El nuevo timo del vecino policía, y la mujer que trabaja en el Juzgado.
Un hombre estafa a residentes en fincas de Valencia tras fingir ser un agenteEl timador se presenta a sus víctimas como nuevo propietario y funcionario policial, y luego les pide dinero para un pago urgente
Se trata de un nuevo timo que ya ha cosechado una víctima y tres intentos de engaño en dos edificios de Valencia. Por eso la administradora de estas fincas ha decidido alertar a los lectores de LAS PROVINCIAS y a la Policía, a fin de parar los pies al estafador.
El hombre es, según las personas que han sufrido la pillería, «un verdadero actor». Apariencia elegante, decente, educado en sus palabras y hasta simpático. El hábitat natural donde caza a sus presas son las numerosas fincas de Valencia que tienen pisos en venta, muchas a causa de la crisis económica.
El delincuente observa desde la calle aquellos edificios donde hay carteles de «se vende» y, de un modo u otro, se cuela dentro del patio. Como ya sabe donde está la casa en venta, mira la puerta y memoriza el número. Primer paso completado. Con esta información pasa directamente a la acción. Busca las puertas de otros vecinos de la finca, habitualmente en pisos superiores o inferiores, llama al timbre y da rienda suelta al rebuscado engaño.
En primer lugar, hace creer a los vecinos que acaba de adquirir el inmueble a la venta, que trabaja como policía y que su mujer está empleada en los juzgados. ¿Quién va a dudar de un matrimonio unido por el respeto a la justicia? Es más, ¿a quién no le gustaría tener un agente entre su vecindario? Y entonces, el perfecto vecino añade un mensaje clave: «Estoy haciendo unas reformas en casa, así que discúlpeme si en los próximos días hay algo de ruido». Fin del primer acto. El hombre se despide y los vecinos cierran la puerta encantados con el nuevo residente.
Los chicos de la reforma
A los diez minutos, el educadísimo y falso funcionario policial reaparece. «Hola, perdone que le moleste otra vez. Tengo una urgencia. Han llegado ya los chicos de la reforma y tengo que pagarles 200 euros ahora mismo. Mi mujer está en un juicio y la cartera la tengo en mi antigua casa. Si no le importa, déjeme lo que tenga en billetes y se lo devolvemos de aquí un rato».
Ese rato es eterno. El pícaro escapa con lo que le han dado y el vecino prestamista no vuelve a ver al 'buen' policía. Al poco tiempo, descubre que el piso sigue en venta y que su vecino era, en realidad, un tunante mentiroso.
Hace sólo dos semanas, el teatrillo le sirvió para hacerse con 50 euros de un vecino de la avenida Pérez Galdós, pero el número de engaños puede ser mayor. En esa ocasión pidió un vaso de agua tras recibir el dinero. «Me sabe tan mal que le dejaría la pistola en prenda», llegó a bromear tras entrar en la casa de la víctima. También ha actuado en la calle Archiduque Carlos. Allí desplegó su entrenada trampa ante tres vecinos, pero ninguno de ellos cayó en el engaño.