Feminismo sin edad
Mónica Carrasco, Nazaret González, Irene Pomares y Candela Sendón forman parte de la llamada cuarta ola del feminismo
pino alberola 07.03.2020 | 20:28/Información
Josefina Bueno, Juana Serna,
Concha Collado y Antonia Graells, detrás del banco de la plaza de la
Montañeta, arropan a Candela Sendón, Irene Pomares, Mónica Carrasco y
Nazaret González.
héctor fuentes
Esa que ha surgido en los últimos años con las
masivas manifestaciones. Frente a ellas sus referentes ideológicos.
Mujeres como Juana Serna, Josefina Bueno, Concha Collado o Antonia
Graells, que han vivido en primera línea la batalla por conquistar los
derechos más básicos.
Concha Collado (71 años) luchó de forma infatigable porque el
adulterio estuviera despenalizado en España, porque el aborto fuera un
derecho o porque las mujeres no necesitaran del permiso de sus maridos
para trabajar. Candela Sendón (19 años) grita, bien en manifestaciones o
a través de las redes sociales, para que cesen los feminicidios,
se rompa el techo de cristal o desaparezca el acoso que sufren las
mujeres en la calle. Cincuenta años separan a estas mujeres. Medio siglo
que resume buena parte de la historia del movimiento feminista en la
provincia de Alicante y que deja patente que sigue habiendo motivos para
la lucha. Para seguir saliendo a la calle en este 8 de marzo.INFORMACIÓN ha reunido a un grupo de jóvenes activistas, pertenecientes a la llamada cuarta ola del feminismo, con otro de mujeres que en los últimos años del franquismo y con el despuntar de la democracia vivieron en primera línea los momentos más efervescentes de la lucha por la igualdad de derechos.
Todas coinciden en señalar que, aunque el objetivo de sus reivindicaciones es el mismo, lograr la plena igualdad de la mujer, los matices han cambiado. «No partimos de lo básico. Ya no sólo se lucha por alcanzar derechos fundamentales, que en buena parte se han conseguido, ahora peleamos también por la libertad sexual -muy unido al movimiento LGTBI- o por la igualdad laboral, terreno en el que aún queda mucho por hacer», afirma Irene Pomares, de 23 años. Pero si hay algo que de verdad actúa como motor para las generaciones más jóvenes ese es el de rebelarse contra la violencia machista. «Aunque han nacido en democracia, las nuevas generaciones saben que queda mucho por hacer. Han asumido el problema de la violencia machista y se rebelan contra el mismo», sostiene Concha Collado, abogada y profesora jubilada de Derecho Constitucional.
Las cuatro veteranas de la lucha feminista.
Otro cambio importante ha sido la incorporación de los hombres a las plataformas feministas. Ya no es raro verlos en manifestaciones, exhibiendo pancartas y llevando las reivindicaciones a voz en grito, o en silencio, pero asumiendo la causa de sus compañeras. «Los hombres son ahora conscientes de que este es un problema de todos y que ellos son incluso más felices de no tener que ir ejerciendo todo el día ese papel de machirulos», señala Concha Collado. «Yo incluso tengo amigos que son los que me informan de manifestaciones y otro tipo de actividades», afirma Nazaret González, de 23 años. Para esta estudiante de diseño de moda, aunque se van alcanzando logros, «la sociedad avanza muy lentamente» en lo relativo a la igualdad de la mujer y la reciente irrupción de la ultraderecha en el Parlamento español «no ha hecho más que empeorar las cosas».
A sus 74 años la presidenta del PSPV y ex diputada, Juana Serna, siempre ha estado ligada al movimiento feminista y recuerda con mucho orgullo el trabajo de su partido en los años de la transición. «Luchamos por convertir a las mujeres en ciudadanas de primera y que dejaran de depender de los hombres. Llevamos en ese sentido el país a la vanguardia, un hecho histórico que nos une a todas las mujeres progresistas». También Antonia Graells (67 años), enfermera jubilada e histórica del socialismo alicantino, recuerda con muy buen sabor de boca aquellos años. «Hicimos una transición estupenda. Las mujeres nos movilizamos y aunque éramos pocas y se nos marcaba, tuvimos mucha fuerza para salir a la calle».
Para Serna, una de las grandes diferencias entre las feministas de su generación y las más jóvenes, «es que hoy en día cuentan con unos referentes que nosotras no teníamos. Las grandes de la república habían desaparecido y si había mujeres destacadas, se las ocultaba».
Tienen referentes y también motivos para seguir saliendo a la calle. «Hay un debate abierto sobre hacia donde tiene que ir el movimiento feminista. La cuarta ola dice que hay una agenda aún por cerrar, con techos de cristal, brechas salariales? por eso nos piden a las mayores que no seamos tan teóricas y sigamos movilizándonos», sostiene Serna.
Un largo camino
Porque el camino sigue siendo aún largo. «Tengo muy claro que nosotras no lograremos el cambio, pero a su vez nos convertiremos en el referente de las que hoy son niñas y que a lo mejor dentro de 30 años lo consiguen», señala Mónica Carrasco. Para esta joven estudiante de Publicidad, coach en perspectiva de género y community manager se van conquistando logros con el paso de los años, pero también surgen nuevas amenazas para las mujeres, «como es el acoso on line».Algo en lo que coinciden estas ocho mujeres es que el movimiento feminista tiene hoy en día mucha más visibilidad que hace cuatro décadas.
La senadora y catedrática de la Universidad de Alicante, Josefina Bueno, recuerda que «cuando empecé organizando el 8-M en la Universidad, éramos cuatro. Ahora las estudiantes tienen muy interiorizado que son feministas. El movimiento se ha extendido y una inmensa mayoría de la sociedad lo ve bien» . Para Bueno también siguen sobrando motivos para salir a la calle, al margen de los que han enumerado sus compañeras. «Hay una brecha digital entre hombres y mujeres, la maternidad sigue impidiendo a muchas acceder al mercado laboral y, sobre todo, nos sigue dando miedo salir a la calle solas».