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ARTICULOS DE OPINION
Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.
martes, 23 de febrero de 2021
40 años después del Golpe de Estado del 23 F de 1981
Sinopsis de un gole frustrado:
Yo estaba en Castellón de la Plana la tarde del 23 de febrero de 1981, y las primeras noticias de la radio es que un grupo terrorista de ETA habían entrado en el Congeso en el investidura de Calvo Sotelo. Con este engaño llevaron a los cerca de 200 guardias civiles de Tráfico y Automovilismo de Madrid en autobuses, que no sabían la verdad, en primer instancia. Ni el teniente coronel Tejero en el estrado con el "¡Quieto todo del mundo!" anunció la llegada de la autoridad superior, que tras 17 horas no se presentó ¿Quién era? X, Tras la derrota de los autores intelectuales del Golpe de Estado ganó las elecciones generales del 82 Felipe Gonzalez por mayoría absoluta y el socialismo de izquierda. Gran error fue el intento del golpe frustrado contra la democracia, sin duda aún no se sabe todo la verdad. La victoria de ETA no llegó con las armas sino con la urnas y la democracia y hoy se sientan en el Congreso de los Diputados y en el Senado, gran paradoja. Gran engaño y manipulación. Hoy los herederos de Carrillo del PCE gobiernan en la figura de los podemistas. Ha dado alas a los independentistas hacen su caldo de cultivo en Vascongadas y en Cataluña.
¿Por qué hay una parte del sumario del 23/ F que es crecreto?.
¿Por qué nadie se cree la versión oficial del 23 /F?
MI PADRE SUFRIÓ Y CUMPLIÓ SU CONDENA/ Carta de Ramón Tejero, hijo sacerdote:
La mañana del 24 de febrero del año 1981, después del golpe de
estado del famoso 23F, me encontraba frente a la Dirección General de la
Guardia Civil esperando a mi padre, un militar que sólo unas horas
antes había tomado el Congreso de los Diputados por mandato de los
Tenientes Generales del momento y con el convencimiento –porque así se
lo comunicó expresamente el General Armada y así nos lo confirmó a sus
hijos- de actuar en nombre de su Majestad el Rey. (Pinchar para leer completa)
..........................
40 años del 23-F, el fracasado golpe de Estado contra la democracia española/ Tomado de 20 minutos.
En
Madrid un grupo de guardias civiles liderados por el teniente coronel
Antonio Tejero asaltó el Congreso de los Diputados y Valencia fue
ocupada por el teniente general Jaime Milans del Bosch con 2.000
soldados y 50 tanques.
Los sublevados pretendían instaurar un
Gobierno militar, pero fracasaron tras ordenar el Rey en un mensaje
televisado que pusieran fin al al golpe de estado. La mayoría de altos
mandos militares no secundaron el amotinamiento.
El
23 de febrero de 1981 la gran mayoría de la sociedad española tuvo
miedo y desesperanza. Algunos altos mandos militares dieron un golpe de
Estado que pudo haber finiquitado la incipiente democracia española tras
casi 40 años de dictadura franquista.
El
golpe fracasó, pero los militares sublevados lograron tomar el control
del Congreso de los Diputados, sede de la soberanía popular española, y
retener a los diputados durante horas el día en el que se iba a votar la
investidura del candidato a presidente del Gobierno, Leopoldo
Calvo-Sotelo, de la Unión de Centro Democrático (UCD)), que debía
suceder al frente del Ejecutivo a Adolfo Suárez, quien había dimitido el
29 de enero.
El teniente
coronel Antonio Tejero, acompañado de un grupo de guardias civiles,
irrumpió en el hemiciclo a las 18.23 horas, cuando los diputados estaban
votando en la investidura, al grito de 'Quieto todo el mundo', y ordenó
a sus señorías que se tirasen al suelo. Tejero y sus acompañantes
llegaron a lanzar disparos al aire con pistola y subfusiles.
Valencia es ocupada con tanques, pero fracasa la Operación Turia
El
teniente general Jaime Milans del Bosch, el único alto mando militar
del que Tejero acataba órdenes, se sublevó en Valencia y desplegó 2.000
soldados y 50 carros de combate por las calles.
La
Operación Turia debía ser clave para que se sumasen al golpe de estado
el resto de regiones militares. Milans del Bosch intentó durante toda la
tarde y la noche convencer al resto de capitanes generales de las
regiones militares de poner fin a la democracia española y reinstaurar
un gobierno militar, pero no lo logró (aunque algunos altos mandos se
mantuvieron a la espera de acontecimientos).
De
hecho, no consiguió ni tomar todo el control de Valencia. Sí en las
bases militares de Bétera y Paterna, pero no la base aérea de Manises,
donde un comandante se negó a sumarse al golpe de estado y advirtió a
Milans del Bosch de que tenía dos cazas con misiles tierra-aire listos
para destruir a sus tanques.
El golpe de estado 'blando' de Alfonso Armada
Al
mismo tiempo que Milans del Bosch y Tejero, con su sublevación armada,
trataban de impulsar una dictadura dura, el general Alfonso Armada, muy
cercano al Rey Juan Carlos I, urdía una solución intermedia, una
dictadura blanda o limitada. Se trataría de acordar un gobierno de
concentración con él de presidente y Felipe González (PSOE) y Manuel
Fraga (Alianza Popular) de vicepresidentes.
De
hecho, el propio Armada acudió al Congreso de los Diputados y le
presentó a Tejero su plan de Gobierno, que fue descartado por el
teniente general de la Guardia Civil, ya que no contaba con el respaldo
de Milans del Bosch. El plan de Armada tampoco contaba con el apoyo del
Rey Juan Carlos I.
¿Qué llevó a los militares a dar un Golpe de Estado? Los antecedentes
En
1975 murió Francisco Franco y, tras casi 40 años de dictadura, España
iniciaba una inestable transición hacia la democracia. En noviembre de
ese año Juan Carlos I fue proclamado rey de España.
El
rey impulsó a Adolfo Suárez, en 1976, como presidente del Gobierno para
que liderara ese proceso de transición democrática. Suárez había
desempeñado varios cargos en gobiernos franquistas y, aunque era un
desconocido para la ciudadanía, a priori no debía ser mal visto por los
sectores más franquistas del Ejército, recelosos con el proceso que
pondría fin a la dictadura.
En
1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas y los
españoles, mayoritariamente, se decantaron por formaciones moderadas, de
centro-derecha y de centro-izquierda.
Victoria electoral de Adolfo Suárez en 1977
El
partido vencedor fue la Unión de Centro Democrático (UCD) que lideraba
Adolfo Suárez, con 165 escaños y el 34,4% de los votos. Suárez aprovechó
la proyección que le dio partir con la imagen de estabilidad que ya le
daba ser el presidente del Gobierno de transición. Un año después se
aprobó la Constitución Española.
El PSOE lidera la izquierda y desplaza al legalizado Partido Comunista
El
segundo partido fue el PSOE, con Felipe González al frente, que logró
118 escaños con el 29,3% de los votos. El PSOE dio la sorpresa y barrió
al Partido Comunista en la lucha por la hegemonía de la izquierda,
liderado por el histórico Santiago Carrillo. Justamente la legalización
del Partido Comunista, uno de los grandes enemigos del franquismo,
provocó malestar en sectores del ejército.
Fuerte presencia de nacionalistas catalanes y vascos
También
irrumpieron con fuerza en las Cortes Españolas dos partidos
nacionalistas que han sido claves en la democracia española, Pacte
Democràtic per Catalunya (PDPC) de Jordi Pujol, que logró 9 escaños en
el Congreso de los Diputados y fue el germen de la posterior CiU, el
partido que más años ha gobernado en Cataluña.
Y
el PNV, que logró 8 escaños, un partido que ha vencido en todas las
elecciones autonómicas en Euskadi menos en 1986, cuando ganó el
PSE-PSOE. Ambos partidos, CiU y el PNV, además, se impusieron en las
elecciones autonómicas de 1980 en Cataluña y el País Vasco.
Indignación de sectores del Ejército ante el autonomismo
La
representación nacionalista y la posición de la UCD de Suárez y del
PSOE de Felipe González de avanzar hacia un Estado autonómico, frente al
Estado centralista del franquismo, también fue otro de los asuntos que
provocaba una fuerte indignación entre sectores del Ejército, ya que
consideraban que se amenazaba la unidad territorial de España.
Atentados terroristas de ETA
Además
del enojo que causaba en sectores del Ejército español el poder que
estaban tomando los partidos nacionalistas en sus CCAA así como la
descentralización promovida desde el Gobierno central a favor de un
estado autonómico, también había un problema que cabreaba especialmente a
altos mandos militares: el terrorismo de ETA.
Solo
ese año, hasta el 23-F, la banda terrorista había matado a 5 personas
en sendos atentados (un subteniente del Cuerpo Nacional de Policía, 2
empresarios, un ingeniero de la Central Nuclear de Lemóniz y también un
etarra asesinado por sus propios compañeros por gastarse en fines
personales el dinero obtenido por la banda en un atraco).
Un
año antes ETA había asesinado a 93 personas, incluidos numerosos
guardias civiles, policías nacionales y varios altos mandos militares.
El mensaje del Rey a la nación, decisivo para abortar el golpe
El
discurso del rey Juan Carlos I se produjo a la una y catorce minutos de
la madrugada del 24 de Febrero. Vestido con su uniforme de capitán
general de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, el monarca ordenó a las
autoridades tomar cualquier medida para mantener el orden
constitucional.
El Rey se
dirigió a la nación para situarse frontalmente contra los militares
golpistas y para ordenar al Ejército que defendiera la Constitución de
1978. A partir de su discurso, el golpe de Estado se dio por fracasado.
Este
fue el discurso íntegro con el que el monarca emérito se dirigió a los
españoles a la 1:14 horas del día 24 de febrero de 1981:
"Al
dirigirme a todos los españoles, con brevedad y concisión, en las
circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos viviendo,
pido a todos la mayor serenidad y confianza y les hago saber que he
cursado a los Capitanes Generales de las Regiones Militares, Zonas
Marítimas y Regiones Aéreas la orden siguiente:
He
ordenado a las Autoridades Civiles y a la Junta de Jefes de Estado
Mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden
constitucional dentro de la legalidad vigente
Ante
la situación creada por los sucesos desarrollados en el Palacio del
Congreso y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he
ordenado a las Autoridades Civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor
que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden
constitucional dentro de la legalidad vigente.
Cualquier
medida de carácter militar que en su caso hubiera de tomarse deberá
contar con la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor.
La
Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede
tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan
interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución
votada por el pueblo español determinó en su día a través de
referéndum".
Golpistas condenados
Los
tribunales condenenaron a 30 militares y guardias civiles por el golpe
de Estado. Las penas más duras fueron para los principales cabecillas:
Milans del Bosch (30 años), Alfonso Armada (30 años) y Antonio Tejero
(30 años). El resto de cargos fueron sentenciados a penas menores.
La Vanguardia https://stories.lavanguardia.com/vida/20210221/35516/incognitas-23-f-40-anversario
Hace 40 años
Las incógnitas del 23-F
Santiago Tarín, Jaume V. Aroca, Ignacio Orovio
Cuando se cumplen 40 años del intento de golpe de
estado, en el imaginario popular persisten una serie de incógnitas sobre
lo que pasó aquel día, que pudo revertir la joven democracia española o
acabar con un gobierno de concentración impuesto por militares.
Incógnita 1
¿Lo sabía o alentó el Rey?
“La implicación del rey es el bulo obvio que lanza la ultraderecha
para protegerse, para poder alegar obediencia debida. Es un bulo que no
me extrañaría que llegara a la izquierda populista, que lo dijera Pablo
Iglesias. Tengo la certeza de que el rey comete errores graves, por
ejemplo nunca debió haber hecho nada para librarse de Suárez, no era
tarea suya. Hasta lo dice en el discurso de Nochebuena. Cualquier
dirigente convierte errores, y el rey los cometió, y esos errores de
alguna manera propiciaron el golpe. Pero quien paró el golpe fue él,
aunque eso hoy produzca risa en algunos”.
Quien así de contundente se pronuncia es el escritor Javier Cercas, que investigó durante cuatro años la preparación del golpe para su libro Anatomía de un instante
(Mondadori), que ahora se reedita en una nueva edición. Cercas
entrevistó a decenas de personas, muchas de las cuales han muerto desde
entonces.
Si la implicación de Juan Carlos I caló en el relato público fue por
puro silogismo: si el Rey está preocupado por la situación y así lo
transmite a sus próximos (entre ellos a Armada, que además ha sido su
instructor), y Armada se ofrece como solución, antes o durante el asalto
al Congreso, y durante el asalto el Rey permanece callado siete horas,
es que el Rey organizó o sabía o avaló o al menos toleró el golpe.
Rey Juan Carlos I
Los investigadores más serios niegan que
organizara del golpe, como dicen las teorías conspirativas, aunque sí
mostró reiteradamente su preocupación por la inestable situación
política de España.
“Es el mito fundacional de la democracia española y los mitos mezclan
mentiras y verdades, y en aquel año 81 pensábamos que ya éramos una
democracia y aparece el personaje de Lorca pegando tiros en el congreso.
Yo escribí una novela sin ficción sobre una gran ficción colectiva.
Sobre todo porque los protagonistas del golpe mintieron desde el primer
día para exculparse, y la fantasía popular ha hecho el resto para pensar
que el 23-F sigue lleno de secretos”, añade el narrador.
Es cierto además que en un télex enviado por el Rey al golpista
Milans del Bosch le dice: “Después de este mensaje no puedo volverme
atrás”. ¿Por qué?
Un ex alto responsable de los servicios secretos españoles, entrevistado por La Vanguardia
en su piso de Madrid, sostiene que “si el rey hubiera querido que eso
fuera adelante… con ausentarse del despacho un rato se extiende la
mentira. Armada cometió una falta que cometen todos cuantos han servido a
los reyes: el rey estaba preocupado lógicamente por la situación del
país, y Armada dijo que el Rey le había pedido que le informara de todo,
pero una cosa es ser los ojos del rey y otra ser los labios. Y aquella
noche, con su insistencia en ir a la Zarzuela a contarle… Esta
oficiosidad se volvió contra el rey, como si él fuera el inspirador del
golpe de estado”.
Sabino Fernández Campo
Mano derecha del Rey, su papel es clave para derrotar al golpe.
“Los que tuvieron los datos globales de lo que ocurrió –añade esta
fuente de la máxima relevancia- fueron un grupo muy reducido. No
planificaron apenas nada. Y en el juicio optaron por la obediencia
debida. Tejero era un mito por su lucha en el norte de España y eso
arrastró a un capitán general, con la idea de que se le sumaran otros.
La decisión de dar el golpe se toma esperando un contagio, que no se
produce. Y sabían que si no salía Madrid el golpe no triunfaba”.
¿Y la tardanza del rey en pronunciarse? “Es lógica: necesita palpar
antes la situación. Todos los militares de la cúpula hablaron entre
ellos, y el rey debió hacer lo mismo. Eso son muchas horas al teléfono.
No hay más misterio en ese dato”, afirma.
“Yo sostengo que el rey autorizó a Armada para que recondujera
cualquier intento de golpe de estado, pero no que lo liderara o lo
cometiera”, afirma el historiador Roberto Muñoz, que acaba de publicar El 23-F y los otros golpes de estado de la transición
(La Esfera de los libros). “Siendo inferior jerárquicamente a Milans
del Bosch, Armada le había pedido que se reuniera con núcleos golpistas,
y Milans lo hace pensando cree que está obedeciendo al rey”.
Prosigue Cercas: “Es un bulo que el rey lo tolere para pararlo y
legitimarse. No sabía nada de la trama de la toma del congreso. Con toda
rotundidad, si él hubiera estado detrás, el golpe sale. No es que me
importe la monarquía, me importa la verdad”.
Incógnita 2
¿Estuvo cerca de triunfar?
Apenas quince días después del golpe, un informe de la CIA decía que
“el intento del golpe de Estado de la semana pasada evidentemente estuvo
mucho más cerca de prosperar de lo que el Gobierno quiere admitir”. Si
aquello no prosperó fue por razones de fondo y por algunas
circunstancias concretas (que los golpistas no previeron): fue clave que
hubiera imágenes de TV y que una cámara quedara encendida, aunque solo
llegara el sonido. De este modo se desbarataba en cierto modo la opción
Armada, que era posible si era un golpe suave, sin tiros ni por supuesto
muertos.
Fernando Castedo
El director de RTVE fue retenido por guardias civiles sublevados, pero pudo ordenar en secreto la grabación del mensaje del rey.
“El sonido de las cámaras de televisión es clave porque anula la
opción Armada, porque fuera se conoce la violencia que se está
produciendo. Armada debía ir a la hora H + 2, que eran las 8:20”, expone
Muñoz Bolaños, “pero el ejército estaba bien conectado con Europa y
sabía que un golpe de estado no era factible, sabía del desprestigio que
eso suponía en Europa”.
El ex alto responsable del Cesid analiza otras razones de fondo que
hacen fracasar el golpe: “Del ‘algo hay que hacer’ a hacerlo hay un gran
trecho, porque los carros de combate es fácil sacarlos a la calle, pero
es muy difícil volverlos a meter. Y es que con un golpe de estado
España no entraba en la OTAN y desde luego tampoco en la Unión Europea,
pero esto los únicos que no lo ven son los fanático”.
Para Rodolfo Martín Villa, en aquel momento ministro de
Administración Territorial, “Por qué Tejero entró en el Congreso es
inexplicable; no se explica con la lógica. Hablé con uno de los guardias
y le pregunté qué hacía ahí y me comentó que había mucho paro. No tenía
sentido. Otra cosa es que acertaran con el escenario porque estamos
todos congregados allí. Crearon un espectáculo, es cierto, pero fue
bochornoso”, explica por teléfono a este diario.
El abogado Eduardo Navarro, uno de los más estrechos colaboradores de Adolfo Suárez en aquel momento, publicó un libro La sombra de Suárez
en el que sostenía que había tres operaciones militares en marcha: la
de los tenientes generales, la de los coroneles y la de los espontáneos.
Ésta última pivotaba sobre Tejero, ya desde la llamada Operación Galaxia,
una conspiración desabaratada en 1978. Según la reconstrucción de
Navarro, el proyecto de golpe de estado comenzó en julio de 1980 en un
restaurante de Madrid en una comida entre Tejero, García Carrés y el
teniente coronel Pedro Mas Oliver, ayudante de Milans del Bosch, que
trajo instrucciones concretas de Milans.
Antonio Tejero
Había intentado otras asonadas, fracasadas, y dijo no saber exactamente para qué o para quién había dado el golpe.
Fue Tejero quien estudió el plan de tomar el Congreso; a través de
Mas Oliver mantuvo contacto con Milans. Éste y Armada se ven en Valencia
el 10 de enero, 44 días antes del golpe. Aunque antes de la dimisión de
Adolfo Suárez. “Milans creía que era el golpe para el gobierno de
concentración y por eso se unió”, afirma Navarro. El 18 de enero es la
reunión clave, en la que se acuerda la toma del Congreso para imponer un
gobierno que haga frente al terrorismo. El capitán general de Sevilla,
Pedro Merry Gordon, estaba al parecer conforme con el levantamiento.
Pero aquel 23-F no estuvo operativo.
Una investigación posterior del ministerio del Interior a la que también ha tenido acceso ahora La Vanguardia
se supo que aquel día estaba tan bebido que no pudo ni siquiera
contestar la llamada del rey. Se le apodaba “capitán ginebra” en aquel
momento, explica un ex alto cargo de Interior. La reconstrucción de
Navarro sostiene que “lo decisivo fue Valladolid”, cuyo capitán general
era Ángel Campano. “En Castilla había muchas unidades de infantería y
mecanizadas y no se movieron porque Campano se rajó”.
El historiador Jesús Palacios recuerda “una analogía: el caso
de De Gaulle en 1958, ante el malestar del ejército francés por la
situación en Argelia, el 23-F es una copia”.
Adolfo Suárez
Presidente saliente del gobierno, su dimisión a finales de enero trastoca la urgencia del golpe.
Otro ex agente del Cesid, un cargo medio en los años 80 entrevistado por La Vanguardia,
remarca que “en aquel momento en un solo recinto estaba todo el
gobierno, todos los diputados, las más altas magistraturas del estado
judiciales y políticas; todos los que podían evitarlo estaban allí. Pero
cuando ocurre los capitanes generales estaban a la espera. Solo Milans
actúa y Quintana neutralizó todas las posibilidades incluso de
movimientos de tropas en Madrid. Tejero fue una pseudo improvisación”.
Martín Villa añade que “una cosa me tranquilizó y es que aquella
intentona no tenía ningún apoyo popular. Se habló de distintos
gobiernos: del militar con el general de Santiago, de un Gobierno Armada
con civiles… De eso no fue consciente, nunca se supo con estricta
certeza. Me parecía fuera de lugar porque no había apoyo para ello ni
desde la extrema derecha a la extrema izquierda”.
El coronel Juan Alberto Perote, exresponsable de los comandos
operativos del CESID, explicó en un libro que “con la entrada de Tejero
en el Congreso no había posibilidad de una solución light”. “Toda la
tarde y hasta las 11 de la noche el rey impide con sus llamadas que
salgan tropas, excepto en Valencia. También intenta sacar a Tejero del
congreso, a través de Aramburu Topete y de Fernández Campo. Los dos
hablan con Tejero. Hacia las 23.30 iba a proponerse la opción Armada,
pero éste comete el error de decir que eso es una propuesta del Rey, que
no ha salido como esperaban, y al ver que se propone un gobierno de con
socialistas y comunistas y él en el exilio, monta en cólera”.
Es el momento más peligroso de aquellas 17 horas. Entre las 11 de la
noche y las 4 de la madrugada, la tensión es máxima: Tejero puede liarse
a tiros contra la clase política. La tiene toda al alcance de su
pistola.
Incógnita 3
¿Hubo un “elefante blanco”?
La tesis más extendida dice que quien habría podido liderar un
gobierno de concentración –solución a la toma del congreso y el
consiguiente vacío de poder- pudo ser Alfonso Armada. Por su
proximidad al rey, por el respeto de que gozaba entre sus compañeros de
armas y por el consenso que parecía despertar en aquel entre los
partidos políticos; al menos entre algunos.
“Al dimitir Suárez y aparecer la opción Calvo Sotelo, Tejero va por
su cuenta. El 16 de febrero llama a Valencia y explica que la opción de
Armada decae. Que si le dan permiso para la toma del congreso. Milans
dice que quien manda es Armada. Pero Tejero insiste y ahí deciden
aprovechar su ímpetu para llevar a Armada al poder”, evalúa Muñoz
Bolaños.
Alfonso Armada
Militar de prestigio, había sido preceptor del Rey y era el elegido para formar un gobierno de consenso con civiles.
Esta tesis más o menos encaja con la que sostiene un ex altísimo
responsable del Cesid: “Armada dice que se monta en marcha, aunque creo
que tenía más conocimiento del que dijo en el juicio. En un acto militar
el mismo 23-F, unas horas antes del golpe, explica a sus compañeros
militares que no se queda al vino que ofrecían al final porque tenía que
ir al despacho ‘porque no sé qué locura va a hacer Milans’. De manera
que algo sabía. El delito de Armada es no haber impedido esa locura.
Pero eso denota que Armada no está en el origen. A mí, el propio Armada
me dijo después del golpe que quería salvar del atolladero a Milans.
Ellos eran los dos únicos altos mandos monárquicos de todo aquel grupo”.
“¿Había alguien detrás? No había nadie detrás”, afirma Martín-Villa.
“Tejero es el único que no disimuló en el Consejo de Guerra. Tenía un
planteamiento elemental, pero zafio. Debía creer que tenía apoyos.
Posiblemente al frente estaba Milans del Bosch, o eso debía creer
Tejero. El proyecto Armada es un hecho que existió en la intención de
Armada. Debía creer que podía ser investido, pero el problema es que el
Congreso estaba preso. Era una cosa de locos. Tenían que votar políticos
que estaban presos y detenidos. Casi nadie hubiera votado a favor”.
Incógnita 4
¿Fue un “golpe blando” que evitó un “golpe duro”?
En el “pequeño Madrid” de los primeros años 80, tal como lo describe
Javier Cercas, los rumores de golpe de estado eran contínuos. Recién
aprobada una Constitución que desmantelaba cuarenta años de dictadura,
recién legalizado el Partido Comunista de España (el perdedor de la
guerra, en el esquema de la mayor parte de los militares españoles), las
informaciones sobre amenazas golpistas eran constantes, explica a este
diario alguien que estuvo en diversos niveles de su cúpula muchos años.
¿Fue el arrojo de Tejero el que permitió que se llevara a cabo? ¿Por
qué éste y no otros? Una investigación posterior del ministerio del
Interior sostiene que “el 23-F fue la forma instrumental para frenar un
golpe duro, llamado ‘el golpe de los coroneles’. En él se preveía
detenciones masivas y la suspensión de los partidos políticos. Al rey se
le plantearía que lo aceptara, o si no, que se marchara de España”.
Según estas tesis, para el 23-F se instrumentaliza a Tejero, que cree
que es el golpe duro, y por eso el capitán Muñecas dice en el congreso
que está esperando a la “autoridad competente, militar por supuesto”.
Jaime Milans de Bosch
Capitán general de Valencia, fue el único militar que sacó sus tropas a la calle. Esperaba un efecto contagio.
Para el historiador Jesús Palacios, sobre el llamado ‘golpe de los
coroneles’ “no hay datos. Hubo un proceso que implicó a Milans y dos
coroneles. Fue una operación de inteligencia como lo fue después el
asalto al Banco Central, urdida para crear pánico en la sociedad
respecto a la involución y desviar las cosas sobre el 23-F. Sobre el
23-F no se hicieron preguntas. Hubo un pacto de silencio tácito para
aceptar la versión oficial, no la real”.
¿Por qué no se fue hasta el fondo? “No se investigo en mi opinión
porque calvo Sotelo quiso circunscribir la trama estrictamente a los
sublevados”, concluye la alta fuente del Cesid.
Incógnita 5
¿Existió una trama civil?
Una de las grandes leyendas que existe acerca del 23-F es la
existencia de una trama civil que jamás se hizo pública, pero los hechos
y numerosos testimonios parecen desmentirla.
Rodolfo Martín Villa, que en aquel momento era diputado y
ministro de Administración Territorial, explicó que “una cosa me
tranquilizó y es que aquella intentona no tenía ningún apoyo popular”.
El catedrático Roberto Muñoz Bolaños sostiene que sí, aunque estaba
compuesta por apenas tres o cuatro personas, de las que únicamente fue
juzgada García Carrés, que asistió a varias reuniones con Milans del
Bosch, siendo incluso expulsada de una. Sí que hubo varios empresarios
importantes implicados, en su opinión.
Para el también historiador Jesús Palacios, la única trama civil eran
los partidos que participarían en el gobierno de concentración
propuesto por Armada y cita las declaraciones que al respecto hicieron
Marcos Vizcaya y Jordi Pujol, así como la comida que celebraron en
Lleida Alfonso Armada, Enrique Mújica y Antoni Ciurana.
Francisco Laína
Presidió la comisión de secretarios y subsecretarios de estado, un gobierno provisional que tomó el mando de la situación.
Una fuente policial que conoció las investigaciones posteriores sobre
el golpe fue mucho más explícita: “eran unos cantamañanas, las
folklóricas de Tejero”, como García Carrés, pero con nula incidencia en
los acontecimientos. “Esto de la trama civil me da risa”, manifestó el
escritor Javier Cercas. “Civiles no hay más de cinco implicados. Era una
insensatez que hubiera una trama civil, porque poco antes, en la
operación Galaxia que intenta Tejero, el gran error es que lo sabe todo
el mundo Y por eso fracasa. Ganas de un golpe de Estado tenían todos”.
“Apoyo civil no había ni uno; no había nadie detrás”, sostiene Martín
Villa.
Lo cierto es que ese día nadie salió a la calle a dar su apoyo a los
golpistas: en contra, sí. La triste imagen de la trama civil es García
Carrés, solo en su casa llamando a Tejero y diciéndole que resistiera,
que llegarían refuerzos. No fue nadie.
Incógnita 6
¿Qué papel jugaron los servicios secretos?
El posible papel del Cesid, el servicio de inteligencia español, ahora llamado CNI, en la intentona golpista este es uno de los aspectos más polémicos sobre estos hechos.
En este sentido, las sospechas en torno a la posible connivencia se
centran en el entonces secretario general del departamento, Javier
Calderón, y el jefe de los grupos operativos, José Luís Cortina. Un
exagente del Cesid, entonces en activo, contó que sí hubo vínculos, que
Cortina era un hombre de Armada y que fue el Cesid quién hizo actuar a
Tejero para que Armada se presentara en el Congreso y saliera de las
Cortes como el salvador de la situación.
José Luis Cortina
Comandante de los servicios secretos, revela algún papel dentro del Cesid, pero fue absuelto en el juicio.
Añadió que el servicio secreto facilitó equipos de comunicaciones.
Sin embargo, según el mismo relato, hubo diferencias entre Cortina y
otros oficiales y el andamio se desplomó cuando un general del centro
tomó la iniciativa y ordenó a un jefe de división del departamento que
se ocupara de desmantelar las ramificaciones, cosa que hizo con éxito.
Según datos recogidos por La Vanguardia aquella noche hubo
momentos de descontrol y desconocimiento en el Cesid. Un agente recién
incorporado entonces explicó que a varios de los más nuevos los enviaron
a distintos puntos de Madrid para que avisaran si se acercaban tropas a
la capital. Jesús Palacios también cree que el Cesid escogió a Tejero.
El escritor Javier Cercas ha hecho hincapié en los constantes rumores
de golpes pudieron incidir en que los movimientos de Tejero pasaran
desapercibidos, pero añade que Cortina mantuvo contactos previos con
Armada y Tejero y que otro oficial del Cesid, Vicente Gómez Iglesias,
que estaba a las órdenes de Cortina, se ocupó del traslado de tropas
para la toma del Congreso. “Puedo admitir que quizás es una incógnita el
papel que tuvo el Cesid”, ha declarado.
Cortina y Gómez Iglesias fueron juzgados por el 23-F. El primero fue absuelto y el segundo condenado a seis años. La Vanguardia propuso entrevistas a ambos, sin éxito.