A Pedro Sánchez, presidente en
funciones, le han puesto de mote Falconeti, por lo de tomar un avión Falcon para ir con
su mujer Begoña Gómez a un concierto en Castellón, con la excusa de entrevistarse con Ximo Puig, ¡hay gente pa tó!, presidente
de la Generalitat Levantina, que seguramente le llevó una o dos cajas de
naranjas
navel de zumo.
A Osaka en Japón no se fue con el Falcón sino un pedazo de avión intercontinental con su mujer (segunda dama después de la reina Letizia), esta vez en plan legal, a ver a los chicos malos del G-20 que es como un club exclusivo donde España está por méritos propios.
A Osaka en Japón no se fue con el Falcón sino un pedazo de avión intercontinental con su mujer (segunda dama después de la reina Letizia), esta vez en plan legal, a ver a los chicos malos del G-20 que es como un club exclusivo donde España está por méritos propios.
En el país del sol naciente, del sol que
viene del Pacífico con la herida abierta de caló del bueno, se encontró con el
de la melena rubia del dólar Mister Donald Trump, y estuvieron hablando,
seguramente de ir a la Casa Blanca cuando sea investido presidente con los votos
de los marqueses de Galapagar, los bilduetarras y los separatistas de la tarta
catalana, que todo se verá en julio, digo yo, o vamos a septiembre, o con segundas nuncias o
elecciones en diciembre, aunque ahora está rogando al PP y Ciudadanos que se abstengan por
el bien de España, porque España necesita un gobierno.
Y es cierto, a España, la de la hamaca
al sol se achicharra, y le hace falta un gobierno desde hace muchos años atrás. Pero es que,
señores míos, Falconeti ya no se acuerda de aquel “no es no” y fuimos a segundas
elecciones en junio de 2016, y luego le birló la cartera a Mariano Rajoy a la primera
oportunidad que tuvo con la moción de censura, cuando los planes de empleo "rajonyanos" estaban en pleno desarrollo.
Bueno a lo que íbamos, después de la
primera entrevista el presidente en funciones español quiso volver a dirigirse
al yanqui de los pelos domados con el flequillo a lo Elvis Presley pero color paja como los
becerros de Kansas, y éste
le hizo un gesto señalando su asiento con la mano derecha de firmar decretos y muros con México,
como si le estuviese pidiendo que se sentara y le dejara tranquilo: «¡Olvídame
y siéntese usted!» le diría en inglés americano de masticar chicle, que Sánchez
entendió porque también habla el «univinglis». Sánchez reaccionó riendo y
se sentó en el lugar que le correspondía como un corderito de Soria. De
hecho, no ha habido un encuentro bilateral, lo que demuestra que fue un gesto
inadecuado de Trump, el Trompeta.
Para mí este gesto sí tiene importancia,
porque es un desprecio a todos los españoles. Si yo hubiera sido Sánchez le
hubiera dicho: «Pues ahora la base militar de Rota te la vas a llevar Kansas».
Luego los medios de comunicación lo han suavizado
con que era una broma. La cara de becerro de Trump no era broma, quizás estaba
enfadado porque Defensa retiró la fragata del Golfo Pérsico.
En fin, Sánchez ha regresado a Madrid
por el mismo espacio aéreo que se fue, y el día 2 se entrevistará con la presidenta
del Congreso señora Batet, para acordar día y hora para tomar la alternativa
con capote de brega.
Dos ruedas de prensa ha dado Pedro en 2019 para no sufrir desgaste.
Dos ruedas de prensa ha dado Pedro en 2019 para no sufrir desgaste.
Ramón Palmeral
29 de junio de 2019