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miércoles, 21 de agosto de 2019

¡El vino ha acabado!



Una vez, hace años, estaba yo comiendo con mi padre, y éste sacó media botella de un buen vino. Cuando se acabó la media botella le dije: “Papá se ha acabado el vino”. Y él me respondió: “Hijo en la tienda también venden vino”. 

Una respuesta contundente que nunca  olvidaré  y que además tiene su moraleja que consiste en que encima que estás bebiendo mi vino gratis, me exigen más vino. Que traslado al cotidiano vivir nos dice que muchas veces solo vemos lo que nos conviene, y no vemos lo beneficios colaterales que recibimos, por ejemplo el de una buena compañía, los esfuerzos del otro,  la publicidad que te hacen cuando haces una donación, o cuando alguien te hacen un favor de amigo y te evitas innumerables gastos, o cuando un familiar intercede por ti, evitando burocracia, y no se le agradecemos suficientemente. Ser desagradecido porque no vemos el favor o lo que nos hemos ahorrado, porque el ahorro es ganancia.  

“ Anecdotario” de Ramón Palmeral (2019)