La OCDE asegura que las pensiones bajarán un 9% tras la reforma
La reforma del sistema de pensiones español puede que vaya a mejorar la sostenibilidad del mismo a largo plazo, como dice la OCDE en su último informa publicado ayer. El problema es que el hecho de aumentar la edad de jubilación y ampliar el número de años que se tienen en cuenta para fijar su cuantía va a reducir los ingresos de quienes se jubilen a partir de 2020.
Si
antes de la reforma un pensionista cobraba como media el 81,2% de su
salario, tras las modificaciones aprobadas por el Gobierno percibirá el
73,9%, un 9% menos.
¿Es significativo este descenso? No. Esta cifra, que en lenguaje administrativo se convierte en tasa de reemplazo, es muy superior a la media de los 34 países que componen la OCDE, que se queda en el 57,3% de media, con extremos del 30,9% para México por un lado, y del 81,2% para Holanda, por el otro.
Ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó la última edición de su informe «Panorama de las Pensiones», que concluye asegurando que «las recientes reformas adoptadas en varios países –no incluye a España, Gracia y Francia, por incluir datos a cierre de 2009– no serán suficientes para cubrir el aumento de los costes en el futuro, incluso a pesar del incremento de la edad de jubilación en la mitad de los miembros de la organización».
La OCDE argumenta que la edad media de jubilación será en 2050 de 65 años para ambos sexos, lo que supone un aumento de 1,5 años en el caso de los hombres y de 2,5 años en el caso de las mujeres. Sólo cinco países, en su opinión –Hungría, Italia, Corea del Sur, Turquía y Reino Unido–, han incrementado los suficientemente las edad de jubilación para asegurar las prestaciones. Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, ha señalado que «elevar la edad de jubilación sólo es parte de la solución».
En el caso de España, la OCDE alaba la reforma de enero, porque reducirá el gasto en el equivalente al 3,5% del PIB (algo más de 35.000 millones de euros), en un país que gasta el 9% de su riqueza en pensiones.
El informe específico sobre España indica que el aumento hasta 38,5 años de cotización para poder jubilarse a los 65 años (de 35 a 37 para hacerlo a los 67 años) afectará sobre todo a los trabajadores con carreras laborales interrumpidas (aquellos que han pasado con alguna etapa en el desempleo), cuya pensión podría reducirse hasta el 70,5% de su salario medio como activo.
Críticas al Gobierno
De cara al futuro, el informe critica al Gobierno el hecho de que no haya detallado qué parámetros deberían ajustarse en las revisiones automáticas que se pondrán en marcha cada cinco años y que afectarían a quienes se jubilen entre 2027 y 2045. Por esta razón, la organización no puede simular el impacto que tendría en los derechos de los pensionistas y que afectaría a 1% del PIB (10.000 millones de euros).
En cuanto a los mayores de 65 años, la OCDE dice que el incremento de las pensiones mínimas les ha apartado algo del riesgo de pobreza, que en España era del 23% en esa franja de edad, frente al 14% de la OCDE. A su favor juega ahora el hecho de que sean propietarios de sus viviendas, lo que no es frecuente en Europa.
¿Es significativo este descenso? No. Esta cifra, que en lenguaje administrativo se convierte en tasa de reemplazo, es muy superior a la media de los 34 países que componen la OCDE, que se queda en el 57,3% de media, con extremos del 30,9% para México por un lado, y del 81,2% para Holanda, por el otro.
Ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó la última edición de su informe «Panorama de las Pensiones», que concluye asegurando que «las recientes reformas adoptadas en varios países –no incluye a España, Gracia y Francia, por incluir datos a cierre de 2009– no serán suficientes para cubrir el aumento de los costes en el futuro, incluso a pesar del incremento de la edad de jubilación en la mitad de los miembros de la organización».
La OCDE argumenta que la edad media de jubilación será en 2050 de 65 años para ambos sexos, lo que supone un aumento de 1,5 años en el caso de los hombres y de 2,5 años en el caso de las mujeres. Sólo cinco países, en su opinión –Hungría, Italia, Corea del Sur, Turquía y Reino Unido–, han incrementado los suficientemente las edad de jubilación para asegurar las prestaciones. Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, ha señalado que «elevar la edad de jubilación sólo es parte de la solución».
En el caso de España, la OCDE alaba la reforma de enero, porque reducirá el gasto en el equivalente al 3,5% del PIB (algo más de 35.000 millones de euros), en un país que gasta el 9% de su riqueza en pensiones.
El informe específico sobre España indica que el aumento hasta 38,5 años de cotización para poder jubilarse a los 65 años (de 35 a 37 para hacerlo a los 67 años) afectará sobre todo a los trabajadores con carreras laborales interrumpidas (aquellos que han pasado con alguna etapa en el desempleo), cuya pensión podría reducirse hasta el 70,5% de su salario medio como activo.
Críticas al Gobierno
De cara al futuro, el informe critica al Gobierno el hecho de que no haya detallado qué parámetros deberían ajustarse en las revisiones automáticas que se pondrán en marcha cada cinco años y que afectarían a quienes se jubilen entre 2027 y 2045. Por esta razón, la organización no puede simular el impacto que tendría en los derechos de los pensionistas y que afectaría a 1% del PIB (10.000 millones de euros).
En cuanto a los mayores de 65 años, la OCDE dice que el incremento de las pensiones mínimas les ha apartado algo del riesgo de pobreza, que en España era del 23% en esa franja de edad, frente al 14% de la OCDE. A su favor juega ahora el hecho de que sean propietarios de sus viviendas, lo que no es frecuente en Europa.