Una vez, hace años, estaba yo comiendo con mi padre, y éste
sacó media botella de un buen vino. Cuando se acabó la media botella le dije: “Papá
se ha acabado el vino”. Y él me respondió: “Hijo en la tienda también venden vino”.
Una respuesta contundente que nunca olvidaré y que además tiene su moraleja que consiste en
que encima que estás bebiendo mi vino gratis, me exigen más vino. Que traslado al cotidiano
vivir nos dice que muchas veces solo vemos lo que nos conviene, y no vemos lo
beneficios colaterales que recibimos, por ejemplo el de una buena compañía, los esfuerzos del otro, la
publicidad que te hacen cuando haces una donación, o cuando alguien te hacen un
favor de amigo y te evitas innumerables gastos, o cuando un familiar intercede
por ti, evitando burocracia, y no se le agradecemos suficientemente. Ser
desagradecido porque no vemos el favor o lo que nos hemos ahorrado, porque el
ahorro es ganancia.
“ Anecdotario” de Ramón Palmeral (2019)