La
integridad del discurso poético-político de Miguel Hernández
En estos
tiempos actuales en que los políticos no cumplen con su palabra y lo que
dijeron en las campañas electorales no vale cuando son investidos en sus
cargos, surge la evocación de un poeta
íntegro, uno de los más activos poetas
de la poesía de la guerra civil como es Miguel Hernández (1910-1942), llamado
el poeta el pueblo o «poeta de la revolución» por los que le condenaron a
muerte.
Ramón
Palmeral, sostiene que el sacerdote don Luis Almarcha (1887-1974), canónigo de
la catedral de Orihuela desde 1914 y vicario desde 1924, amigo de la familia,
pudo haberle salvado la vida de Miguel
Hernández cuando estaba enfermo de tuberculosis y tifus en la enfermería del Reformatorio de Adultos
de Alicante (actuales Juzgados de Benalúa) quien le había apoyado y estimulado
durante aquellos primeros años de su formación poética, permitiéndole el acceso
a su amplia biblioteca y llegando a prestarle ayudar para la financiación de Perito en lunas (1932), en Murcia.
El chantaje
del don Luis Almarcha a Miguel Hernández, preso y enfermo, consistía, en
que el poeta ya escribiera poesía o textos laudatorios el Movimiento Nacional,
victorioso de la guerra, porque se trata de una firma muy valorada en su tiempo
y además se casara por el rito católico con su mujer Josefina Masados, en un matrimonio civil de
09-03-1937 en Orihuela que no reconocía el nuevo Régimen. De cumplir los deseos
de don Luis lo podía internar al sanatorio de Porta-Coeli de Valencia para enfermos
tuberculosos.
Don Luis Almarcha
trato de convencerlos con una visita que le hizo en el Reformatorio a finales
de febrero o primeros de marzo (acompañado por Antonio Fantuchi, Alfonso
Ortuño y Manuel Guerrero, director del reformatorio) además le encargó al padre Vicente Dimas,
cura de El Altet que lo visitara y éste delegó en el jesuita padre Joaquín
Vendrell. Su mujer consiguió convencerle para contraeré matrimonio católico
al moribundo en la enfermería el 4-03-1942 por el capellana Salvador Pérez
Lledó de san Nicolás. Sin poderse levantar de la cama con un apósito en el
costado que le suspiraba y dos presos testigos que lo sostenían. Pero ninguno de los eclesiásticos consiguió Miguel
una sola línea a favor de las autoridades del nuevo Régimen del Nacionalcatolicismo,
cuya negativa le costó el no ser atendido debidamente, y por lo tanto, la vida,
comentó a compañeros la enfermería que él era el autor de Viento del pueblo y no podía traicionar sus ideas y por lo tanto
republicanos que dieron su vida por la libertad.
Es cierto que Don Luis Almarcha no
era en marzo de 1942, obispo de León (lo nombraría el papa Pío XII en 1944), ni
Procurador en Cortes por su
condición de miembro de la Junta Extraordinaria de la Delegación Nacional de Sindicatos durante la I Legislatura de las Cortes Españolas
(1943-1946)
ni miembro del Consejo del Reino, pero sí es cierto
que era vicario de la diócesis d Orihuela-Alicante , tenía gran influencia
en Madrid con los fascistas y falangistas, sobretodo después hacer sido un
preso de los republicanos en Barcelona, durante al guarra civil por un años,
donde logó huir a Francia.
El 16 de
enero actual a las 19 horas se presenta una nueva biografía revisada titulada Miguel Hernández. El poeta del pueblo. Biografía
en 40 artículos, en la Librería Pynchon&Co de la calle Segura 22 de
Alicante, por el hernandiano Ramón Fernández Palmeral, publicada en la
Editorial ECU de Alicante, donde
intervendrá el propio autor, así como María Consuelo Giner Tormo,
presidente de Espejo de Alicante; Juan Antonio Urbano Cardona, escritor
y poeta y José Antonio López Vizcaíno, gestor de la editorial ECU. En
dicho actos se celebrará un recital en homenaje a Miguel Hernández por
poetas alicantinos.