Centenario de Miguel Delibes año de la pandemia
Ramón Palmeral
Hoy sábado 17 de octubre de 2020 se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Delibes, simplemente Delibes. El maestro de la pluma más certera y precisa por el tiro de una escopeta a dar, sí a dar en el corazón de los lectores, estos admiradores que siempre fuimos víctimas del dardo de tu pluma alada de algún dragón que la perdió en vuelo por Tierra de Barros. Yo tengo El Camino en mi biblioteca sobre el realismo social y la novela de aprendizaje, de estilo ágil y un estilo lleno de naturalidad y ternura. Pero si duda Cinco horas con Mario de 1995 como un modelo de escritura creativa, en monólogo interior, detallista y minuciosa en los recuerdos con el adjetivo justo en el momento justo y exacto, en oraciones muy bien construidas, es uno de mis preferidos. También ley El hereje, 1998, Premio Nacional de Literatura, que me sirvió como apoyo para una de una de mis novelas históricas, cuyo nombre omito, porque no escribo esto datos para hablar de mí, sino del maestro Delibes que, sin duda me recuerdas en su estilo limpio y preciso a otros maestros como Azorín o Gabriel Miró.
Breve reseña biográfica de Miguel Delibes Setién (Valladolid,17 de octubre de 1920-Idm, 12 de marzo de 2010), El apellido Delibes, es de origen francés Toulouse; el abuelo paterno de Miguel, sobrino del compositor francés Léo Delibes, se había desplazado a España para participar en la construcción del ferrocarril en Cantabria. Derecho Mercantil, periodista, cazador, defensor a ultranza de la naturaleza y de la explotación sostenible de los recursos naturales, académico de la Lengua y fundamentalmente escritor. Sin duda alguna es un referente para los novatos entre los que me incluyo.
En los años siguientes, pasó seis meses de 1964 en los Estados Unidos como profesor visitante del Departamento de Lenguas y Literaturas Extranjeras de la Universidad de Maryland. Recibió el premio Nadal 1947, el premio Nacional de las Letras, el premio Príncipe de Asturias, el premio Cervantes, miembro dela Real Academia de la Lengua en 1973.
Autor de una obra literaria con títulos inolvidables que forman parte de la memoria colectiva de los españoles como Cinco horas con Mario un gran monólogo de un muerto en tu velatorio, El camino, Las ratas, uno de sus grandes libros, historia construida a partir de una sucesión de anécdotas autobiográficas en las que se evoca el ambiente rural de un pueblo castellano desaparecido, con el que ganó el Premio de la Crítica. Los santos inocentes llevada al cine, Señora de rojo sobre fondo gris, El hereje. En 1947 recibió el Premio Nadal por La sombra del ciprés es alargada, comenzando así a despuntar en el panorama novelístico español.
El 22 de noviembre de 1974 falleció su esposa, Ángeles de Castro, a los 50 años de edad, algo que marcó profundamente al escritor para el resto de su vida.
Su discurso de ingreso en la Real Academia Española —que versó sobre El sentido del progreso desde mi obra y que posteriormente editaría como libro bajo el título de Un mundo que agoniza— lo pronunció el 25 de mayo de 1975. Dámaso Alonso, uno de los miembros destacados de la generación de la mítica 27 (por el tercer centenario de la muerte de Góngora) y por aquel entonces presidente de la RAE, fue quien hizo entrega a Miguel Delibes de la medalla de académico.
Homenaje en la Biblioteca Nacional de España
http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2020/delibes-1920-2010.html
Ramón Palmeral, Alicante, 17 de octubre de 2020
Miguel Delibes
©FUNDACION ALBERTO SCHOMMER. VEGAP Madrid 2020.
Miguel Delibes Setién, catedrático de Derecho Mercantil, periodista, cazador, defensor a ultranza de la naturaleza y de la explotación sostenible de los recursos naturales, académico de la Lengua, escritor… Una de las voces más admiradas y originales de la literatura en español de la segunda mitad del siglo XX; premio Nadal, premio Nacional de las Letras, premio Príncipe de Asturias, premio Cervantes… Buena parte de sus obras se han convertido en títulos inolvidables para varias generaciones de lectores: Cinco horas con Mario, El camino, Las ratas, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris, El hereje…
En 2020 se celebra el centenario de su nacimiento, y la Biblioteca Nacional de España se suma, con esta exposición, a los actos de homenaje que a lo largo de todo el año recordarán y reivindicarán su figura y su obra.
Un recorrido biográfico que mostrará al Delibes más reconocible, pero que también desvelará aspectos menos conocidos de su vida: su infancia en Valladolid, su abuelo francés –descendiente de Léo Delibes, el compositor-, responsable de aquella educación ‘a la francesa’ que tanto le marcaría, sus estudios de Comercio, sus primeros trabajos como caricaturista en El Norte de Castilla, su mujer, Ángeles y sus hijos, y el Premio Nadal con el que en 1948 iniciaría su carrera de escritor.
La exposición se adentrará también en su obra, mostrando su manera minuciosa de trabajar, siempre a mano, en cuartillas de papel de periódico de las bobinas de El Norte de Castilla, diario del que llegaría a ser director y desde donde luchó contra la censura impuesta por el Régimen.
Se hablará también de Castilla, otro de sus grandes temas –sus paisajes, sus gentes, la reivindicación del mundo rural-, convertido territorio literario, casi legendario, de su obra; de su relación con el cine y con el teatro, y de su compromiso con la defensa de los oprimidos, los explotados, que lo convirtió en una figura admirada y respetada y en un referente de honestidad, coherencia y ética.
La muestra reunirá más de doscientas obras entre libros impresos, manuscritos, dibujos, lienzos, fotografías, etc procedentes de la BNE, de la Fundación Miguel Delibes y de otras instituciones españolas. Finalizada la exposición en la BNE, la muestra se podrá ver en la ciudad de Valladolid.
Delibes, su vida y obra, cumple cien años también, en la Biblioteca Nacional.
Comisario: Jesús Marchamalo.
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Delibes: El humanismo
por Tomás Salas, en AZperististas.com
La palabra humanismo es tan amplia y ambigua, arrastra tal caudal de significados y adherencias históricas como el río arrastra piedras y légamo, que a fuer de decir mucho, puede llegar a no decir nada. Sin embargo, no encuentro otra más adecuada para definir la trayectoria literaria y humana de Miguel Delibes. Humanismo, preocupación por el hombre. Poner al hombre el centro de la obra de arte, con sus carencias y grandezas, con sus debilidades y sus posibilidades. Cada hombre es en sí digno de comprensión porque en él enraíza una dignidad radical que, en última instancia, tiene un carácter misterioso; y que en el caso de Delibes, tiene claras raíces en el humanismo cristiano.
Delibes sabe defender la dignidad humana sin caer en la denuncia social fácil, en la obra de tesis o en las parcialidades de la llamada “literatura comprometida”. Una de sus obras más conocidas, “Los santos inocentes”, supone un grito desgarrado a favor de los débiles, pero hecho con una elegancia que no cae en ningún momento en el alegato político o en la denuncia fácil. No obstante, late en la obra la comprensión hacia aquellas personas (personajes) que son víctimas de injusticias y abusos. Precisamente la deshumanización, según la feliz fórmula de Ortega, se observa como uno de los rasgos que caracterizan el arte y la literatura modernos. El arte se vuelve sobre sí mismo y da la espalda al hombre en una pirueta de ironía y autosuficiencia. Delibes, en cambio, se vuelve siempre al hombre y a sus debilidades. Cada personaje es amado y mirado con compasión por su creador, incluso los negativos y los malvados. Esta es la única forma de hacer de la novela no sólo trama interesante, argumento, entretenimiento, sino ámbito de humanidad, espejo de esa gruta profunda y llena de sorpresas que es el alma humana. Se logra así lo que yo llamaría “novela de personaje”. Hágase un experimento: los que han leído sus novelas, ¿qué recuerdan la trama argumental o tienen el recuerdo inconcreto pero vivo de los personajes, como quien ha conocido a un hombre real y mantiene su imagen en la memoria?
Y todo esto lo hace el maestro vallisoletano con una coherencia ideológica y moral que pocos intelectuales españoles pueden exhibir. Sería curioso leer textos de hace, por ejemplo, 30 años, sobre temas sociales y políticos y comprobar qué escritores tendrían mucho de lo que arrepentirse (algunos lo hicieron públicamente como Laín en su “Descargo de conciencia”) y cuáles firmarían lo escrito hace tres décadas. Delibes pertenece al segundo grupo, que es más reducido de lo que parece, de los que pasarían con notable el examen de coherencia y falta de oportunismo.
Un diario escrito en 1972 titulado “Un año de mi vida” termina con esta frase que resume el humanismo de Delibes y, en última instancia, la clave desde la que se entiende su ingente producción: “Es un máquina demasiado perfecta y reflexiva, el hombre, como para aceptar que todo se reduzca a un proceso fisicoquímico que se desarrolla dentro de un tubo de carne”.
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Biografia de Delibes en Leer y escribir:
- Vida y trayectoria literaria
1.1. Trayectoria biográfica
Comenzaremos por bosquejar la biografía de nuestro homenajeado. Conocer al hombre y sus circunstancias es un modo seguro de comprender su obra creativa. Miguel Delibes nació el 17 de octubre de 1920 en la ciudad de Valladolid. Era el tercero de ocho hijos de la familia formada por Adolfo Delibes y María Setién. Aunque su padre nació en murió en el pueblo de Molledo, en el valle de Iguña, en Cantabria, desarrolló su vida profesional en Valladolid; fue catedrático de Derecho en su Escuela de Comercio. Su familia paterna procedía de Francia, pues el abuelo de nuestro escritor, sobrino del compositor francés Léo Delibes, había venido a España para participar en la construcción de una vía de ferrocarril en Santander.
El futuro escritor estudió en el colegio de las Carmelitas y en el colegio de La Salle N.ª S.ª de Lourdes de Valladolid. Ahí terminó su bachillerato en 1936, justo antes de empezar la guerra civil. Se enroló como voluntario en el ejército sublevado en 1938 y sirvió en el crucero “Canarias”, con base en Palma de Mallorca; no tuvo una participación en el frente de batalla en ningún momento. La guerra civil dejó una profunda huella en nuestro escritor, muy perceptible en muchas de sus obras, como luego mostraremos. Al acabar la guerra, regresó a Valladolid y comenzó su formación superior. Completó estudios en la Escuela de Comercio e inició los de Derecho y los de preparación artística en la Escuela de Artes y Oficios.
En 1941 El Norte de Castilla lo contrata como caricaturista. Después se ocupó de la crítica cinematográfica. Vemos que inició pronto su actividad artística y en contacto con el mundo de la narración, en este caso, en versión cinematográfica. En 1942 remató sus estudios de Intendente Mercantil y en 1943 obtuvo la cátedra de Historia del Derecho Mercantil, justamente como su padre. De este modo, la parte material de su vida quedaba resuelta.
Su afición principal es la caza, practicada con su padre desde muy joven y nunca abandonada mientras la salud lo acompañó.
En 1946 se casó con Ángeles de Castro, mujer que influyó positivamente en su carrera literaria. De este matrimonio nacieron siete hijos, entre 1948 y 1962. De todos ellos, a nosotros nos interesa citar a Elisa Delibes, nacida en 1950, la cuarta hija. Fue profesora de Lengua y Literatura durante varias décadas; curiosamente, ejerció un año en León, en el instituto de San Andrés del Rabanedo. Es la actual directora de la Fundación Miguel Delibes, con sede en Valladolid, dedicada a la difusión de la obra de nuestro escritor. Ofrece interesantes conferencias sobre la vida y la obra de su padre plagadas de detalles y curiosidades de Delibes como persona y padre.
Delibes comienza su carrera literaria en 1947. Cuando gana en ese año el Premio Nadal con su primera novela, La sombra del ciprés es alargada, obtiene reconocimiento público y cierta repercusión en el mundo cultural español. En 1949 publica su segunda novela Aún es de día, en la editorial Destino.
En 1950 sale a la luz su tercera novela, El camino. Obtuvo inmediatamente el reconocimiento de la crítica y el favor de los lectores, por lo que supone su consagración como novelista. Su carrera periodística también avanza con paso firme: en 1952 accede a la subdirección de El Norte de Castilla; en 1958 accede a la dirección, que ejercerá hasta 1963; abandona el cargo tras repetidos enfrentamientos con la censura y el Ministerio de Información y Turismo dirigido, a la sazón, por Manuel Fraga.
En la década de los cincuenta realiza su primera salida fuera de España. Viaja a Hispanoamérica, a Argentina y Chile, exactamente, y allí descubre otras perspectivas culturales hasta ahora desconocidas: la emigración, la fusión cultural, la grandeza y variedad del paisaje sudamericano, etc. Publica siete títulos; cuatro novelas: Mi idolatrado hijo Sisí, Diario de un cazador, Diario de un emigrante y La hoja roja; dos libro de cuentos Siestas con viento sur y La partida; y un libro de viajes: Un novelista descubre América.
En la década de los sesenta Delibes alcanza su apogeo literario; es la década del esplendor creativo. Visita Alemania y dicta varias conferencias en distintas universidades de ese país. En 1964 ejerció la docencia en la Universidad de Maryland (cerca de Washington) durante un semestre. Veranea en el pueblo burgalés de Sedano, en la comarca de Páramo de Masa, al lado del río Moradillo. A finales de esa década visitó Checoslovaquia, por entonces en pleno comunismo, lo que le impactó vivamente. Publicó siete títulos (tres novelas: Viejas historias de Castilla la Vieja, Cinco horas con Mario y Parábola del náufrago; un volumen de cuentos, La milana; y dos libros de viajes: Por esos mundos y USA y yo).
En 1973 es elegido miembro de la Real Academia Española. Lee su importante discurso de ingreso en 1975, “El sentido del progreso desde mi obra”. En 1974 fallece su esposa Ángeles de Castro, lo que afectó severamente a nuestro novelista, pues estaba muy unido a ella.
La década de los setenta también resulta moderadamente fértil. Publica dos novelas: Las guerras de nuestros antepasados y El disputado voto del señor Cayo; un diario personal: Un año de mi vida; varios libros sobre caza y pesca, como Mis amigas las truchas (texto en el que el río Órbigo ocupa un lugar relevante); y un libro de ensayos: Castilla, lo castellano y los castellanos.
En los años ochenta y noventa baja la producción y suben los reconocimientos de todo tipo. Publica Los santos inocentes (1981) y Señora de rojo sobre fondo gris (1991) y algún cuento, como “El tesoro”. Su última gran novela es El hereje (1998). En su presentación ya anunció que abandonaba la pluma, con 79 años. En esa época, ya se le había diagnosticado un cáncer colo-rectal que le mermó muchas fuerzas. Falleció el 12 de marzo de 2010, con 89 años de edad.