United Ireland
Después de Escocia, a Boris Johnson le ha estallado también la estabilidad en Irlanda del Norte, provincia británica que visitó ayer y donde los nacionalistas republicanos le dijeron claramente que sería «impensable» que -si conduce al país hacia un Brexit sin acuerdo- la situación no fuera seguida de un referéndum sobre la reunificación irlandesa.
La actual líder del Sinn Féin, el partido heredero de los terroristas del IRA, dijo que se lo habían advertido al nuevo primer ministro británico y que «no podrá decir que no se lo hemos dicho». A juicio de McDonald, la salida del Reino Unido de la UE y particularmente una desconexión sin acuerdo «representa en cualquier idioma que se quiera un cambio dramático de la realidad en esta isla, y sería impensable en esas circunstancias que la gente no tuviera la oportunidad de decidir sobre nuestro futuro juntos».
Este pequeño territorio situado al norte de la isla de Irlanda sería en caso de Brexit la única frontera terrestre de la UE con el Reino Unido y -para evitar una barrera física y proteger el mercado único- los negociadores europeos y británicos diseñaron en su día la «salvaguarda» que prevé que si no se encuentra una fórmula para las futuras relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido, este territorio mantendría un «alineamiento reglamentario» con el mercado único, lo que en tal caso supondría que no estaría dentro de las reglas británicas.
El hecho de que tanto Hunt como Johnson anunciasen en un debate que no aceptarían la salvaguarda irlandesa, principal escollo para el acuerdo con la UE e innegociable para Bruselas, reactivó los miedos a una salida no negociada. La libra llegó a estar ayer a 1,1045 con respecto al euro, mientras que el dólar, que hace dos meses estaba a 1,3272, llegó a tocar suelo en 1,2383. Los últimos informes, además, apuntan a que si la tendencia de sus cotizaciones se mantiene ambas divisas podrían llegar prácticamente a equipararse como ya ocurrió en los años 80.
La reaparición de esa frontera en la isla sería percibida como una vuelta a los peores tiempos de la guerra civil entre los católicos republicanos, partidarios de la unión del Ulster con Irlanda, y los protestantes unionistas, que defendían la pertenencia al Reino Unido. Dentro de la Unión Europea el problema había quedado disuelto para todos, con una situación que permitía la convivencia entre unos y otros, después de los acuerdos de Viernes Santo de 1998. La UE tenía incluso un presupuesto específico para este territorio, en el que Dublin había logrado cierto papel institucional.
El nuevo primer ministro británico se vio en Belfast con los partidos norirlandeses, uno de los cuales el unionista DUP es clave en su mayoría parlamentaria, para pedirles que «intensifiquen sus contactos para conseguir restaurar las instituciones de gobierno tan pronto como sea posible», ya que hace tres años que no han logrado hacerlo. También les dijo que sería «neutral» respecto a sus acuerdos internos, pero no por lo que respecta a la unidad del país.
Por ahora, Johnson se ha encontrad con graves problemas para llevar a cabo sus planes en todas las regiones del Reino Unido que ha visitado. En Escocia también le han advertido que pedirán un nuevo referéndum de independencia, en Gales le han advertido que para este territorio el Brexit será una catástrofe y ahora en Irlanda del Norte le dicen que puede provocar un movimiento que lleve a su unificación con la República de Irlanda.
Para colmo, el líder del Partido del Brexit y principal activista en favor de la ruptura con la UE, el eurodiputado Nigel Farage, le advertía ayer en un artículo de prensa que si se le ocurre incumplir su promesa de abandonar la UE sin acuerdo el 31 de octubre, se puede llevar la gran sorpresa de que el Partido Conservador acabe siendo «pulverizado» en las urnas.
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El nuevo Primer minsitro británico, Boris Johnson, ha viajado este miércoles a Belfast para reunirse con los líderes de los principales partidos políticos de Irlanda del Norte y de esta manera tranquilizar lo antes posible las incertidumbres por la frontera irlandesa en caso de un Brexit sin acuerdo.
En la primera visita oficial a Irlanda del Norte, el principal objetivo es sentar de nuevo todos los actores políticos y poner fin a un bloque que dura «demasiado tiempo» y que podría verse agravado por las discrepenacias en torno al proceso de salida de Reino Unido y la Unión Europea.
«La población de Irlanda del Norte lleva sin gobierno y sin Parlamento dos años y seis meses», ha recordado Johnson antes del su viaje.
Si se llevara a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea, los 500 kiólometros que separan Irlanda del Norte (provincia británica) de la República de Irlanda (miembro de la Unión Europea), se convertirían en la única frontera terrestre entre el Reino Unido y la UE.
El martes, Boris Johnson telefoneó a su homólogo irlandés, Leo Varadkar para asegurarse de que su gobierno «nunca» llevará a cabo controles físicos entre las dos Irlandas, tanto si se produce una salida sin acuerdo, como si al final el proceso de abandonar la UE concluye en conformidad con las intancias comunitarias y el Reino Unido. En todos los escenarios, el gobierno británico se ha comprometido a cumplir el Acuerdo del Viernes Santo y en ninguna circustancia se producirían controles físicos en la frontera.
Para Boris Johnson, el acuerdo conocido como «backstop» para la salvaguarda de la frontera irlandesa «está muerto». El nuevo Primer ministro quiere renegoicar un acuerdo de salida, pero sin esta disposición que sí quiere mantener Bruselas Si estas negociaciones fracasan, ha advertido Johnson, Reino Unido abandonará el 31 de octubre la Unión Europea sin acuerdo.
Este mecanismo de último recurso, destinado precisamente a evitar el retorno de una frontera física, crea un «territorio aduanero único» que abarca la UE y el Reino Unido, en el que no habría contingentes ni derechos de aduana para bienes industriales y agricolas. Irlanda del Norte también se mantendría alineada con un número limitado de reglas del mercado único de la UE, por ejemplo, normas sanitarias para controles veterinarios.
Es uno de los principales puntos de tensión para el Brexit, especialmente para el pequeño partido sindical Irlanda del Norte DUP, aliado indispensable de los conservadores en el Parlamento.
Este último, rechaza un tratamiento diferente de Irlanda del Norte en comparación con el resto del Reino Unido, lo que, en su opinión, podría allanar el camino para la reunificación de Irlanda, su pesadilla.
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En caso de que Reino Unido no ponga fronteras, Europa obligará a Irlanda para que las ponga físicas y aduaneras. Las diferencias sociale sy económicas ser´ñan tals que los de Norte se querran ir al Sur de Irlanda Europea.
Y luego vendra Gibraltar, que se unirá a España como la 18 provincia autónoma española.
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Si nada cambia, el Reino Unido abandonará la Unión Europea sin un acuerdo a partir del 31 de octubre de este mismo año. En un escenario cargado de incertidumbres, estas son algunas de las respuestas:
Boris Johnson despierta viejos demonios en el Ulster
Los nacionalistas católicos advierten al nuevo «premier» británico que un Brexit duro hará «inevitable» un referéndum de reunificación de la isla
Después de Escocia, a Boris Johnson le ha estallado también la estabilidad en Irlanda del Norte, provincia británica que visitó ayer y donde los nacionalistas republicanos le dijeron claramente que sería «impensable» que -si conduce al país hacia un Brexit sin acuerdo- la situación no fuera seguida de un referéndum sobre la reunificación irlandesa.
After Scotland,
Boris Johnson has also
exploded stability in Northern Ireland,
a British
province he visited yesterday
and where
Republican nationalists told him
clearly that it would be
"unthinkable" that - if
he leads the
country towards a Brexit without
agreement - the situation It was not followed
by a referendum
on Irish reunification.
La actual líder del Sinn Féin, el partido heredero de los terroristas del IRA, dijo que se lo habían advertido al nuevo primer ministro británico y que «no podrá decir que no se lo hemos dicho». A juicio de McDonald, la salida del Reino Unido de la UE y particularmente una desconexión sin acuerdo «representa en cualquier idioma que se quiera un cambio dramático de la realidad en esta isla, y sería impensable en esas circunstancias que la gente no tuviera la oportunidad de decidir sobre nuestro futuro juntos».
Este pequeño territorio situado al norte de la isla de Irlanda sería en caso de Brexit la única frontera terrestre de la UE con el Reino Unido y -para evitar una barrera física y proteger el mercado único- los negociadores europeos y británicos diseñaron en su día la «salvaguarda» que prevé que si no se encuentra una fórmula para las futuras relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido, este territorio mantendría un «alineamiento reglamentario» con el mercado único, lo que en tal caso supondría que no estaría dentro de las reglas británicas.
La libra, en picado
Mientras tanto la inestabilidad generada por la división dentro del espectro político y la incertidumbre creada por los dos candidatos a Downing Street ya han tenido sus primeros impactos en la libra. La divisa sufrió ayer una caída que marcó el peor registro con respecto al dólar en los últimos 27 meses y también el de los últimos seis con respecto al euro.El hecho de que tanto Hunt como Johnson anunciasen en un debate que no aceptarían la salvaguarda irlandesa, principal escollo para el acuerdo con la UE e innegociable para Bruselas, reactivó los miedos a una salida no negociada. La libra llegó a estar ayer a 1,1045 con respecto al euro, mientras que el dólar, que hace dos meses estaba a 1,3272, llegó a tocar suelo en 1,2383. Los últimos informes, además, apuntan a que si la tendencia de sus cotizaciones se mantiene ambas divisas podrían llegar prácticamente a equipararse como ya ocurrió en los años 80.
La reaparición de esa frontera en la isla sería percibida como una vuelta a los peores tiempos de la guerra civil entre los católicos republicanos, partidarios de la unión del Ulster con Irlanda, y los protestantes unionistas, que defendían la pertenencia al Reino Unido. Dentro de la Unión Europea el problema había quedado disuelto para todos, con una situación que permitía la convivencia entre unos y otros, después de los acuerdos de Viernes Santo de 1998. La UE tenía incluso un presupuesto específico para este territorio, en el que Dublin había logrado cierto papel institucional.
Contradictorio
Johnson insiste en dos cosas contradictorias: que no será él quien levante de nuevo esa frontera y que de todos modos llevará a cabo el Brexit hasta sus últimas consecuencias. No es de extrañar que por ahora sus palabras no tengan mucha credibilidad. Nichola Mallon dirigente del Partido Socialdemócrata norirlandés (SDLP nacionalista moderado) explicó al salir de su reunión con el primer ministro que Johnson solo dijo «fanfarronadas y bravatas sobre el Brexit».El nuevo primer ministro británico se vio en Belfast con los partidos norirlandeses, uno de los cuales el unionista DUP es clave en su mayoría parlamentaria, para pedirles que «intensifiquen sus contactos para conseguir restaurar las instituciones de gobierno tan pronto como sea posible», ya que hace tres años que no han logrado hacerlo. También les dijo que sería «neutral» respecto a sus acuerdos internos, pero no por lo que respecta a la unidad del país.
«Huracán Boris»
Por su parte, el primer ministro de la República de Irlanda, Leo Varadkar, dijo en una entrevista publicada ayer que su país, el más vulnerable por este choque provocado por el Brexit sin acuerdo, «no va a ser intimidado y, como Gobierno y como país, vamos a ceñirnos a nuestra posición porque el Brexit no fue una idea nuestra y no podemos permitir que una decisión por parte de Reino Unido de abandonar la Unión Europea socave todo lo que se ha logrado durante los últimos 20 años». Por ello advierte que «vamos a tener que permanecer firmes en algo en lo que creo que contamos con mucho apoyo, un apoyo total de hecho, del resto de países europeos»Por ahora, Johnson se ha encontrad con graves problemas para llevar a cabo sus planes en todas las regiones del Reino Unido que ha visitado. En Escocia también le han advertido que pedirán un nuevo referéndum de independencia, en Gales le han advertido que para este territorio el Brexit será una catástrofe y ahora en Irlanda del Norte le dicen que puede provocar un movimiento que lleve a su unificación con la República de Irlanda.
Para colmo, el líder del Partido del Brexit y principal activista en favor de la ruptura con la UE, el eurodiputado Nigel Farage, le advertía ayer en un artículo de prensa que si se le ocurre incumplir su promesa de abandonar la UE sin acuerdo el 31 de octubre, se puede llevar la gran sorpresa de que el Partido Conservador acabe siendo «pulverizado» en las urnas.
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El nuevo Primer minsitro británico, Boris Johnson, ha viajado este miércoles a Belfast para reunirse con los líderes de los principales partidos políticos de Irlanda del Norte y de esta manera tranquilizar lo antes posible las incertidumbres por la frontera irlandesa en caso de un Brexit sin acuerdo.
En la primera visita oficial a Irlanda del Norte, el principal objetivo es sentar de nuevo todos los actores políticos y poner fin a un bloque que dura «demasiado tiempo» y que podría verse agravado por las discrepenacias en torno al proceso de salida de Reino Unido y la Unión Europea.
«La población de Irlanda del Norte lleva sin gobierno y sin Parlamento dos años y seis meses», ha recordado Johnson antes del su viaje.
Si se llevara a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea, los 500 kiólometros que separan Irlanda del Norte (provincia británica) de la República de Irlanda (miembro de la Unión Europea), se convertirían en la única frontera terrestre entre el Reino Unido y la UE.
El martes, Boris Johnson telefoneó a su homólogo irlandés, Leo Varadkar para asegurarse de que su gobierno «nunca» llevará a cabo controles físicos entre las dos Irlandas, tanto si se produce una salida sin acuerdo, como si al final el proceso de abandonar la UE concluye en conformidad con las intancias comunitarias y el Reino Unido. En todos los escenarios, el gobierno británico se ha comprometido a cumplir el Acuerdo del Viernes Santo y en ninguna circustancia se producirían controles físicos en la frontera.
Para Boris Johnson, el acuerdo conocido como «backstop» para la salvaguarda de la frontera irlandesa «está muerto». El nuevo Primer ministro quiere renegoicar un acuerdo de salida, pero sin esta disposición que sí quiere mantener Bruselas Si estas negociaciones fracasan, ha advertido Johnson, Reino Unido abandonará el 31 de octubre la Unión Europea sin acuerdo.
Este mecanismo de último recurso, destinado precisamente a evitar el retorno de una frontera física, crea un «territorio aduanero único» que abarca la UE y el Reino Unido, en el que no habría contingentes ni derechos de aduana para bienes industriales y agricolas. Irlanda del Norte también se mantendría alineada con un número limitado de reglas del mercado único de la UE, por ejemplo, normas sanitarias para controles veterinarios.
Es uno de los principales puntos de tensión para el Brexit, especialmente para el pequeño partido sindical Irlanda del Norte DUP, aliado indispensable de los conservadores en el Parlamento.
Este último, rechaza un tratamiento diferente de Irlanda del Norte en comparación con el resto del Reino Unido, lo que, en su opinión, podría allanar el camino para la reunificación de Irlanda, su pesadilla.
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En caso de que Reino Unido no ponga fronteras, Europa obligará a Irlanda para que las ponga físicas y aduaneras. Las diferencias sociale sy económicas ser´ñan tals que los de Norte se querran ir al Sur de Irlanda Europea.
Y luego vendra Gibraltar, que se unirá a España como la 18 provincia autónoma española.
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Si nada cambia, el Reino Unido abandonará la Unión Europea sin un acuerdo a partir del 31 de octubre de este mismo año. En un escenario cargado de incertidumbres, estas son algunas de las respuestas:
¿Qué significa salir sin acuerdo?
Que dentro de exactamente tres meses el Reino Unido romperá de forma abrupta con la UE y se convertirá en un «tercer país» para el resto de los 27. Esto significa que se quedará fuera de un sinfín de acuerdos que cubren tanto el movimiento de personas, mercancías, alimentos o información como la coordinación de servicios como la aviación o los cuerpos de policía. Sin un acuerdo de por medio, por tanto, tampoco habrá periodo de transición, y cada uno de los lazos previos deberían ser reconstruidos individualmente, entrando en vigor las condiciones que dicta la Organización Mundial del Comercio.¿Cuál sería su impacto económico?
Resulta prácticamente imposible vaticinar sus consecuencias aproximadas en el largo y el medio plazo, pero en el corto supondría un desastre económico seguro para el Reino Unido y también un daño importante para la UE. Entrar en el régimen de la OMC supondría que los británicos deberán comerciar con el continente bajo las mismas condiciones que con cualquier otro país del mundo, y no precisamente en unas demasiado ventajosas. Por ejemplo, la exportación cárnica se vería gravada inmediatamente con hasta un 40% de impuestos, pero a la subida de precios también habría que sumarle la gran cantidad de permisos que tendrían que pedir las empresas para seguir comerciando y los retrasos que se producirían en las fronteras.¿Hasta cuándo puede ir un español a residir al Reino Unido?
La fecha segura es el 31 de octubre. Mientras el país siga en la UE nada puede impedir a un europeo mudarse allí y pedir el estatus de preasentado, que garantiza poder residir en el Reino Unido de forma indefinida bajo ciertas condiciones. Hasta este momento en que el no deal se ha convertido en la opción más factible, el plazo se extendía hasta el 31 de diciembre de 2020, momento en que terminaba el periodo de transición, pero todo esto se encuentra ahora mismo en el aire y a falta de confirmación oficial.¿Cómo se llega a un no acuerdo?
Nada. Basta con que todo siga como hasta este momento hasta el próximo 31 de octubre. La salida sin acuerdo es la opción por defecto según la Ley para la Salida de la UE aprobada el año pasado, por lo que no es necesario sacar adelante ninguna legislación adicional.¿Acabaría esto con las negociaciones?
Para nada, sólo las alargaría y complicaría aún más. Quienes apoyan esta vía, como el primer ministro y su equipo, creen que se puede asumir el impacto económico inicial dando subvenciones a los diferentes sectores para negociar desde una mejor posición en un futuro, pero podrían subestimar la importancia del golpe. Theresa May también creía en una negociación futura posterior más ventajosa para el Reino Unido, pero siempre contando con la tranquilidad del periodo de transición de 21 meses que les permitiría estar mejor preparados para ese momento. Si no hay acuerdo antes del 31 de octubre esto también se esfumará, lo que obligaría a reabrir todos los asuntos del acuerdo actual pero ya con el país en una posición de desventaja desde el primer día.¿Puede aplazarse el Brexit de nuevo?
Los parlamentarios británicos deberían ponerse de acuerdo y contar con el apoyo del nuevo primer ministro -que ha basado su campaña en asegurar que el Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre «con o sin acuerdo»- para pedir una prórroga. Además, todos los demás Estados miembros de la comunidad europea deberían aceptar por unanimidad otra ampliación del plazo, aunque en este sentido las perspectivas son optimistas, dado que nadie quiere ser el responsable de un Brexit no negociado.¿Qué opciones parlamentarias hay para evitar el 'no acuerdo'?
Ahora mismo, y a pesar de las amenazas de Boris Johnson al respecto, lo cierto es que la mayor parte de la cámara se opone a un no deal. Aun así les va a resultar complicado activar los mecanismos necesarios para poder votar si quieren una nueva prórroga o si quieren evitar que se produzca el no deal. Otra opción sería la de sacar adelante una moción de censura contra el nuevo primer ministro para forzar unas elecciones generales, pero los plazos son tan limitados que ésta debería plantearse en los primeros días de septiembre cuando regrese el Parlamento.¿Cuál es el panorama parlamentario?
Uno de los grandes motores de la salida sin acuerdo es la debilitada posición del partido laborista. Está tan dividido que varios de sus diputados votaron en contra o se abstuvieron durante una votación para aprobar que el Parlamento se hiciese cargo de su propia agenda, dificultando con ello que Boris Johnson pudiese llevar a cabo el no deal de forma unilateral.
vousmeme02_7633 · Hace 6 horas
Cuando
los norirlandeses vean caer la libra y se coman una enorme cola para
entrar en el continente o nuestro país de vacaciones junto a ciudadanos
no comunitarios (de todos los continentes) , mientras sus vecinos del
sur ponen su pasaporte en la cabina automática y pasan a recoger sus
maletas rápidamente , con sus euritos frescos me huelo que Eire va a
tener una oportunidad histórica de unificarse por la soberbia inglesa,
así es como terminan los grandes imperios, auto liquidándose con
mandatarios que se creen lo que no son y prometen un pasado
irrepetible.... por amarrar el poder .
vousmeme02_7633 · Hace 6 horas
Cuando
los norirlandeses vean caer la libra y se coman una enorme cola para
entrar en el continente o nuestro país de vacaciones junto a ciudadanos
no comunitarios (de todos los continentes) , mientras sus vecinos del
sur ponen su pasaporte en la cabina automática y pasan a recoger sus
maletas rápidamente , con sus euritos frescos me huelo que Eire va a
tener una oportunidad histórica de unificarse por la soberbia inglesa,
así es como terminan los grandes imperios, auto liquidándose con
mandatarios que se creen lo que no son y prometen un pasado
irrepetible.... por amarrar el poder .