ALICANTE.
El sector turístico es uno de los más afectados por las consecuencias
de la pandemia del coronavirus, por razones obvias: hoteles y hostelería
no saben cuándo podrán volver a abrir y en qué condiciones. Sin
embargo, la variante de la vivienda vacacional, que es
la mayoritaria en la provincia de Alicante, no está sufriendo esta
crisis con el mismo rigor. Incluso, en cierta manera, podría
beneficiarse.
El comportamiento de la demanda en
este segmento no tiene nada que ver con el hotelero: se mantiene el
interés, las búsquedas en webs especializadas y el volumen de reservas.
Las cancelaciones, de hecho, se van produciendo a medida que se acerca
la fecha de la reserva y el cliente tiene la certeza absoluta de que no
va a poder viajar, por las sucesivas prórrogas de las medidas de
limitación de la movilidad. Y muchas familias están pensando en pasar
las vacaciones, si finalmente pueden hacerlo, en una vivienda turística en lugar de un hotel, por las características inherentes a este formato.
El presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos (Aptur), Miguel Ángel Sotillos,
explica que el sector está preparado para reabrir en cuestión de días.
"Es privado, seguro, fácil de limpiar... Estamos trabajando con Sanidad
en protocolos de limpieza estandarizados para dar garantías reforzadas",
explica. Al margen de los apartamentos, donde el usuario se va a
encontrar con mucha más gente en las zonas comunes, hay un interés por viviendas unifamiliares y villas,
donde es más fácil evitar el contacto. No obstante, "están entrando
pocas reservas porque la gente tiene miedo y no sabe si podrá viajar".
Los nuevos clientes buscan fechas a partir de agosto e incluso octubre o final de año, pero no para junio y julio.