Tememos el confinamiento que se nos avecina por culpa de la pandemia del Covid-19, como un vergajazo con una vara verde. Y es que no apreciamos en lo que vale la libertad hasta que se pierde. Miguel de Cervantes, que había sufrido cautiverio en Argel entre 1575 a 1580, liberado gracias al pago de 500 escudos, de los que 300 fueron entregados por su familia por medio de dos frailes trinitarios. Por esta razón y no otra le hace decir don Alonso Quijano a Sancho: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres» (Segunda Parte, LXVIII, El Quijote)...