EL BESO DE LA MARIPOSA EN LA TERCERA OLA
Ramón Palmeral/Diario de Alicante.es
Se nos acusa a los ciudadanos de no tomar las medidas profilácticas adecuadas ante la pandemia que sufrimos, y, caminamos derechos hacia el confinamiento total, porque los ingresos hospitalarios desbordan los hospitales. En la Comunidad Valenciana estamos ya medios confinados. El confinamiento es una medida propia de la Edad Media contra la peste.
“El beso de la mariposa” erael título que pensaba a darle a este artículo que quería publicar pasados los felices Reyes, pero cuando esta maldita pandemia del COVID-19 empezó a flagelarnos sin piedad en su tercera ola, la maldita tercera ola, sin compasión, sin ninguna verdad en sí, y tan real como cierto lo he cambiado y añadido de lo de la tercera ola. El artículo estaba escrito en un tono ligero y amable y en él hablaría sobre la cobardía de las relaciones humanas por medio de las videoconferencias, el teletrabajo, sin escuelas y universidades. Y cuando pesábamos que íbamos bien y llegó avasalladora la borrasca Filomena y nos congeló “eran pocos y parió la abuela”. Al menos el mundo recibió la alegría de que Donald Trump, el aspirante a dictador bananero, tras el fallido golpe de estado al Capitolio, se machó con la Melania por la puerta de atrás en el avión presidencial, con vergüenza y deshonor.
Pensamos que, la guerra de las galaxias y los RoboCops era utópica, que los virus eran utópicos, pero no, llegó y nos atropelló y no mató (yo no sé si ya estoy muerto) con la era digital en marcha y el G5 por venir, y detrás los “me gusta” de Facebook, y los “guasap” infernales, los comicones, las aplicaciones de los smartphones para convertirnos en RotoCop domésticos, sin relaciones sociales sometidos a la industria del videojuego y de los ordenadores. Volvemos a la vida retirada del poeta Horacio («beatus ille») y la invitación de gozar de la juventud («carpe diem»).
Me llamó la atención en los medios nacionales de comunicación cuando decían que los Merengues del Real Madrid venían a “territorio covid” como si Alcoy, y por ende los levantinos fuéremos unos apestados (de aquí bien la palabra apestado de “la peste negra” que asoló Europa, y hoy podría ser acovidados). Bien vinieron los Merengues confiados en su victoria y se fue de El Collao (en el campo del Troya donde fueron vencidos) eliminados la Copa del Rey por un Segunda B, el Alcoyano por 2 goles a 1. Tras protagonizar una hazaña deportiva como aquella del Alcorcón, uno de los mayores ridículos de la historia reciente del club blanco, el coleccionista de copas de Europa. Nadie se salva de la quema: ni Florentino Pérez, ni Zinedine Zidane ni muchos de los jugadores que estuvieron sobre el maltrecho césped de Alcoy helados. Piensan más en la Copa de Europa que en la Copa del Rey, esto no es excusa, una plantilla multimillonaria está obligada a ganar siempre.
La pandemia expuso la debilidad de los peones en al tablero del ajedrez mundial, de los sistemas de salud débiles que, en muchos países, como el nuestro, algunas veces llamado España, se vieron desbordados e impedidos de atender a los más afectados, muchos de los cuales perdieron la vida al no acceder al tratamiento que requerían su enfermedad. Las residencias de la Tercera Edad o Cuarta Edad se han convertido en prisiones para ancianos. Millones de los afectados por el turismo y la hostelería están perdiendo empleos y millones de euros. Esto llevó a muchos de ellos a la condición de pobreza indigencia con una ayudas al desempleo que llegan a contadas por un gobierno socialcomunista que lo quiere tener todo controlado bajo su sobaco de hierro. Otros de clase media perdieron su estatus de integrantes indispensable para el desarrollo de toda vida ordenada en sociedad.
Las naciones gastan billones para proteger a un grupo de humanos contra otros humanos construyendo armas de guerra, cruceros armados hasta las velas, portaaviones con aviones de aluminio y acero con agujones de bombas que matan con las atómicas. Los humanos no son el enemigo: los virus, las bacterias y las levaduras mortales sí lo son. Los presupuestos militares deben reducirse al menos en un 50%. El dinero ahorrado se necesita desesperadamente para financiar la investigación, la educación y la salud pública. Por ahora, el virus SARS-CoV-2 y la pandemia COVID-19 acaparan los titulares. Otros virus, junto con otros patógenos, acechan para mermar a la humanidad porque ha venido para quedarse, no sabemos pro cuanto tiempo.
Pensamos que las medidas para resolver el problema pandémico fueron mínimas y generalmente insuficientes y confusas con un aparato mediático ineficaz. Ello evidenció las carencias de los sistemas de Seguridad Social en la absoluta mayoría de las comunidades autónomas. Además, muchos sistemas de Seguridad Social también resultaron afectados en sus fuentes de ingresos, ya que el desempleo implica para ellos la pérdida de las cuotas periódicas que se aportan conforme la legislación existente en cada país.
A los que intentamos ser realistas y decir lo que vivimos y percibimos nos llama alarmistas, pesimistas, pero el beso de la mariposa ha puesto sus huevos sobre nuestras carnes y solo no queda la esperanza como sostén de un mundo por venir. El confinamiento total no es la solución.
Ramón Palmeral
Alicante, 22 de enero de 2021