Circo en el
juramento a la Constitución en el XIII legislatura del Congreso
Arranca una
legislatura con el verso “imperatizar” por delante. Parecía el Congreso una
vuelta al colegio dándose las manos y
haciéndose selfy. ¡Apaga y vámonos!
Ramón Palmeral
En el telediario de Ana Blanco del día 21
de mayo, sobre la información de la constitución de las Cortes Generales de la
XIII Legislatura: Congreso y Senado, me quedé electrocutado en el sillón
bermellón imitación al cuero. Alto acto,
que marcarán un antes y un después de la fórmula de los juramentos o prometo (artículos 4 y 20 del Reglamento del Congreso de los Diputados) que en una
gran mayoría de sus señorías de las dos Cámaras Baja y Alta
(deben de ser vecinos peleados como los de Burguillo de Arriba y el de Abajo) pronunciaron
sus juramentos de acatar (atacar, no sé muy bien) la Constitución con la coletilla torera por «imperativo legal», es decir, por pelotas, lo que podríamos
conjugar con un nuevo verbo, que podría ser «imperatizar» o «pelotazar», si los
señores académicos de la RAE, lo validan, al menos para España que es el único
país del mundo, creo, que los juramentos se pueden decir de dos maneras: formal
o con defecto de forma. Las Cortes Generales y el TC, lo
permiten, porque somos más liberales que Madonna, que hace en Eurovisión lo que el sale de la
«coñacada», un palabro que inventó el poeta gay cubano Lezama Lima en su novela “Paradiso”.
El uso de este excremento de fórmula de juramento lo inició Herri
Batasuna en los ochenta cuando obtuvo en 1979 representación parlamentaria (en pleno
terrorismo etarra). Todo ellos recogieron sus actas de diputados en la primera
legislatura, pero en lugar de jurar fidelidad a la Constitución, se limitaron decir que lo
hacían «por imperativo legal». El Congreso de los
Diputados, presidido entonces por el socialista Félix Pons, pidió a los
miembros de la antigua Batasuna que abandonaran el Hemiciclo porque, «al no
haber utilizado la fórmula reglamentaria», no habían «adquirido la condición
plena de Diputados» por supuesta deslealtad.
Tras un recurso del PSOE, la «deslealtad» fue avalada
por el Tribunal Constitucional, de aquellos barros estos lodos, porque sentó
precedente y, desde entonces, se admite
y toleran los ultrajes jurativos. Este asunto de acatar la Constitución, a
medias, debe ser legislado de nuevo, sino queremos desembocar en un charco de
petróleo. ¡Qué ejemplo dan a los ciudadanos! Incluso voy más allá, porque prometer no es jurar, sino una posibilidad, que equivale a según como.
El Congreso se muestra extremadamente polarizado, los gritos y golpes impedían escuchar los juramentos de los independentistas. No así el Senado que es socialista en mayoria. Llegaron los 24 de Vox y se sentaron detrás del
sillón del guarda principal para chupar cámara "Por España, sí juro". Luego llegaron
los políticos presos escoltados por policías. ¡Versión Berlanga en puro y duro
cine en blanco y negro! Los reos saludaron en el Hemiciclo como gladiadores de
turno, recién salidos de las jaulas. Y al César le dieron la mano y le dijo el
«Junke» a viva voz: «Tenemos que hablar» y el de la túnica dorada de respondió
«No te preocupes». El de la barba a lo Gladiator le dio la espalda uno de los rebeldes, que subía las escaleras con un saco de odio a España. Yo veo a los políticos que no son enemigos personales, entre ellos, sino adversario
políticos, que es diferente, es como un teatrillo, no es como en la II Republica que se disparaban a dar como a Calvo Sotelo o José Antonio en la prisión de Alicante por ser falangista. No van a ir de las manos dándose el pico, a los encontronazos
personales en las esquinas con la navaja trapera, ¡digo yo!: pero en campaña, parecieran por sus vocabularios «insultivos» que los eran como Trump y Clinton. Y
luego se dan la mano como vecinas que tras una pelea tirándose de los pelos se
van a tomar café de hornillo con achicoria. Parecía un circo con algunos elefantes con capas y vestiduras de colores, descorbatados y
gladiadores armados con tridentes y banderas del arco iris en las camisetas, que no pasa nada, en España de Felipe II el matrimonio gay es legal.
Cuando a un señor
diputado electo le preguntan si acata la Constitución en todos sus términos y extensión y sin reserva alguna, no
caben medias tintas, y no se puede responder: «por imperativo legal» o prometo, porque ya
la están desobedeciendo y ninguneando, por mucho que el Tribunal Constitucional
lo avale, en Sentencia 119/1990 de 21 junio. No resulta congruente con nuestro
estado de derecho y democrático, una interpretación lasa a la obligación de
prestar acatamiento a la Constitución firme y sin descalabros. Porque la Ley y los Reglamentos, están por encima de las
ideologías, y con esta excreción de
fórmula se está violentando la Constitución, a pesar de ser un adulto o adulta inclusiva de cuarenta años.
La Ley de Régimen Electoral especifica
que «los candidatos electos deben jurar o prometer acatamiento a la
Constitución» para tomar posesión de sus cargos. Así, al habitual «sí, juro» o
«sí, prometo» esta vez se le han sumado numerosos añadidos. Aquellos que no se
ajustan a esta Ley están evitando acatar la Constitución con fórmulas de despreciatvas de suspenso, por lo tanto no dignos y ellos, solitos se quedan afuera.
Que unos diputados presos (no condenados todavía, hay que decirlo)
tomaran posesión de sus actas en el Congreso y el Senado con esta fórmula
chapucera es de risa (me carcajeo), cuando se decantan evidentemente por no
acatarla, y están siendo juzgados por presunta rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, y artifices un referéndum ilegal de independencia del 1-O. ¡Yo no lo entiendo!
Los británicos son más serios. El
partido nacionalista irlandés Finpen, brazo político del grupo terrorista IRA, logró
representación en el Westminster británico en numerosas ocasiones, pero nunca
llegaron a tomar posesión de sus escaños. Sus parlamentarios se niegan a
prestar juramento de lealtad a la Reina Isabel II de Inglaterra, requisito
imprescindible para ocupar un asiento. Por ello, nunca pudieron asistir a las
sesiones de la Cámara de los Comunes, aunque abrieron sus oficinas en el
Westminster como gesto de distensión durante el proceso de paz.
En resumen, aunque estos diputados catalanes
separatistas hayan sido elegidos por los votos del electorado, la
ley está por encima de la voluntad del pueblo, es como si, por ejemplo, deciden
votar para poner en libertad a unos asesinos; entonces, la votación iría contra
el derecho penal. Porque choca contra la
ley de Enjuiciamiento Criminal que los condenó, y por lo tanto nula esa votación, como el derecho a decidir que se han inventado.
La señora diputada socialista catalana Meritxell Batet se ha impuesto a Ana Pastor del PP, en
segunda votación y ha sido elegida presidenta del Congreso de los Diputados
este martes 21 M, con 175 votos a favor frente a los 125 obtenidos por la candidata
popular. Apostó por el diálogo.
Por el Senado ha sido elegido como presidente el socialista Manuel Cruz con
el apoyo de 140 parlamentarios, todos los de su
partido, el PSOE, una cifra por encima de la mayoría absoluta
necesaria fijada en el Reglamento para la elección en primera votación. Apostó por el diálogo.
Al terminar la primera sesión parlamentaria los 4 diputados del
proceso regresaron a la cárcel, a la espera de ser suspendidos de sus actas, menos mal, algo es algo.
En fin que Dios nos pille confesados y que la sangre no llegue a salpicar las pantallas de la teles en los telediarios.
Cometarista de Diario de Alicante
Mis sátiras políticas.