendencia surge como consecuencia de diversas causas que se han ido gestado durante un tiempo:
- La hegemonía en el poder y el gobierno cada vez más represivo de los moderados les granjea múltiples enemistades.
- El desprestigio de la reina, que mantiene en el poder a los moderados contra viento y marea, es cada vez mayor.
- La oposición se organiza. Progresistas y demócratas firman el Pacto de Ostende (1866) para derrocar a la reina.
- El ejército apoya cada vez más los movimientos contrarios a la reina. No sólo los militares progresistas como Juan Prim, sino que los unionistas (que concentraban la mayor parte de los altos mandos del ejército) también comienzan a negociar con los revolucionarios.
- A todo ello hay que unir la crisis económica que, desde 1866, ha llegado a España interrumpiendo un par de décadas de crecimiento económico. En este contexto, el descontento social también va en aumento.
Los acontecimientos que precedieron a la revolución se fueron desarrollando de la siguiente forma:
Como se ve, el descontento de amplios sectores de la sociedad con la reina era muy grande. Finalmente, en septiembre de 1868 se produjo una revolución, conocida como La Gloriosa, que acabaría destronando a Isabel II. La revuelta se inició con un pronunciamiento en Cádiz liderado por el almirante Topete; posteriormente se unirían otros altos mandos militares como los generales Serrano y Prim y se produjeron levantamientos populares en las ciudades.
La resistencia por parte de las pocas tropas que permanecían fieles a la reina fue bastante escasa y apenas duró unos días; tras la derrota del ejército realista en la batalla de Alcolea, Isabel II se vio obligada a dejar el trono y marchar hacia el exilio junto a su familia.
El triunfo de La Gloriosa fue rápido y contundente; eran muchos los sectores sociales descontentos con Isabel II. De este modo, la existencia de un "enemigo común" (la reina) facilitó la unión de facciones políticas diversas y camufló, aunque sólo momentáneamente, las significativas diferencias en los objetivos de cada una de ellas:
- Militares y políticos liberales pretenden sustituir a la reina y elaborar una nueva Constitución.
- Demócratas y republicanos, que forman el núcleo de las Juntas de las ciudades (asociaciones similares a las de las Juntas de la Guerra de la Independencia), pretenden un cambio de régimen mucho más profundo.
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Batalla del puente de Alcolea (1868)
Ir a la navegación Ir a la búsquedaBatalla del puente de Alcolea Parte de Revolución de 1868 Fecha 28 de septiembre de 1868 Lugar Puente de Alcolea (Córdoba), España) Coordenadas 37°56′12″N 4°39′41″OCoordenadas: 37°56′12″N 4°39′41″O (mapa) Resultado Victoria decisiva revolucionaria Consecuencias - Exilio de Isabel II y abdicación del trono
- Triunfo definitivo de la Revolución de 1868
Beligerantes Revolucionarios Reino de España Comandantes Francisco Serrano Manuel Pavía y Lacy Fuerzas en combate Fuerzas sublevadas
• Unos 10.000 soldados
• Menor cantidad de artilleríaEjército Real
• Unos 10.000 soldados
• 32 piezas de artilleríaBajas Indeterminadas Indeterminadas La batalla del puente de Alcolea tuvo lugar el 28 de septiembre de 1868 y enfrentó a los militares sublevados contra la reina Isabel II y las tropas realistas que se mantenían fieles a su autoridad. Tuvo lugar en un puente (situado sobre el río Guadalquivir) cercano a la barriada cordobesa de Alcolea y la derrota de las tropas realistas significó el final del reinado de Isabel II, que tuvo que marchar al exilio en Francia.
Antecedentes: Revolución "La Gloriosa"
En esta situación estalló la revolución de 1868, conocida como La Gloriosa. La ciudad de Cádiz volvía a ser el origen de una revolución, ya que el 19 de septiembre de 1868 el brigadier Topete encabezó un alzamiento tras ponerse al mando de la flota fondeada en Cádiz. Los sublevados difunden un manifiesto titulado "España con honra", en el que exponían las razones de su levantamiento, que no eran otras que la demanda de reformas políticas. En el manifiesto se pedía que tras exiliarse la reina se fundara un nuevo gobierno sin exclusión de partidos. De forma simultánea, poblaciones como Béjar organizan levantamientos populares organizados en Juntas impidiendo a las tropas realistas la concentración de fuerzas en Alcolea.
A continuación el general Prim se unió a Topete y ambos se hicieron con el control de Cádiz. Luego buscaron el apoyo en otras ciudades como Sevilla, Córdoba, Barcelona, Huelva, etc. Se formaron Juntas Provinciales que se encargaron de movilizar a la población mediante promesas de sufragio universal, de eliminación de impuestos, del fin del reclutamiento forzoso y de una nueva constitución. En las ciudades, las Juntas revolucionarias, formadas por demócratas y progresistas, asumieron el poder.
Desarrollo de los combates
Los generales Prim y Topete encabezaron la insurrección contra Isabel II y comenzaron una marcha hacia Madrid. A su encuentro se dirigieron las tropas realistas de Manuel Pavía y Lacy, (Marqués de Novaliches), que avanzaron hasta Andalucía.
El ejército de Novaliches estaba compuesto por dos divisiones de Infantería, una división de caballería, una brigada de artillería con 32 cañones de campaña, una brigada de vanguardia y algunas unidades auxiliares menores, con un total aproximado de diez mil hombres. Los rebeldes, bajo el mando del general Serrano, formaban un ejército de tamaño similar, aunque con menos artillería. Entre unos y otros se estima que en total participaron en la batalla unos dieciocho mil hombres, dos mil caballos y sesenta piezas de artillería.1
Novaliches planteó su despliegue en dos columnas, una por la carretera de la margen derecha del Guadalquivir para caer por la espalda del puente en la localidad de Alcolea defendido por las tropas del general Serrano, fortificadas a sabiendas de que las circunstancias que reinaban en el resto de España en aquellos momentos jugaban a su favor. La otra columna realista avanzó por lo que hoy es la antigua nacional IV —desde la estación de El Carpio, Las Cumbres, la estación de Los Cansinos y la Vega de Alcolea— para llegar de frente al puente.1
El 28 de septiembre de 1868 ambos ejércitos se encontraron. Novaliches realizó un ataque frontal que fue contenido por las tropas rebeldes de Serrano. Para evitar la desmoralización de sus tropas, Novaliches en persona decidió acudir a la vanguardia, siendo herido gravemente en la cara por metralla.1 El general de estado mayor Jiménez de Sandoval tomó entonces el mando y al anochecer, ordenó retirarse a las tropas y comenzó las negociaciones.1 En total, hubo unas mil bajas entre muertos y heridos.1
Los restos del Ejército isabelino se retiraron hacia el norte. La implicación de Pavía (Marqués de Novaliches) en la batalla siendo herido en la barbilla le hizo ser objeto de mofa con la siguiente canción:
El general Novaliches
en Córdoba quiso entrar
y en el puente de Alcolea
le volaron las «quijás»...PopularConsecuencias
Las noticias llegaron rápidamente a Madrid, aunque la corte y la propia reina se encontraban en la costa Cantábrica veraneando y sabían muy bien lo que esto significaba. El Gobierno dimitió y la reina, que se encontraba en San Sebastián, se exilió a Francia. La revolución dio inicio el nuevo Sexenio Democrático. Entre las distintas tendencias de gobierno, al final se impusieron Prim y los suyos, del sector progresista, a los que se unieron los unionistas, con Serrano al frente, que fue nombrado jefe del gobierno provisional mientras se formaban las Cortes constituyentes.