Los defectos
Ramón Palmeral |
viernes, 5 de junio de 2020, 15:40
Existen personas tan duras de
mollera que no se reconocen ningún defecto, ni físico, ni moral ni
siquiera espiritual. Son los llamados perfectos, cuando en realidad la
perfección únicamente reside en el Supremo Ser. Lo cierto es que son
ególatras y narcisistas sin posibilidad de sanar nunca, porque la
egolatría le ha disecado por dentro como un animal salvaje
taxidermizado. Creerse perfecto podría considerarse en sí un defecto.
Este tipo de personas irreales reciben el rechazo inmediato de todos
porque se salen de la norma, de la regla y del sector circular en que
vive la sociedad como unidad espiritual de hábitat y compromiso con los
demás. Otro asunto diferente es la autoestima, que no es una vanidad
enfermiza, es el camino para fortalecer la personalidad en el conjunto
de una sociedad agresiva y llena de grupos de supervivencia, a veces
agónica...
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