Estimado José Ángel Mañas: Pero tan desesperado está el Premio Ateneo de Sevilla para darte un premio, a Mañas el del bar Kronen. Me han pasado un pdf de la novela, porque yo últimamente no compro papel higiénico, joder, que no lo compro. Lo siento Mañas no he podido pasar de la página 50, de las 265 que tiene el pdf, no ya porque Carlos padezca un cáncer de pulmón, ni por el lenguaje escatológico que usas, que no nos vamos a asustar, ni porque esnife coca, se meta banderillas de heroína o fumé porros, y beba alcohol. Generación X alineada juvetud pasado de moda, ya no se drogan, van de bollón, de degustacion de vinos a bodegas y a buenos restaurantes y hacen deporte. No me extraña que Carlos tenga cáncer porque la mierda que se mete baje en sistema inmunológico.
En tu novela todos son drogatas, putas, bolleras o gays, me da lástima ver una sociedad de utopica como la tuya, como la que escribes dándote una aureola de intelectualtual progre.
Tu novela no se sostiene, no tiene argumento, es un novela urbana que pasan cosas.
Yo de felicito por tu premio y a los incautos de jurado, y por haber sido finalista en el Nadal de 1994. Tuviste suerte, un escritor sin suerte es como si no tuviera talento.
Mañas es eso: follar, cabron, coño, hijo de puta, lesbianas, hipocresía y retrato de una sociedad de catabolismo... Esto no es realismo sucio, sino soez contra la moral y un lenguaje Almodóvar que da muchos oscares y premios, pero no educa, sino que deseduca.
La cuestión comercial es otro asunto, patrocinado por Unicaja y El Corte Ingles.
Ramón Palmeral
Escritor.
.................
Opinión del novelista:
He
leido hasta la página segunda y ya, como si fuera miembro de un jurado,
tengo mi veredicto que paso a puntuación baja, en cuanto a calidad de
estilo literario; al menos acorde con las buenas prácticas:
Usa
un lenguaje coloquial, barrio bajero, con mis respetos a los miembros
de barrios marginales. Antepone el yo, o sea el burro por delante,
menosprecia al género femenino, amén de un santuario lingüístico,
inapropiado, en parte propio de la calle, y en parte propio del pasota,
porrero y poco respetuoso con los miembros de su entorno.
A
pesar de que me considero personaje llano, del pueblo oprimido, y
conozco el lenguaje estilístico y también el panocho; y los escucho y
comprendo en ámbitos cerrados, aunque jamás se refiere a la hembra, o
sea al genero femenino, con el despropósito de «cerda», poco considerado
con el ser que nos da la vida y el amor y los hijos...
Me
gustaría conocer, no obstante, el criterio, o los criterios, del jurado
crítico para valorar y galardonar ese tipo de lenguaje, que de pasar a
la literatura del siglo XXI acabaría con las buenas prácticas y con las
formas educacionales de todos los tiempos.