Introducción
Estaba documentando mi próxima novela que será un thriller sobre arte, ambientada en Alicante, Jávea, Segovia, Pedraza y Madrid, y llamó a la pantalla en blanco de mi ordenador el pintor Ignacio Zuloaga para decirme que quería entrar a la novela. Así de caprichosos son los personajes de las novelas, se presentan como fantasmas y quieren participar, que se les nombre. Soy de los novelistas que empiezan una historia y no sé cómo acabará. Investigo al par que el lector y yo mismo me asombro por la deriva que toman. Empecé con una obra del pintor oriolano Joaquín Agrasot, y se me cruzaron el cordobés Julio Romero de Torres y el vasco en Zuloaga...
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2 de noviembre 2020