Ramón
Palmeral
La sofrología es un equilibrio entre el
cuerpo y la mente, a través de la respiración, una filosofía de comportamiento
creada en la década de 1960 por el psiquiatra colombiano Alfonso Caycedo, quien fundó una escuela en Madrid para enseñar y
difundir sus principios y prácticas. Estoy convencido que la sofrología funciona, por un principio elemental «nuestra
mente es tonta» se cree todo lo que le dicen o, tú mismo, te dices y le puedes
hablar a tu mente, porque en realidad, en toda persona conviven dos entes: el yo y la mente.
¿Y por qué inicio esta sátira, más que
artículo o crónica con la sofrología, sencillamente porque observado en mí, en
estos últimos meses de la primavera española, que los políticos tiene el don de convencernos de que lo que
dicen es verdad, una verdad absoluta y evidente, lo que se denomina axioma (una
premisa evidente del razonamiento que no necesita demostración). Que cuando les
escucha convencen a tu «mente tonta» para que les votes, te convencen con su
discurso politólogo, demagógicos o más bien socrático, puesto que es muy difícil que
conozcamos los sistemas y premisas empleadas en su oratoria, disciplina en la
que están muy entrenados. Es como tratar de convencer a un cura de que Dios no
existe es algo imposible; pues de la misma manera, jamás podrás convencer a un
político de que está equivocado en sus planteamientos ideológicos.
Tras esta primavera española, en las que,
al menos yo, he participado en cinco elecciones, y he votado cinco veces, creo que he echado mi voto en una
botella al mar; pero me he quedado tranquilo, en estado de ataraxia, relajado
en la sofrología por hacer cumplido con mi obligación ciudadana, y al menos, para
que, quizás los políticos se queden por fin callados, fuera de onda, por un
tiempo, todo el verano y el otoño. Descansar de comeduras de cosos, descansar sobre el
caballo alado Pegaso, de no ser así me tendré que comprar una casa de madera
encima de un árbol, sin electricidad.
En síntesis quedamos con los siguientes resultados: Pedro
Sánchez del PSOE gana las elecciones generales (Congreso y Senado); en la
Autonomía Levantina Ximo Puig, el púgil de Morella y del PSPV renueva su
mandato y activa otra vez el tripartito del Botánico; la alcaldía de la Cara
del Moro en el Benacantil seguirá en poder de la derecha de Luis Barcala
del PP con los apoyos del Cs y Vox, y Se
esfuma el temor al tripartido de la izquierda. Las elecciones europeas las ha
ganado el PSOE con 20 escaños de los 54 que le corresponden a España.
Según el filósofo griego Epicuro (Samos 341 a. C- Atenas 270 a. C ) existen
dos clases de deseos: los naturales necesarios, relacionados con la
supervivencia; y los no naturales no necesarios, que provienen de la cultura y
del deporte de la política (porque la política es en realidad una carrera pedestre:
una veces estás en cabeza y otras en la cola. Más vida familiar y social que es la que vivimos (más
la televisión que nos abre las ventanas al mundo de las medias verdades y de las mentiras). El placer conduce, al
epicúreo, a la felicidad; sin embargo, existen placeres que conducen a un dolor
mayor que el placer inicial como la ansiedad o la depresión que nos distancia
de la tranquilidad espiritual o nirvana, o lo que es los mismos la
"ataraxia engañosa". ¿Pero cómo un indefenso ciudadano –de mando tv en mano–
puedes llegar al nirvana con solo apagar la televisión, y evadirte de tantos acosos mentales?
Pero hoy lunes 27-M me siento en la
estado de felicidad, ataráxico podríamos llamarlo, por haber votado cinco veces con la mano derecha, en tan solo, dos lunas frenética, lacerada cual burro flaco de noria. O como decía Cantinfla como gobernador de una Ínsula:
«dejémosle que el pueblo vote, que luego yo decidiré quien gobernará».
El gran cómico mexicano a través de sus
parodias hilarantes y destornillantes nos hacía reír porque nos decía a su
manea la verdad de la sociedad y del comportamiento humano. Los otros días en
la avenida de Maisonnave había un mendigo mesiánico que nos increpaba a los peatones bque
pasábamos a su altura gritando a todo volumen: «¡Hipócritas!», por no darle una
limosna, y no le compadeciéramos de su lamentable pobreza. Mi amiga y yo,
pasando por su altura, pensamos que era un loco más escapado de algún psiquiátrico, y seguimos nuestro camino.
Quien nace pobre tiene más posibilidades
de seguir siendo pobre todo su vida que quien no lo es, pero el pobre ha de poner
de su parte para, con esfuerzo y trabajo (más ayudas sociales y educativas)
salir de su situación paupérrima y de
las de sus descendientes, como ocurrió en los años de posguerras que el 50 % de
la población vivíamos en la pobreza, y el único camino que se nos abría, era
la rota puerta de la frontera de la emigración a Europa o a América. Ahora por fortunas las cosas
han cambiado a nuestro favor; pero, por
el contrario, a este bienestar se le ha adherido una derivada: la del
separatismo de las Autonomías más ricas.
Y volviendo a la sofrología y a la
ataraxia tras haber votado, cuando uno se auto-convence de que mide 1.90 de
estatura, tiene los ojos azules y gana un pastón, y se compra un deportivo
rojo; se convierte sin querer en un ligón de verbena. ¿Qué ha sucedido?, que tu
mente ha cambiado en positivo. Y ahora tu mente es más tonta que antes por no
vivir en la realidad, que es, calamitosamente lo que nos sucede a los
españoles, vivimos por encima de nuestras posibilidades; no obstante, piensa siempre
en positivo, cuyo camino es más corto que ir de pesimista negativo por la vida.
Alicante, 27 de mayo de 2019