En nuestra España, no puede faltar la vena comunista, y digo esto porque
es denominación de origen derrotar a la monarquía y silenciar cualquier
crítica u oposición a sus ideas. De aquí nace el deseo de parar a los
periodistas que informan libremente y controlar las noticias en Internet
y las redes sociales. La última jugada del gobierno contra las
libertades públicas ha sido la aprobación de un plan para luchar contra
la desinformación, incluye la creación de una «comisión» dependiente del
secretario de Estado de Comunicación —cargo político, y por tanto no
imparcial—, y el control del Consejo de Seguridad Nacional, cuyo
secretario es Iván Redondo, jefe de gabinete de Pedro Sánchez...
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